Un millón de trabajadores al día se ausentan de su puesto por enfermedad en España
La incidencia de la incapacidad temporal crece desde 2014 y alcanza máximos históricos. Los expertos lo explican por el envejecimiento de la población, el empeoramiento de las listas de espera y la buena marcha del mercado laboral
Las bajas laborales no paran de crecer. Los datos de la Seguridad Social así lo atestiguan en los últimos años, cifras que han servido al Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y a la mutua Umivale Activa para elaborar un informe que radiografía el fenómeno. El estudio destaca que a lo largo de 2023 se registraron en España más de 400 procesos de incapacidad temporal (IT) por cada 1.000 trabajadores, la máxima inci...
Las bajas laborales no paran de crecer. Los datos de la Seguridad Social así lo atestiguan en los últimos años, cifras que han servido al Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y a la mutua Umivale Activa para elaborar un informe que radiografía el fenómeno. El estudio destaca que a lo largo de 2023 se registraron en España más de 400 procesos de incapacidad temporal (IT) por cada 1.000 trabajadores, la máxima incidencia notificada en la última década. Este volumen de bajas laborales condujo al país a perder 396 millones de jornadas laborales por IT a lo largo del año, un 62% más que en 2018, por encima del aumento que ha experimentado la ocupación. Así, en promedio en torno a un millón de trabajadores se ausentaron de su trabajo por enfermedad en 2023. Este aumento preocupa a empresarios y sindicatos, como manifestaron en el pacto salarial que firmaron en mayo del año pasado, y les animó a reclamar una mayor participación de las mutuas en el tratamiento de las bajas traumatológicas. Esta posibilidad está en vías de negociación entre los agentes sociales y el Ministerio de Seguridad Social.
“Los procesos iniciados de IT en relación al volumen de población protegida experimentaron un descenso sostenido a partir del estallido de la Gran Recesión desde finales de 2008 y hasta 2013. Sin embargo, a partir de 2014 el índice no ha dejado de crecer, situándose actualmente en máximos del periodo, aunque con diferencias notables según el tipo de contingencia y entidad gestora”, detalla el estudio. El índice por contingencias comunes se sitúa en 409 nuevos procesos por cada 1.000 trabajadores protegidos en los gestionados por mutuas (un incremento del 67% en 10 años) y en 414 entre los protegidos por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (incremento del 138%). La tendencia es diferente respecto a las contingencias profesionales, situándose en 2023 en 41,6 nuevos procesos por cada 1.000 trabajadores en el caso de las mutuas (apenas un 10% más que en 2013 y un nivel inferior al de 2008) y 59,6 en la Seguridad Social (un 182% más que en 2013 y el doble que en 2008).
El informe resalta que estas tendencias de largo plazo se vieron afectadas durante el periodo 2020-2022 por la pandemia, “con grandes incrementos de los procesos por contingencias profesionales, con un retorno en 2023 a los niveles prepandemia”. En 2023 las contingencias profesionales suponen un 9% del total de nuevos procesos por IT, mientras que las comunes representan un 91%. “Con el paso del tiempo, y dejando al margen el periodo excepcional de la pandemia, el primer tipo de contingencias ha ido perdiendo peso (cuatro puntos porcentuales menos que en 2013), mientras que el segundo lo ha ganado en esa misma medida”. Asimismo, destaca que un 72% de los procesos iniciados en 2023 corresponden a las mutuas, un porcentaje similar al de 2013 y nueve puntos mayor que en 2008.
Los investigadores señalan que en 2023 el total de jornadas perdidas por IT, excluyendo a los trabajadores autónomos, superó los 396 millones, “el máximo del periodo analizado y un 62% más que los 243 millones de jornadas perdidas de 2018″. Matizan que “una parte de ese incremento cabe achacarlo al aumento de la población ocupada, que en 2023 se sitúa en máximos históricos para España, pero otra parte muy sustancial se debe al aumento de las jornadas perdidas per cápita”. Con esas cuentas, el Ivie y Umivale Activa indican que durante 2023 una media de 1,1 millones de trabajadores se habría ausentado de su puesto de trabajo cada día a causa de una incapacidad temporal. “Lo que, en otras palabras, equivaldría a una media de 20 días de ausencia al año por trabajador”, añaden.
El estudio también aborda la duración de las bajas, que ha caído en los último años. La duración media por contingencia común se sitúa en los 34,4 días, algo por debajo de las contingencias profesionales (37,3 días). “Estos valores suponen descensos apreciables en el caso de las contingencias comunes respecto a los 41 días del bienio 2018-19 y aún más respecto a las duraciones del 2020-21, superiores a los 50 días. En el caso de las contingencias profesionales la situación es muy similar a la de 2018, con una vuelta a la situación prepandemia”, indican.
También hay un análisis regional, que refleja un alto grado de heterogeneidad. Se observa una mayor incidencias de las contingencias comunes en las autonomías de más desarrollo económico, como Navarra y Cataluña, con en torno a 600 bajas por cada 1.000 trabajadores. Es menor en Extremadura, Asturias y Galicia, con menos de 300 bajas. Los datos también reflejan disparidad en la duración de los procesos: en Extremadura y Galicia supera los 60 días de media, mientras que en Baleares, Madrid, Cataluña o Navarra la duración media de las bajas se sitúa en torno a los 25 días.
Causas y soluciones
Los expertos consultados vienen apuntando a varias razones para explicar este aumento de las bajas: hoy los trabajadores mayores de 50 años son el 34%, cuando hace dos décadas eran el 19%; la sanidad pública arrastra años de recortes que impulsan las listas de espera, lo que alarga el tratamiento de algunas dolencias; y el mercado laboral, ahora mismo, opera a pleno rendimiento, con un récord de ocupados que desinfla el miedo al paro, de manera que son menos los que optan por trabajar enfermos.
José María Peiró, investigador del Ivie y director del proyecto, comparte la importancia de esos factores, pero aporta otros matices. “La incidencia también está creciendo entre los jóvenes, no solo entre los trabajadores envejecidos”, apunta. Advierte una tendencia de fondo: “Desde la postpandemia hay una forma diferente de abordar el trabajo. En Estados Unidos se manifestó en la Gran Dimisión, muchas personas que dejaron su empleo de forma voluntaria. Aquí no, porque la tasa de desempleo es alta, pero el fenómeno es parecido: muchas personas están en crisis respecto al sentido de lo que hacen, es una ausencia silenciosa. Creo que tiene que ver en este fenómeno”. Cree que esto se da en mayor medida cuanto peor se sienta el trabajador en la empresa.
“La creciente intensidad del fenómeno del absentismo por IT, que en España se sitúa actualmente en niveles máximos, históricos y entre los países europeos, merece un análisis riguroso, dados los notables costes que supone para los trabajadores, las empresas y la sociedad en su conjunto”, finaliza el informe. “Resulta necesario un análisis de los determinantes de la IT que permita arrojar luz sobre los factores que intervienen en el absentismo. Una adecuada identificación facilitará el planteamiento de actuaciones de prevención, actuación temprana y establecimiento de medidas correctoras”.
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