Puig se prepara para buscar capital para competir en la industria del lujo
La empresa catalana de perfumería, moda y cosmética niega que esté preparando una salida a Bolsa, aunque su estrategia de crecimiento y los últimos movimientos así lo sugieren
La pregunta siempre sale en todas las ruedas de prensa y entrevistas, y Marc Puig siempre la escucha con media sonrisa: ¿cuándo saldrá Puig a Bolsa? El presidente y consejero delegado de la empresa, miembro de la tercera generación de la multinacional familiar de perfumería, moda y cosmética fundada en Barcelona en 1914, siempre responde lo mismo: no está sobre la mesa. No obstante, fuentes del sector indican que es algo que puede llegar a ocurrir tarde o temprano, y si bien el flirte...
La pregunta siempre sale en todas las ruedas de prensa y entrevistas, y Marc Puig siempre la escucha con media sonrisa: ¿cuándo saldrá Puig a Bolsa? El presidente y consejero delegado de la empresa, miembro de la tercera generación de la multinacional familiar de perfumería, moda y cosmética fundada en Barcelona en 1914, siempre responde lo mismo: no está sobre la mesa. No obstante, fuentes del sector indican que es algo que puede llegar a ocurrir tarde o temprano, y si bien el flirteo de la compañía con los mercados en 2008 quedó en nada, ahora este movimiento parece más natural, sino inevitable: los cambios corporativos recientes indican una toma de posiciones por parte de Puig, y la estrategia de los últimos años le aboca a una situación en la que, si quiere seguir creciendo y competir con los grandes, deberá tener más a mano el acceso a capital.
Puig entró en una nueva dimensión cuando decidió que quería ser un actor importante en la perfumería selectiva. El presidente lo recordó en la presentación de resultados del pasado marzo: “Hemos alcanzado una cuota del 10% del mercado mundial de perfumería selectiva, donde hace 20 años solo teníamos el 3%”. La evolución del negocio ha sido mayor de la que preveía la propia compañía —en 2022, Puig obtuvo un beneficio neto de 400 millones y facturó 3.620 millones de euros, más del doble que diez años antes— y ha ido acompañada de una agresiva política de adquisiciones para ampliar su porfolio de marcas, que ya contaba con enseñas tan importantes como Paco Rabanne, Carolina Herrera o Nina Ricci. En junio de 2020 compró la marca de maquillaje Charlotte Tilbury, en una operación valorada en 900 millones, y el año pasado se hizo con la participación mayoritaria de las marcas Kama Ayurveda, Loto del Sur y Byredo, esta última por 1.000 millones.
La compañía está en plena expansión y, al ser de propiedad completamente familiar, ha tenido que crecer con recursos propios: lo ha hecho con los ingresos que genera y también mediante una deuda que, al cierre del pasado ejercicio, ascendía a 1.015 millones de euros, con una ratio de apalancamiento de 1,6 veces el ebitda (resultado bruto de explotación). Pero ocurre que, cuando vas de compras, puede que lo que te gusta también lo quiera otro —es lo que ocurrió en la compra de Byredo, que casi se la lleva el gigante francés L’Oréal—, y para competir con igualdad de condiciones, es necesario estar en igualdad de condiciones.
“Los competidores de Puig sí que tienen resueltas las necesidades de capital. Como Puig, son grandes compañías multinacionales, globales, todas de origen familiar, pero están en Bolsa”, señala Vicente Bosque, socio de la firma de asesoramiento ONEtoONE Corporate Finance. Y las necesidades de capital son altas, teniendo en cuenta cómo ha crecido el sector del lujo y qué tamaño tienen sus grandes actores.
El lujo, que ha demostrado ser muy resiliente pese a la pandemia, la incertidumbre y la inflación, facturó el año pasado en su conjunto más de 350.000 millones de dólares, según la consultora Bain&Company. El rey de todo este sector es sin duda LVMH, que cuenta con marcas como Louis Vuitton, Tiffany, Loewe o Christian Dior. La familia Arnault es propietaria del 48,2% de las acciones, la empresa facturó casi 65.000 millones el año pasado, y su capitalización bursátil es de 447,50 mil millones. La de L’Oréal es de 227,79 mil millones, por poner otra de las empresas a las que Puig mira.
“Puig es ya un jugador mundial y relevante, y ha empezado a despegar cuando ha identificado que su nicho es la perfumería selectiva, apoyándose en la moda como canal para tener una historia y poder vender. También ha entrado en otros ámbitos como la cosmética, con Charlotte Tilbury y con Isdin... se trata de aumentar las categorías para seguir creciendo. Pero si te quieres medir con esta gente, tienes que trabajar con las mismas armas”, abunda Bosque, que sitúa la actual valoración de mercado de Puig por encima de los 8.000 millones. Empresas de su tamaño, como Shiseido o Zegna, también están en Bolsa.
Varios movimientos de la empresa en los últimos años indican que la estrategia de Puig va en esa dirección de competir con los mayores. “Hay que tener en cuenta que Marc Puig se formó e hizo su carrera profesional en EE UU, donde dirigió la filial americana. Ha aprendido cómo se hacen las grandes corporaciones”, apunta el experto. El primer movimiento está en la estrategia de crecimiento mediante la adquisición de marcas, que viene acompañada de una expansión en los mercados, con la mirada puesta en Latinoamérica, Estados Unidos, India y China. La segunda pista está en la decisión de que la cuarta generación de la familia Puig no asuman cargos de responsabilidad en la empresa, para lo que buscarán perfiles ejecutivos de alto nivel: “Las familias funcionan por amor y una empresa necesita jerarquía”, dijo el presidente en una entrevista.
Y por último, los cambios en la estructura de la empresa. La semana pasada, la empresa Puig, que es una sociedad limitada, convirtió la sociedad anónima Jorba Perfumes en su matriz, a la que rebautizó Puig Brands S.A., según avanzó Expansión. Una salida a Bolsa solo puede hacerse a partir de una sociedad anónima, pero la empresa explica que solo hizo este cambio porque el límite de consejeros que puede tener una SL es 12, y había que ampliarlo porque justo unos días antes había anunciado la incorporación al Consejo de Administración de tres nuevos consejeros independientes, especializados en perfumería, gran consumo y capital riesgo. En paralelo, Puig hizo varias modificaciones estatutarias, en relación con el número de las acciones o la creación de clases de títulos, entre otras. “Todo esto es un indicador de que quieren cumplir con las normas de gobernanza necesarias cuando vas a un mercado cotizado”, dice Bosque, que indica que es el paso más lógico para la empresa: “Con este tamaño, necesitas acceso al capital de manera fluida, porque los proyectos se te aparecen sobre la marcha. Tener acceso a los mercados te da unas facilidades, también de acceso al crédito, que son necesarias si quiere seguir creciendo a un ritmo acumulado del 5% anual”.
Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal