Las represalias de Argelia ponen en riesgo casi 3.000 millones en exportaciones españolas: “Estamos desesperados”
El país norteafricano es un importante proveedor energético para España, pero solo es destino del 1% de las ventas al exterior
El castigo comercial que Argelia ha impuesto a España por su cambio de posición sobre el Sáhara genera preocupación en los sectores y empresas más expuestos al país norteafricano. No se trata de uno de los principales destinos de los bienes y servicios españoles —en 2019, antes de la pandemia, apenas suponía un 1% de las exportaciones—, pero aun así estas sumaron aquel año casi 3.000 millones de euros.
La sensación general en algun...
El castigo comercial que Argelia ha impuesto a España por su cambio de posición sobre el Sáhara genera preocupación en los sectores y empresas más expuestos al país norteafricano. No se trata de uno de los principales destinos de los bienes y servicios españoles —en 2019, antes de la pandemia, apenas suponía un 1% de las exportaciones—, pero aun así estas sumaron aquel año casi 3.000 millones de euros.
La sensación general en algunas patronales es de sorpresa e incertidumbre, porque todavía se desconoce el impacto exacto de las medidas. Todo queda a expensas de la evolución del conflicto y de las labores diplomáticas para encauzar la situación. Mientras tanto, las firmas españolas ya contactan con sus clientes argelinos para conocer de primera mano el alcance del veto a sus productos. Por sectores económicos, según los datos de la Secretaría de Estado de Comercio, los que más venden al país norteafricano son semimanufacturas (más de 1.100 millones el año previo a la covid), metalurgia principalmente; bienes de equipo (605 millones) y automoción (casi 460 millones de euros). Para Argelia, España es su quinto proveedor, por detrás de China, Francia, Italia y Alemania.
El punto que más preocupa a las compañías y, a la vez, el que más dudas genera, es la congelación a partir de este jueves de las domiciliaciones bancarias en operaciones provenientes y destinadas a España, según anunció la Asociación de Bancos y Establecimientos Financieros argelina (Abef). En la práctica, esto impedirá el comercio, ya que las firmas no podrán cobrar los pedidos que envíen, pero La Moncloa estudia si es posible denunciar a Argelia ante la Unión Europea por esta decisión, según fuentes gubernamentales, ya que creen que puede vulnerar el Acuerdo Euromediterráneo de 2005, que estableció un régimen de asociación preferente entre la Comunidad Europea y Argelia.
La sanción argelina recuerda a la impuesta por la Unión Europea y Estados Unidos contra Rusia tras la ofensiva sobre Ucrania. Sin embargo, en este caso no se trata de un corte abrupto de la relación entre los sistemas financieros. “No se aísla ni se cercenan las conexiones. Los bancos pueden mantener sus operaciones, aunque de forma indirecta el resultado es similar al limitar o congelar los pagos comerciales a empresas españolas”, explican fuentes del sector bancario.
Preocupación entre las empresas
Entre los afectados cunde la inquietud. Para los fabricantes de esmaltes, con sede sobre todo en la provincia de Castellón, Argelia es su segundo mercado tras Italia, con unas ventas de 90 millones de euros en 2021 al país norteafricano. Por eso, ya han comenzado las consultas. “Estamos muy preocupados. Nos consta que nuestros socios han contactado con sus clientes en Argelia para ver cómo está la situación allí. Este año las ventas estaban aumentando. Tenemos que ser cautelosos, seguir lo que ocurre en los próximos días y ver cómo nos va a afectar”, explica Manuel Breva, secretario general de la patronal que los agrupa (Anffecc).
Algo menores fueron las ventas de los fabricantes de azulejos y pavimentos cerámicos. En 2021 hicieron envíos a Argelia por valor de 39 millones de euros, el destino número 22 a nivel global. “Argelia fue hace años un destino importante. Sin embargo, a la vez que prosperaba su industria local, crecieron las barreras comerciales a nuestras exportaciones”, asegura Ascer, la patronal del sector, que cifra en un 63% la caída de sus envíos entre 2015 y 2020 por los aranceles.
Las empresas con intereses allí confían en que finalmente se halle una solución. En caso contrario, sería un nuevo contratiempo en unos años ya muy convulsos tras encadenar pandemia, problemas de suministro y guerra. En la firma con sede en Barcelona PMS International, dedicada al comercio internacional de materias primas y productos químicos entre otros, la situación es crítica. El 90% de su facturación —unos 35 millones— corresponde a Argelia. “Tenemos un montón de contenedores parados en puertos argelinos. Estamos desesperados, y nuestros clientes argelinos están desesperados porque no pueden recuperar la mercancía y los gastos de estancia corren”, dice su director general, Job Pero, que estos días participa de un sinfín de reuniones de crisis sobre posibles salidas.
Al teléfono, el directivo explica que los problemas no empezaron este jueves. “Lo venimos sufriendo desde el mismo día en que [Pedro] Sánchez cambió su postura sobre el Sáhara. Ahí ya empezaron a producirse bloqueos en las aduanas. Había instrucciones veladas de bloquear las importaciones de producto español”, afirma. También participan de varias adjudicaciones de plantas de tratamiento de aguas que ahora están en riesgo. “Nos están diciendo que no van a tener en cuenta a las empresas españolas. Estoy valorando llevar a la familia a Portugal y abrir una empresa allí”, sostiene.
La patronal española de alimentación y bebidas (FIAB) explica que el país norteafricano ocupa el puesto 23 en la clasificación de mercados a los que exportan. En 2021, España envió allí alimentos y bebidas por valor de 297,55 millones de euros. Entre los principales productos exportados aparecen la partida de otros aceites (que excluye los de oliva), platos preparados, cacao, chocolate y confitería, así como leche y productos lácteos.
Entre las siderúrgicas, Argelia era hace unos años un destino preferente, en particular de productos largos para la construcción, pero desde hace dos años la instalación de nuevas capacidades y las barreras comerciales redujeron mucho las exportaciones. Sobre todo las de acero: se pasó de 450.000 toneladas en 2019 a 112.000 en 2021, una cifra que la patronal del sector Unesid no estima significativa.
Los fabricantes de automóviles también se verán afectados, aunque en su caso el impacto será muy limitado. La patronal Anfac explica que el año pasado se exportaron solo 5.171 vehículos a Argelia, un 0,3% del total vendido al exterior. Pese a ello, reconocen que todos los mercados son importantes y seguirán muy de cerca la evolución del conflicto. En los puertos de carga de mercancía también se observa de cerca la crisis y, sobre todo, si provoca que haya pedidos que se tengan que quedar en tierra. Las cadenas de suministro están muy tensionadas por los cuellos de botella y las restricciones argelinas podrían complicar todavía más su operativa.
El gas, inmune a las sanciones
Por la parte de las importaciones, España le compra sobre todo gas —alrededor de un cuarto de lo que importa llega de Argelia—. Este negocio queda fuera de las sanciones y no se ve afectado por el veto a los pagos comerciales. Al menos en principio, según fuentes del sector. De hecho, se mantiene abierta la negociación del nuevo contrato de precios del gas para el trienio 2022-2025. Muestra de esta aparente normalidad es que este jueves sigue según lo previsto el envío de gas por tubo. Además, el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, ha insistido en que las represalias tomadas no afectan a la energía.
Esto supone un alivio para España. La economía del país norteafricano depende mucho de la exportación energética, y en el caso del gas, además, le resultaría muy complejo derivar a otros mercados la pérdida de España como cliente. Es decir, tiene mucha capacidad de producción, pero no forma de venderlo al exterior más allá de los tubos que tiene hacia España e Italia o por barco, donde la capacidad es más reducida. Así, aunque aumentara las ventas por barco, no sería suficiente para compensar el volumen que le provocaría una supuesta pérdida como socio de Madrid.
“No puedes cerrar un grifo de energía de un día para otro, perderías tu credibilidad en el mercado, pero sí pueden cambiar las condiciones cuando los contratos venzan. Aquí Argelia aplica lo que decía Churchill de que Inglaterra no tiene amigos, tiene intereses”, advierte Eduardo Irastorza, profesor de EAE Business School.
En el conjunto de las exportaciones argelinas, España es el tercer cliente tras Italia y Francia, aunque los lazos comerciales de Argelia con el régimen de Vladímir Putin son cada vez mayores. Es uno de los grandes compradores de trigo ruso y está reduciendo la adquisición de trigo europeo. También es un gran comprador de armamento ruso. De hecho, Serguéi Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, se reunió a finales de mayo en Argel con el presidente, Abdelmayid Tebune. Ese factor eleva el enfrentamiento con España a una dimensión superior en medio de la inquietud de Bruselas, que llama a Argelia a dar marcha atrás en la decisión de suspender el tratado de amistad con España.