El FMI mejora en 0,3 puntos la previsión de crecimiento para América Latina, impulsado por Brasil y México

El organismo multilateral eleva hasta el 1,9% la expansión del PIB regional, pero advierte del lastre de las altas tasas de interés de los bancos centrales para combatir la inflación

Un vendedora en la plaza de mercado Corabastos de Bogotá (Colombia). Comerciantes y cultivadores garantizan el abastecimiento alimentario durante la cuarentena hasta el próximo 26 de abril para evitar el coronavirus.Carlos Ortega / EFE

Las economías de la región latinoamericana y el Caribe crecerán en 2023 levemente más que lo previsto en abril por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Así lo dio a conocer el organismo multilateral en su último reporte de perspectivas económicas publicado este martes, en el cual realizó una revisión al alza de 0,3 puntos porcentuales desde 1,6% hasta 1,9% para este año. Su estimación de crecimiento para 2024 se mantuvo en 2,2%.

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Las economías de la región latinoamericana y el Caribe crecerán en 2023 levemente más que lo previsto en abril por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Así lo dio a conocer el organismo multilateral en su último reporte de perspectivas económicas publicado este martes, en el cual realizó una revisión al alza de 0,3 puntos porcentuales desde 1,6% hasta 1,9% para este año. Su estimación de crecimiento para 2024 se mantuvo en 2,2%.

Brasil y México son las puntas de lanza de la mayor actividad, indica el FMI, y en ambos países se esperan repuntes por encima de lo esperado. La economía brasileña, cuyo pronóstico de crecimiento del PIB para este año fue revisado desde un 0,9% en el reporte de abril a 2,1%, ha tenido un mejor desempeño debido “al aumento en la actividad agrícola en el primer trimestre de 2023, con efectos indirectos positivos en la actividad de servicio”.

México, en tanto, crecerá 2,6% este año, 0,8 puntos porcentuales más que lo previsto en abril. Para el FMI, la economía mexicana está mostrando un repunte de su actividad principalmente en el área servicios debido a una “recuperación tardía post pandemia que hoy se ve más afianzada y a una demanda más resiliente desde Estados Unidos”.

Sin embargo, aunque las perspectivas son levemente mejores, el crecimiento de la región sigue estando bajo presión, luego de un 2022 a todas luces más positivo. “La disminución de 2022 a 2023 refleja el desvanecimiento del rápido crecimiento durante 2022 después de la reapertura de la pandemia, así como precios más bajos de las materias primas”, explica el reporte, de 11 páginas.

Asimismo, los autores del documento alertan sobre la fragilidad de la economía mundial, la que, afirman, “sigue siendo débil según los estándares históricos”, lo que se debe en mayor medida, explican, a que “el aumento de las tasas de política de los bancos centrales para combatir la inflación continúa pesando sobre la actividad económica”.

“La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció en mayo que ya no considera la Covid-19 como una `emergencia de salud global`. Las cadenas de suministro se han recuperado en gran medida, y los costos de envío y los plazos de entrega de los proveedores han vuelto a los niveles previos a la pandemia. Pero las fuerzas que obstaculizaron el crecimiento en 2022 persisten. La inflación sigue siendo alta y continúa erosionando el poder adquisitivo de los hogares. El endurecimiento de los bancos centrales en respuesta a la inflación ha elevado el costo de los préstamos, restringiendo la actividad económica”, advierte el FMI.

El informe también aborda las inquietudes sobre la salud del sector bancario. Aunque celebra la fuerte acción de las autoridades para contener las turbulencias en la banca estadounidense y en la suiza, señala que éstas “podrían reanudarse a medida que los mercados se ajusten a un mayor endurecimiento de las políticas por parte de los bancos centrales”.

Otra preocupación que plantea el reporte es la situación de China, la segunda economía de mundo y uno de los principales socios comerciales de varias de las economías de Latinoamérica. “Tras un impulso de reapertura, la recuperación de China está perdiendo fuerza. La actividad manufacturera y el consumo de servicios se recuperaron a principios de año cuando las autoridades abandonaron sus estrictas políticas de bloqueo. No obstante, la persistente debilidad del sector inmobiliario está haciendo caer la inversión, mientras la demanda sigue siendo débil y el desempleo juvenil aumenta”, alerta el reporte del Fondo Monetario Internacional.

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