Los inversores esperan con ansiedad el discurso del presidente de la Reserva Federal en Jackson Hole

Jerome Powell dará pistas sobre la evolución de los tipos de interés en Estados Unidos

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell (a la derecha), y el presidente de la Reserva federal de Nueva York, John Williams, en Jackson Hole (Wyoming), en el simposio de 2019.ANN SAPHIR (REUTERS)
Washington -

El trabajo de Jerome Powell se ha convertido en los últimos tiempos en el de equilibrista. Camina por una cuerda floja, con el abismo de la inflación descontrolada a un lado y el riesgo de recesión al otro. Los inversores observan cada paso para ver hacia qué lado se inclina. Así llega al simposio de política monetaria de Jackson Hole (Wyoming), el clásico del verano en que todo el mundo está pendiente de las señales que surgen de ese valle entre montañas del lejano Oeste.

En ese ejercicio de equilibrismo, Powell midió cuidadosamente sus palabras tras la última reunión de la Reserva Fed...

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El trabajo de Jerome Powell se ha convertido en los últimos tiempos en el de equilibrista. Camina por una cuerda floja, con el abismo de la inflación descontrolada a un lado y el riesgo de recesión al otro. Los inversores observan cada paso para ver hacia qué lado se inclina. Así llega al simposio de política monetaria de Jackson Hole (Wyoming), el clásico del verano en que todo el mundo está pendiente de las señales que surgen de ese valle entre montañas del lejano Oeste.

En ese ejercicio de equilibrismo, Powell midió cuidadosamente sus palabras tras la última reunión de la Reserva Federal. Cundió la sensación de que, en la lucha contra la inflación, el ritmo de subidas de tipos podría frenarse, pero, a la vez, que los tipos altos podrían mantenerse más tiempo. Pero no dejan de ser condicionales.

Las actas de esa reunión no despejaron las dudas y mostraron que, con las subidas de tipos, la Reserva Federal teme tanto quedarse corta (y que la inflación se enquiste) como pasarse (y frenar la economía más de lo necesario). El primer interrogante es si en la reunión del próximo 21 de septiembre la Reserva subirá los tipos 0,50 o 0,75 puntos. Es difícil que se resuelva ese viernes. La Reserva Federal dejó claro que esperará a los datos que se vayan publicando. Pero el debate de fondo es si, puestos a elegir, Powell preferirá pasarse o quedarse corto.

La recuperación de las Bolsas y la bajada de los tipos de la deuda muestran que algunos creen que Powell va de farol y que no será tan duro como para provocar una crisis o que cuando el paro empiece a subir le temblará el pulso. Pero esa relativa relajación monetaria puede ser una profecía que se autoincumple. Si los mercados se confían, el riesgo de inflación crece y pueden obligar a subidas de tipos más agresivas.

Powell vuelve a Jackson Hole, además, con el lastre de credibilidad que supone haber minusvalorado el riesgo de una inflación duradera. Hace un año, la consideraba transitoria y se equivocó. Ahora insistirá en su compromiso de bajar la inflación, pero inversores y analistas aguardan con ansiedad los matices de cada mensaje una vez que la inflación ha dado un pequeño respiro por la bajada del precio de la gasolina.

El discurso de Powell es el más esperado de un programa en el que participan más de un centenar de economistas y banqueros centrales, incluida la número dos del Fondo Monetario Internacional, Gina Gopinath. La inflación es el problema compartido que centrará los debates e intervenciones en este foro, que organiza desde 1978 el banco de la Reserva Federal de Kansas y que recupera el formato presencial tras dos años de pandemia.

El tema de este año son las limitaciones y restricciones a que se enfrenta la economía y la política económica desde la pandemia y cómo las consideraciones sobre la oferta han vuelto al centro del escenario. “Los cuellos de botella y la escasez han limitado la oferta económica incluso cuando los niveles históricos de estímulo fiscal y monetario han provocado un aumento de la demanda, lo que ha dado lugar a un desequilibrio que ha hecho subir la inflación en todo el mundo”, explica la Reserva Federal de Kansas. Además, la extraordinaria e innovadora respuesta de la política económica a la pandemia suscita temas como la preocupación por la sostenibilidad fiscal y el tamaño de los balances de los bancos centrales, que se ha disparado en los últimos años.

El simposio se celebra a lo largo de tres días, desde este jueves hasta el sábado, pero el viernes son las intervenciones más destacadas. De hecho, el programa no ha estado disponible hasta la tarde de este jueves en Wyoming, madrugada del viernes en España. Las intervenciones de Jerome Powell, de la consejera del BCE Isabel Schnabel y de Gina Gopinath son las más destacadas.

El primer presidente de la Reserva Federal en asistir al simposio fue Paul Volcker, en 1982, el año en que el foro se estableció en Jackson Hole. Su sucesor, Alan Greenspan, fue el primero en tener una intervención formal, en 1989, una tradición que se ha mantenido desde entonces. Ben Bernanke, Janet Yellen y Jerome Powell han acudido a la cita a exponer su política con un enfoque de medio y largo plazo más allá de la inmediatez que imponen las ruedas de prensa que siguen a las reuniones de política monetaria. La intervención de este año de Powell, gran admirador de Volcker, es la más esperada de todo su mandato.


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