El banco NYCB defiende su solvencia y asegura que no ha sufrido fuga de depósitos
La entidad neoyorquina da poderes ejecutivos a su presidente para hacer frente a la crisis y frenar el desplome en Bolsa
New York Community Bancorp se está jugando su supervivencia. La entidad ha sido puesta en el punto de mira por los inversores desde la semana pasada. Tras la rebaja de calificación de Moody’s al nivel de bono basura, las acciones se estaban desplomando en Bolsa y el banco ha deci...
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New York Community Bancorp se está jugando su supervivencia. La entidad ha sido puesta en el punto de mira por los inversores desde la semana pasada. Tras la rebaja de calificación de Moody’s al nivel de bono basura, las acciones se estaban desplomando en Bolsa y el banco ha decidido reaccionar. NYCP ha anunciado que da carácter ejecutivo al que ya era presidente de su consejo, Alessandro DiNello, y ha convocado a analistas e inversores este miércoles para tratar de tranquilizarlos. La entidad defiende su solvencia y asegura que no ha sufrido ninguna fuga de depósitos. El banco ha tenido un respiro en Bolsa: ha abierto a la baja y ha llegado a ceder un 14%, pero luego ha virado al alza y ha cerrado con subida del 6,7%. Aun así, cae un 57% desde el martes de la semana pasada.
Los ejecutivos del banco han defendido que su decisión de recortar el dividendo, que detonó la crisis, era la correcta para reforzar el capital. El mercado está muy receloso desde hace un año y los inversores salen corriendo sin preguntar en caso de dudas sobre una entidad. NYCP ha salido este miércoles a cortar una posible espiral de desplomes en Bolsa y fugas de depósitos como la que tumbó hace un año a Silicon Valley Bank, Signature Bank y First Republic Bank.
DiNello ocupaba el cargo de presidente no ejecutivo del consejo tras incorporarse a la entidad tras la finalización de la adquisición del banco Flagstar en diciembre de 2022. Anteriormente, fue presidente y consejero delegado de Flagstar Bank desde 2013. Ahora, recibe funciones ejecutivas y con su experiencia ha asumido el protagonismo para tratar de calmar a los inversores en la conferencia con analistas de este miércoles.
“El reto actual no es fácil. Pero esta empresa tiene unos cimientos sólidos, una fuerte liquidez y una sólida base de depósitos, lo que me da confianza para nuestro camino hacia adelante”, ha dicho DiNello. “Hemos recibido un par de duros golpes en la barriga, pero somos fuertes”, añadió, señalando que el banco está dispuesto a tomar medidas adicionales para garantizar su viabilidad: “Si tenemos que reducir tamaño, lo haremos. Si tenemos que vender activos no estratégicos, lo haremos. Haremos lo que haga falta”, ha asegurado.
La entidad ha estado ya buscando inversores para deshacerse de una gran cartera de hipotecas residenciales y también está estudiando la venta de una cartera de unos 1.000 millones de dólares de préstamos para vehículos recreativos y embarcaciones, según personas familiarizadas con el asunto citadas por Bloomberg.
En la conferencia con analistas, el banco ha explicado que cuenta con depósitos totales de aproximadamente 83.000 millones de dólares, y que la cifra es superior a la de finales de 2023. De esa cifra, el 72% son depósitos asegurados por el fondo de garantía de depósitos o con otras garantías, con lo que el riesgo de fuga es menor. El total de depósitos no asegurados asciende a 22.900 millones de dólares.
Al tiempo, el banco señala que cuenta con una liquidez total de 37.300 millones de dólares, superior a los depósitos no asegurados, con un índice de cobertura del 163%, con un efectivo en balance de aproximadamente 17.000 millones de dólares y valores libres de cargas por un valor prestable aproximado de 6.100 millones de dólares. A eso se suman las líneas de crédito de la Reserva Federal y el Federal Home Loan Bank de Nueva York por 14.200 millones de dólares.
“Quiero volver a insistir en la solidez de nuestros depósitos, la resistencia de nuestros depósitos y el sólido nivel de liquidez que hemos construido”, ha dicho DiNello. “Seguiremos revisando nuestra cartera de préstamos y tomaremos las medidas que sean necesarias para construir un balance fuerte. En el cuarto trimestre dimos un gran paso en la dirección correcta con nuestra provisión”, ha explicado.
“En el cuarto trimestre hemos tomado medidas decisivas para fortalecer nuestro balance y reforzar nuestros procesos de gestión de riesgos”, ha dicho Thomas R. Cangemi, presidente y consejero delegado. “A pesar de la rebaja de calificación de Moody’s, nuestras calificaciones de depósitos de Moody’s, Fitch y DBRS siguen siendo de grado de inversión. No se espera que la rebaja de Moody’s tenga un impacto relevante en nuestros acuerdos contractuales”, ha añadido.
Rebaja de nota
Moody’s rebajó este martes la calificación de Baa3 a Ba2, dos escalones por debajo del grado de inversión, y además advirtió de que puede haber nuevos recortes si las condiciones se deterioran. Una calificación así es una calamidad para una entidad financiera. Moody’s señalaba en su informe riesgos financieros y de gobernanza, incluidos los relativos a las funciones de riesgo y auditoría del banco, en un momento crucial para la entidad.
La entidad comunicó la semana pasada que sus beneficios anuales se habían disparado, desde los 617 millones de 2022, hasta los 2.341 millones de 2023. Sin embargo, esos resultados incluían una partida contable de unos 2.200 millones de dólares de fondo de comercio negativo por la compra de activos de Signature Bank, una entidad que cayó en la crisis bancaria de hace un año. Una vez ajustados por esa partida y por otras partidas, el beneficio de 2023 fue de 609 millones de dólares, un 4% menos que el año anterior. Sin embargo, en el último trimestre, el banco registró unas pérdidas de 252 millones de dólares, con una necesidad de provisiones que sorprendió a analistas e inversores. Además, anunció que recortaba el dividendo.
Silicon Valley Bank, Signature Bank y First Republic Bank cayeron el año pasado por sus inversiones en deuda, que perdieron valor con la subida de los tipos de interés. Se trataba de un problema que afectaba a muchas más entidades y por eso hubo por momentos un riesgo sistémico. En el caso de New York Community Bancorp el detonante de su entrada en pérdidas es el sector inmobiliario comercial, castigado por la subida de los tipos de interés, el auge del trabajo a distancia por la pandemia y otros cambios. Muchos bancos regionales estadounidenses tienen una exposición relevante a ese segmento del mercado.
Curiosamente, NYCB fue una de las entidades que salió aparentemente reforzada de la crisis de hace un año. A través de su filial Flagstar Bank, acordó asumir 38.000 millones de dólares de los activos de Signature Bank, incluidos 25.000 millones en efectivo y unos 13.000 millones en préstamos, a la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC).
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