La OCDE sugiere subir el salario mínimo para proteger a los trabajadores más vulnerables por la inflación
La organización minimiza los efectos negativos pero pide acuerdos con los agentes sociales
El debate sobre el salario mínimo interprofesional (SMI) cuenta con un nuevo informe que espolea las demandas de los trabajadores. En plena negociación en España para fijar la subida del próximo año, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) apuesta por esta herramienta para proteger a los más vulnerables del golpe de una inflación disparada. “Aunque la elevada incertidumbre y la ralentización del crecimiento económico p...
El debate sobre el salario mínimo interprofesional (SMI) cuenta con un nuevo informe que espolea las demandas de los trabajadores. En plena negociación en España para fijar la subida del próximo año, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) apuesta por esta herramienta para proteger a los más vulnerables del golpe de una inflación disparada. “Aunque la elevada incertidumbre y la ralentización del crecimiento económico pueden sugerir cautela a la hora de aumentar los salarios mínimos, en varios países de la OCDE existen márgenes para adaptar, al menos parcialmente, el nivel existente del salario mínimo legal con el fin de proteger a los trabajadores más vulnerables del aumento de los precios”, recoge un informe del organismo difundido este viernes.
De esta forma, el club de los países más ricos recomienda el uso de esta herramienta, aunque reclama que se haga de forma acordada con los agentes sociales. “Es importante considerar detenidamente los efectos económicos y sociales de los ajustes de los salarios mínimos y consultar a los interlocutores sociales y otras partes interesadas”, dice el texto. Pese a ello, reconoce que la situación difiere mucho entre países. Eso sí, incluso con estos matices, incide en su necesidad: “Con la inflación alcanzando niveles no vistos en las últimas cuatro décadas en la mayoría de países de la OCDE y afectando desproporcionadamente a los hogares de más bajos ingresos y vulnerables, los salarios mínimos podrían volverse una herramienta aún más importante para proteger el nivel de vida de los trabajadores con salarios bajos”.
Además, la OCDE pone más deberes a los gobiernos para que un alza del SMI tenga efectos reales: “Deben considerarse parte de un paquete político más amplio. Para ser más eficaces, es esencial que las políticas de salario mínimo se coordinen con las políticas fiscales y de prestaciones sociales a fin de garantizar que los aumentos del valor legal del salario mínimo se traduzcan en una mayor remuneración neta, limitando al mismo tiempo el aumento de los costes laborales para los empresarios”. Esto, recoge el análisis del organismo con sede en París, es especialmente relevante en la coyuntura actual con los nubarrones de recesión en Occidente.
En este contexto, la lucha entre la patronal y los sindicatos está asegurada. Sobre ello, el informe cita varios estudios académicos previos que sostienen que esta medida tiene unos efectos negativos limitados. Es decir, trata de desmontar parte del argumentario de los representantes de los empresarios.
Suelo salarial
En España, la negociación está en marcha y las partes creen que el Ejecutivo optará por un incremento en línea con la inflación (como ya hiciera con los pensionistas). Sin embargo, todavía no se han cerrado las conversaciones. Los empresarios, que ya se negaron a dar su apoyo a la última subida, consideran que esto supone un sobrecoste más en plena espiral alcista de precios que también aprieta sus cuentas. Pese a ello, incide la OCDE, el alza del SMI solo marca un suelo. “Por encima de ese suelo, la negociación colectiva puede desempeñar un papel importante a la hora de garantizar una participación justa en el coste de la inflación para una gran parte de los trabajadores”.
En este sentido, la negociación de los convenios colectivos resultará clave: “Pueden ayudar a empresas y trabajadores a encontrar soluciones a medida y ad hoc para evitar una espiral de precios salariales”. Es decir, bloquear que lleguen los temidos efectos de segunda ronda a la inflación. Esto, según el organismo, se puede lograr con distintas alternativas: pone como ejemplo un límite a los aumentos salariales a cambio de complementos.
La OCDE recuerda asimismo que esta herramienta no sirve para proteger a todos los hogares vulnerables. “El salario mínimo legal solo se aplica a los asalariados. La aparición de nuevas formas de trabajo, en algunos casos mal pagadas, está obligando a los responsables políticos a reflexionar sobre cómo ampliar las protecciones contra los salarios bajos a los trabajadores que formalmente son autónomos pero se encuentran en una relación de poder desequilibrada”, esgrime el organismo.
Por tanto, no se trata de una solución que acabe con los problemas de las familias con menos recursos, pero al menos amortiguará parte del golpe de la inflación en muchos hogares en apuros. “Los salarios mínimos pueden tener un fuerte impacto en los salarios de la parte inferior de la distribución y contribuir a preservar el poder adquisitivo de los trabajadores con salarios bajos. Así pues, especialmente en épocas de inflación elevada, los salarios mínimos deben revisarse periódicamente para garantizar que mantengan su utilidad”, concluye la OCDE.