La escalada sin fin en el precio del aceite de oliva hasta convertirse en un lujo
Los importes que pagan los consumidores se han triplicado desde 2021. La bajada del IVA aliviará algo, pero la clave sigue siendo que el campo supere la sequía y mejoren las cosechas
Los precios en origen del aceite de oliva son un 130% superiores a los que tenían hace dos años, según los datos más recientes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. A pesar de las lluvias de los últimos meses y la previsión de recuperación de la producción, las toneladas existentes para finalizar la actual campaña apuntan a que el producto seguirá encareciéndose en los próximos meses, y aunque la...
Los precios en origen del aceite de oliva son un 130% superiores a los que tenían hace dos años, según los datos más recientes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. A pesar de las lluvias de los últimos meses y la previsión de recuperación de la producción, las toneladas existentes para finalizar la actual campaña apuntan a que el producto seguirá encareciéndose en los próximos meses, y aunque la rebaja del IVA al 0% en este alimento aliviará los bolsillos de los consumidores, a la larga solo una mejora en las cosechas pondrá fin a la escalada de importes.
Los agricultores achacan la situación a las olas de calor de los últimos dos años, con temperaturas de más de 35 grados en primavera que impidieron que los olivos tuvieran un período de frío para florecer y producir los frutos para las nuevas cosechas. Esto ocasionó un descenso en la producción de la mitad del tonelaje y un encarecimiento sin precedentes en el precio tanto a nivel local como en el mercado internacional. Desde enero de 2021 hasta mayo de este año, el oro verde se ha encarecido casi un 199% en España, según los datos del Instituto Nacional de Estadística; es decir, se han triplicado. En Europa su valor tampoco ha dejado de subir en estos tres años, con variaciones interanuales que han superado el 50% en más de una ocasión.
Para esta nueva campaña, el pronóstico original del ministro de agricultura, Luis Planas, era que las lluvias engrosaran los cultivos y esto impulsara una reducción de los precios. El tiempo ha mejorado y los campos han dado un respiro a los agricultores, pero los vaticinios apuntan a una producción justa que en ningún caso permitirá engrosar el stock —como se conoce al remanente de una nueva cosecha después de que finalice su ciclo comercial—. Por otra parte, aunque los distintos tipos de aceite de oliva han moderado su escalada en esta campaña —las subidas no superan el 2,5%, según los datos de la segunda semana de junio del Ministerio de Agricultura— se parte de un año en el que los precios ya habían repuntado más de un 30%.
Así las cosas, los analistas creen que todavía quedan meses hasta que los consumidores noten un alivio. En Deoleo, la mayor compañía del sector con marcas como Carbonell o Berolli, insisten en lo que lleva meses repitiendo su consejero delegado, Ignacio Silva: “Al menos hasta septiembre no se relajarán los precios”. El responsable de la compañía ha insistido en que, aunque lo lógico es que el volumen vuelva este año a niveles más normales, el clima es imprevisible y todo podría cambiar de aquí a otoño, que es cuando se lleva a cabo la recogida de la aceituna.
El escenario parece incierto y todo dependerá de cómo evolucionen los siguientes meses previos a la recolección. A la espera de este anhelado reequilibrio, la rebaja temporal del IVA al 0% en el aceite de oliva programado para el mes de julio parece ser la mejor solución. Así lo cree Primitivo Fernández, director de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles. “Es una buena noticia que tendrá un efecto inmediato en los hogares españoles”, precisa. Respecto a si esta reducción del tipo se reflejará en los supermercados, recuerda que la propia Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC) ha confirmado que sí se han aplicado las tasas previas —el Ministerio de Hacienda lo rebajó el año pasado del 10% al 5%—, por lo que el encarecimiento se debe a un mayor precio de origen.
El ministerio dirigido por María Jesús Montero también ha defendido la medida asegurando que se trata de “proteger e incentivar el consumo”. La apuesta es a largo plazo, pues contempla aplicar de forma permanente un tipo superreducido del 4% en el aceite de oliva una vez que concluyan las medidas anticrisis. De esta forma, el oro verde pasaría a estar en el grupo de bienes de primera necesidad, junto al pan, el queso o los huevos.
Algunos economistas, sin embargo, dudan de su viabilidad debido al esfuerzo que estas rebajas supondrán para las arcas públicas. Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas, cree que en la segunda mitad del año los precios se moderarán a un ritmo más marcado tanto en el IPC general como en el caso del aceite de oliva —en mayo este producto ya se anotó una bajada mensual del 2,1%, la primera caída desde enero de 2023— por lo que la prioridad está en cumplir con el objetivo de reducir los niveles de déficit público por debajo del 3% del producto interior bruto. Los analistas de BBVA Research coinciden con este análisis y apuntan a que el escenario es muy distinto al de hace un año gracias a los mejores niveles de cosecha que hay.
Impacto global
La Comisión Europea estima que la producción total de aceite de oliva de la UE alcanzará los 1,49 millones de toneladas en la actual campaña, lo que supone un aumento del 7% con respecto a la temporada anterior. Sin embargo, la cifra está un 28% por debajo de la media del último lustro y el producto almacenado se ha reducido a la mitad de la cifra habitual (solía ser de unas 500.000 toneladas), lo que refleja los bajos rendimientos de los últimos dos años.
España, que produce alrededor de la mitad del aceite de oliva del mundo, con la provincia de Jaén como líder, es el país que más ha visto mermada su producción debido a las sequías y el incremento de los medios de producción agrícolas, como fertilizantes. Los últimos datos de junio del Consejo Oleícola Internacional (COI) muestran que los precios del aceite refinado se situaron en los 727 euros los 100 kilogramos, un 32,5% más que en la campaña del año anterior.
Como mayor productor a nivel global, el suministro de España es fundamental para la industria y afecta en la fijación del precio en el mercado. Por eso el sector cree que habrá gran fluctuación en el coste final del producto y no se descartan caídas en la demanda. El último informe del consumo alimentario en España ya refleja esta tendencia: en 2023, la compra de aceite virgen extra perdió un 23,8% del volumen de compras con respecto al año anterior. Una muestra de que para muchos hogares, comprar este producto se ha convertido en un lujo.
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