El choque por la reducción de la jornada laboral toma el congreso de UGT
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, pide con ironía al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que apoye la reducción de la jornada y repita el error al votar que cometieron con la reforma laboral. El presidente del PP advierte contra el triunfalismo económico
La reducción de la jornada laboral, una medida estrella que la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha estado negociando con sindicatos y patronales en los últimos meses para sacarla adelante en esta legislatura, ha protagonizado las discusiones e intervenciones de la primera jornada del 44 congreso confederal de UGT, que terminará el miércoles con la reelección de Pepe Álvarez como secretario general, para encadenar un tercer mandato consecutivo. Esta primera jornada ha estado marcada por asistencia de políticos nacionales. Además, de la vicepresidenta Díaz, ha destacado en el cónclave sindical la presencia del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, junto al patrón de la CEOE, Antonio Garamendi —que a principios de este mes rechazó formalmente la última propuesta del Gobierno para rebajar la jornada a 37,5 horas a la semana—. “Cuando la ciudadanía dice que necesita reducir la jornada laboral es porque así lo siente y se le pide a los políticos que estén a la altura”, ha proclamado Díaz, argumentando que dos de cada tres ciudadanos están de acuerdo con la propuesta. Díaz ha pedido al PP que apoye la medida, de la misma forma que ya hizo, aunque fuese por un voto erróneo, con la reforma laboral.
Núñez Feijóo no se ha limitado a pronunciar un discurso de cortesía como hacían otros líderes de la oposición en pasados congresos del sindicato. En su discurso, Feijóo ha dicho que su deber como candidato a la presidencia del Gobierno “es decirles las cosas que pienso”. En ese punto, ha lanzado varias reflexiones. Para Feijóo es fundamental que en España sean las mayorías las que vuelvan a tomar las grandes decisiones, ya que “nuestra política lleva mucho tiempo en manos de las minorías”. Feijóo ha abogado por huir del triunfalismo económico y ha asegurado que la política fiscal actual no redunda en beneficio del bienestar de las clases más modestas, con una inflación “que ha sido el mayor impuesto que hemos vivido en los últimos años”. Cree que se debería haber bajado el impuesto de la renta, ya que la renta real de los trabajadores ha subido menos que la inflación. En este contexto, Feijóo ha lamentado que la mayor parte de los jóvenes perciban el riesgo de vivir peor que sus padres. “Los jóvenes viven en una tormenta perfecta de paro, de precariedad y de altos precios”, lo que les hacen imposible acceder a una vivienda. Asimismo, ha incidido en que “la igualdad de los españoles y la redistribución de la riqueza deben estar por encima de todo” y ha urgido a hacer “política sanitaria” en España para no poner en riesgo la viabilidad del sistema de salud, al tiempo que se ha comprometido con el crecimiento de las pensiones. Por último, ha pedido a los delegados de la UGT que ayuden al PP a desbloquear su propuesta de ley de conciliación en el Congreso y a comprometerse con la productividad y la lucha contra el absentismo. El presidente del PP ha subrayado que no siente que “juegue fuera de casa” en este congreso sindical.
Pero el tema que ha figurado en casi todas las intervenciones públicas en el congreso es la reducción de la jornada. La propuesta para reducirla de las 40 horas semanales actuales a 37,5 horas en 2025 llega a la última fase de negociación sin el consenso con los empresarios. El pasado jueves, el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, anunció que el pacto con los sindicatos es “inminente”, aunque de él se hayan descolgado finalmente las patronales, quienes comunicaron su rechazo pese a que se habían puesto sobre la mesa medidas compensatorias en forma de ayudas directas a las empresas, especialmente a las pymes. El rechazo, a su vez, complica más todavía la aritmética parlamentaria para aprobar la norma, ya que es necesario el respaldo de PNV y Junts, partidos que esperaban sumarse a la propuesta cuando el mundo empresarial hubiese dado el visto bueno. Garamendi no se ha referido directamente a esta negociación, pero ha puesto en valor que en los últimos años, en los que especialmente durante la pandemia hubo un gran entendimiento entre sindicatos y patronales, se ha llegado a 21 acuerdos. “Algunas veces no llegamos a los acuerdos, pero pactamos los desacuerdos”. En el caso de la jornada, este pacto en la discordia, que Garamendi ha considerado “muy importante”, tampoco ha llegado al cerrar el Ministerio de Trabajo la mesa de diálogo social para reducir la jornada después de que la patronal rechazase la propuesta.
En el acto inaugural del congreso —en el que también han participado el secretario general de CC OO, Unai Sordo, el consejero de Presidencia de la Generalitat, Albert Dalmau, así como el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni—, la vicepresidenta segunda ha defendido su propuesta no solo como un avance para los trabajadores, sino también para las empresas. “El hecho de que no se avance en esta dirección no es bueno para España ni para las empresas”, ha dicho Díaz, quien ha criticado el rechazo de la patronal “a pesar de las facilidades y de los once meses de negociación”. Díaz ha recordado que el Gobierno tiene la potestad para defender por ley la jornada ordinaria máxima, y ha pedido a los empresarios que no confundan “el desacuerdo con el derecho de veto, que no es legítimo”. Esta propuesta, ha expresado Díaz, seguirá adelante, así como otros derechos que el Gobierno irá ganando “con los agentes sociales, con acuerdo o sin acuerdo”.
Como Garamendi, el presidente del PP también ha defendido los acuerdos a los que el PP ha llegado a través del diálogo social, y ha mostrado su respeto por los sindicatos. Pero Feijóo ha aprovechado su discurso para cargar contra el “triunfalismo económico” que, asegura, muestra el Gobierno. “Es un error que pagaremos todos”, ha dicho, en relación con los datos de pobreza, renta per cápita o la tasa de paro. Feijóo ha criticado que el Gobierno impulse decisiones “en manos de las minorías” y ha pedido que defienda “los intereses generales”. En este sentido, ha criticado el acuerdo para la reforma fiscal que sacó adelante el Gobierno de Pedro Sánchez, ya que, ha afirmado, la población sufre “el mayor impuesto vivido en los últimos años” con la inflación. Feijóo también ha pedido ayuda a los sindicatos que ayuden al PP a desbloquear su propuesta de ley de conciliación en el Congreso y a comprometerse con la productividad y la lucha contra el absentismo.
Díaz sí ha sacado pecho de la reforma fiscal, y ha asegurado que el próximo paso es sacar adelante los presupuestos generales del Estado: “Marcarán una hoja de ruta clara y un soporte financiero para relanzar la legislatura”. “Que nadie piense que el Gobierno está acabado, no lo estamos. Que nadie piense que la Legislatura está acabada, no lo está. Que nadie piense que han derrotado la mayoría de coalición progresista, porque no hay mayoría alternativa. Nadie nos va a detener”, ha dicho Díaz, quien ha afirmado que reforzará el derecho a la desconexión digital, sacará adelante el estatuto del becario, y cumplirá con la indemnización restaurativa por despido, tal como pide el Comité Europeo de Derechos Sociales.