Las hipotecas que se revisen con el euríbor de marzo se encarecerán más del 50%
El índice pisa el freno en el tercer mes con la menor subida del último año, pero aun así provocará el mayor encarecimiento de los préstamos en sus 24 años de historia
La caída del Silicon Valley Bank y los problemas de otros bancos a ambos lados del Atlántico han hecho pisar el freno al euríbor en el mes de marzo, pero no impedirán el mayor encarecimiento de las hipotecas variables de los últimos 24 años. En el tercer mes del año, el indicador ha progresado 113 milésima...
La caída del Silicon Valley Bank y los problemas de otros bancos a ambos lados del Atlántico han hecho pisar el freno al euríbor en el mes de marzo, pero no impedirán el mayor encarecimiento de las hipotecas variables de los últimos 24 años. En el tercer mes del año, el indicador ha progresado 113 milésimas, su menor salto en el último año —en septiembre pasado llegó a avanzar 984 milésimas, casi un punto porcentual—, y por eso acaba marzo con una media mensual del 3,647%. Esa ralentización, sin embargo, no se traducirá aún en buenas noticias para los prestatarios, puesto que la mayoría de hipotecas variables se revisan una vez al año y la diferencia con el euríbor de hace un año es determinante en la cuota. Y marzo de 2022 fue el último mes de la larga etapa de tipos ultrabajos en que el indicador resistió en negativo. Eso hace que la diferencia respecto a hoy sea de más de 3,8 puntos porcentuales, la mayor desde que el indicador echó a andar, en 1999.
La consecuencia para los préstamos que recalculen sus letras usando los datos de marzo supondrá una subida de más del 50%. Para una hipoteca media (145.510 euros a pagar en 24 años, según los datos del INE de 2022) que tenga un diferencial de euríbor más un punto, el alza superará los 270 euros al mes. Los cálculos de EL PAÍS indican que un préstamo con esas condiciones pasaría, así, de pagar 553,1 euros a 823,3 euros. Al año, la diferencia supera los 3.240 euros.
Con este marzo, las hipotecas variables suman ya 15 meses consecutivos al alza. Ha sido un proceso gradual: si en enero de 2022 apenas subían unos céntimos, el pasado verano ya superaban los 100 euros al mes y han acabado por superar los 250 euros. Sin embargo, esa pauta podría comenzar a frenarse a partir de abril porque, como ha pasado con la inflación, el denominado efecto base empezará a surtir efecto. El cuarto mes del año pasado fue el que consagro el giro definitivo del euríbor, que se puso en positivo tras seis años en valores negativos. Eso hace que, en adelante, el indicador se compare con valores positivos y, de seguir la misma tendencia que ahora, la diferencia interanual empezará a retroceder. No obstante, es previsible que todavía asistamos un par de meses más a subidas por encima de los 200 euros.
Todo dependerá, además, del ritmo que marque la política monetaria. De momento, el Banco Central Europeo (BCE) ha mantenido en este tercer mes la senda que se marcó de subir medio punto los tipos de interés oficiales. Eso ha dejado el precio oficial del dinero en el 3,5%. La duda es qué paso dará en la próxima reunión, que se celebrará en mayo, después de que la Reserva Federal de EE UU solo aumentase sus tipos un cuarto de punto en plena tormenta financiera por el Silicon Valley Bank.
Incertidumbre futura
El dato es importante porque el euríbor es, en realidad, el valor al que una serie de bancos de la zona euro declaran que estarían dispuestos a prestarse dinero. Ese interés, para un préstamo a 12 meses, es el que contemplan la mayoría de hipotecas variables en España como referencia para calcular las cuotas y de ahí su importancia para el consumidor de a pie. Si la banca cree que el BCE va a subir puntos hasta el 3,75% o incluso el 4%, teóricamente el euríbor se situaría por encima para sacar margen a ese precio oficial del dinero. Pero hay expertos que también señalan que, cuando el indicador está en fase contractiva como pasó en el largo periodo de tipos ultrabajos en Europa, los bancos priman el coste de oportunidad (el dinero que pierden por no dejar prestado dinero) y entonces se fijan en la facilidad de depósito (que actualmente está en el 3% y podría subir al 3,25% o al 3,5% en función de lo que decida el regulador monetario).
Esa situación ya se vislumbró fugazmente a mediados de marzo, cuando el euríbor retrocedió medio punto en una semana a raíz de los problemas bancarios en EE UU y Europa. Luego volvió a recuperar terreno y por eso Fernándo López, jefe de operaciones de la asesora financiera Gibobs Allbanks, destaca que el indicador “muestra una fuerte volatilidad”, lo que deja “mucha incertidumbre sobre dónde se situarán los tipos dentro de seis meses”.
El futuro es una incógnita, más aún cuando ya se ha visto que la inflación ha empezado a moderarse este marzo en Europa, aunque todavía está muy por encima del objetivo del 2% del BCE y el indicador subyacente muestra que queda batalla para rato. “La situación económica actual está provocando que las entidades bancarias modifiquen sus ofertas mucho más frecuentemente”, añade López, que ve un interés creciente tanto de nuevos prestatarios como de antiguos por buscar consejo para lograr la mejor hipoteca o cambiar las condiciones de la que ya tienen.
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