Cerrar la brecha de género en España supondría 15,8 puntos más de PIB

La paridad en las empresas sigue avanzando, pero de forma muy lenta

Una camarera trabaja en una cafetería de un polígono industrial en A Coruña.ÓSCAR CORRAL

La paridad de género en España avanza a pasos tan pequeños que tendrán que pasar 39 años para conseguirla. Así se afirma en el IV Índice ClosinGap, que recoge una mejora de 0,2 puntos porcentuales con respecto al del año pasado, pasando del 64,7% del año pasado al 64,9% de este, entendiéndose 100% como la paridad absoluta.

Esta desigualdad tiene un efecto cuantificable en la economía española. En el informe, elaborado ...

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La paridad de género en España avanza a pasos tan pequeños que tendrán que pasar 39 años para conseguirla. Así se afirma en el IV Índice ClosinGap, que recoge una mejora de 0,2 puntos porcentuales con respecto al del año pasado, pasando del 64,7% del año pasado al 64,9% de este, entendiéndose 100% como la paridad absoluta.

Esta desigualdad tiene un efecto cuantificable en la economía española. En el informe, elaborado por esta asociación formada por 12 empresas, se recoge que “el Producto Interior Bruto (PIB) asociado a cerrar la brecha de género que existe actualmente es de 213.013 millones de euros, lo que equivaldría a un 15,8% de incremento”, si se toma como referencia el de de 2022.

“Los resultados nos han sorprendido, ya que esperábamos alguna mejoría que no hemos visto. Solo hemos observado algunas parciales en algunos de los subíndices, pero no en el total”, reconoce a este medio Marieta Jiménez, presidenta de ClosinGap. Del mismo modo, considera que es un buen momento para reflexionar ya que “quizá en los últimos meses ha habido un discurso un poco más triunfalista, como que la igualdad era algo ya casi conseguido”. “Creo que el dato es una buena manera de retar ese relato. Evidentemente ha habido avances positivos, pero todavía estamos estancados en esos 39 años o en ese 35,1% de brecha”, añade.

Entre los subíndices con alguna mejoría que menciona Jiménez se encuentra el de empleo, aunque en este caso la brecha solo se redujo un 0,1%, quedando así un 32,7% de diferencia aún. En este sector se ha registrado mayor presencia de mujeres en cargos de liderazgo en la empresa privada, un aumento de la tasa de empleo y actividad, así como una reducción de la brecha salarial y de las pensiones. A la par, hay un menor porcentaje en posiciones de liderazgo en la Administración General del Estado, el empleo precario ha disminuido menos entre las mujeres que entre los hombres y la duración de la carrera laboral ha crecido menos para ellas. Estos últimos factores han contrarrestado los primeros, lo que explica que la mejora sea tan leve.

Mayor es la brecha que se ha recortado en lo que se refiere a conciliación, aunque aún no se ha llegado a alcanzar los niveles previos a la pandemia, cuando se convirtió en la variable más afectada. En la cuarta edición este subindicador ha aumentado en 1,7 puntos porcentuales, hasta el 43,1%, por lo que aún queda un 56,9% de brecha de género por cerrar, la mayor de todos los campos estudiados. “Es la gran brecha que tenemos y la que nos preocupa de manera particular. Hemos visto un avance fundamental en que disminuyen las horas que las mujeres dedican al hogar y aumentan las de los hombres”, ha explicado durante la presentación del informe Ana Polanco, presidenta del consejo asesor de ClosinGap.

Pero no todos los subíndices presentan resultados positivos. Entre los tres que empeoran se encuentra uno de los que más preocupan a la asociación, la educación. La brecha de género se ha agrandado en 1,2 puntos porcentuales y se sitúa en el 30,1%. Se debe, principalmente, a la diferencia entre el número de mujeres y hombres que acceden a las carreras STEM (acrónimo de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), donde ellas son minoría. Esta menor presencia se traduce luego en menos mujeres en estos sectores, donde la productividad es mayor, lo que termina afectando al subíndice de empleo.

También afecta al subíndice de digitalización, donde la brecha es el 26,1%, ya que ha empeorado en 1,1 puntos porcentuales. A pesar de que se alcanza la paridad en dos de las variables analizadas, como son las de habilidades de información y la de resolución de problemas, sigue siendo un lastre la que mide el ratio entre hombres y mujeres profesionales en el ámbito de las TIC, donde el incremento del género femenino aún no es suficiente para compensar el masculino. La quinta categoría que compone el índice es salud y bienestar, que presenta la menor brecha, el 16,1%, a pesar de haberse empeorado 0,2 puntos porcentuales en la última edición.

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