El Gobierno espera cerrar esta semana el acuerdo con la banca para ayudar a los hipotecados en apuros
Calviño avanza que las medidas acordadas entrarán en vigor el 1 de enero para aliviar a las familias por la subida del euríbor
El Gobierno quiere cerrar cuanto antes el acuerdo con la banca para ayudar a los clientes financieros vulnerables. Y lo quiere para ya, como ha asegurado este martes la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. “Estamos trabajando muy intensamente con reuniones diarias con representantes de la banca y yo espero que, cuanto antes, lleguemos a un acuerdo. De hecho les hemos dado es...
El Gobierno quiere cerrar cuanto antes el acuerdo con la banca para ayudar a los clientes financieros vulnerables. Y lo quiere para ya, como ha asegurado este martes la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. “Estamos trabajando muy intensamente con reuniones diarias con representantes de la banca y yo espero que, cuanto antes, lleguemos a un acuerdo. De hecho les hemos dado esta semana para poder cerrar un acuerdo. Queremos cuanto antes poder adoptar estas medidas y que estén en vigor el 1 de enero y exista este catálogo de soluciones que puedan dar alivio a las familias españolas”, ha asegurado.
Las conversaciones comenzaron en septiembre y todavía no ha habido fumata blanca, entre otras cosas, por la dificultad de cerrar un pacto que beneficie a los hogares vulnerables y a los que estén en riesgo de serlo. Es decir, ampliar el perímetro de beneficiarios para aliviar el impacto de las fuertes subidas del euríbor. Para este colectivo se negocian medidas concretas que alivien su carga financiera, por ejemplo, la ampliación del plazo de las hipotecas sin que esto suponga un aumento del pago de intereses.
“Estamos trabajando en dos líneas en paralelo: por un lado, ampliar y mejorar el funcionamiento del Código de Buenas Prácticas que ya existe para aliviar la situación de los colectivos más vulnerables. Y, en segundo lugar, establecer un protocolo adicional para apoyar a aquellas familias de clase media que se puedan ver en riesgo de vulnerabilidad como consecuencia de la acelerada subida de los tipos de interés”, ha explicado Calviño. Así, la negociación pretende lanzar una red de auxilio que abarque más allá de los hogares vulnerables. Estos, según el Código de Buenas Prácticas, son los que tengan unos ingresos inferiores a en tres veces el IPREM (indicador público de renta de efectos múltiples) de 14 pagas, que la unidad familiar haya sufrido una alteración significativa de sus circunstancias económicas y que la cuota hipotecaria supere el 50% de los ingresos netos del hogar, aunque los dos últimos puntos están siendo discutidos.
De esta forma, el Ejecutivo espera conseguir que salga adelante un paquete amplio de medidas, como ha defendido la vicepresidenta para Asuntos Económicos desde hace semanas. Sin embargo, el sector financiero quería matizarlo y delimitarlo para evitar un aumento excesivo de las provisiones. “Acuerde lo que se acuerde, tiene que aplicarse a un perímetro reducido, a los más vulnerables”, aseguró Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, en la presentación de resultados del tercer trimestre de la entidad. En la misma línea se pronunció en los resultados del Sabadell su homólogo, César González-Bueno: “Todas las medidas de este tipo es mucho mejor que sean transitorias que permanentes. Por ello, lo que se acuerde debe ir, preferiblemente, fuera del código”.
La dotación de provisiones está siendo uno de los grandes caballos de batalla de la negociación: si se refinancian créditos hipotecarios, los bancos deben reclasificarlos, al menos, bajo vigilancia especial, lo que aumentaría estas provisiones ante posibles impagos. Esto, además, no depende del Gobierno, sino que se fija en la normativa internacional. Otro de los puntos que más fricción es lo que se amplíe el número de posibles beneficiados. “En algún momento hay que cortar. La duda es: ¿dónde pones el límite?”, cuestionan desde la banca.
Fuentes financieras explican desde hace días que el acuerdo está cerca, aunque con matices: “El tiempo político es uno y la necesidad real es otra. La morosidad bancaria sigue por debajo del 4% y no existe un problema, aunque todos estamos remando para sacar el acuerdo cuanto antes. Eso sí, todavía quedan cosas por cerrar”. Pese a ello, Calviño ha dejado claro tras el Consejo de Ministros que habrá acuerdo esta misma semana y que será más amplio que lo que recoge el código. “Confío en que cuanto antes tengamos ese acuerdo y en todo caso nos hemos dado de margen hasta final de la semana”, ha afirmado.