Opinión

La Sareb y la vivienda

El banco malo tiene un relevante patrimonio en viviendas que no ha sabido administrar, mientras que los grandes ayuntamientos reclaman pisos para cubrir necesidades sociales

Estand de Sareb en la feria SIMA de Madrid. Manuel Casamayón

A medida que vamos asimilando el coste que está significando para los contribuyentes la Sareb o banco malo, (aumento de la deuda y déficit públicos en 35.000 y 14.000 millones de euros, respectivamente), resultan necesarias más explicaciones sobre lo ocurrido. Hay que recordar que las previsiones oficiales estimaron un benef...

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A medida que vamos asimilando el coste que está significando para los contribuyentes la Sareb o banco malo, (aumento de la deuda y déficit públicos en 35.000 y 14.000 millones de euros, respectivamente), resultan necesarias más explicaciones sobre lo ocurrido. Hay que recordar que las previsiones oficiales estimaron un beneficio anual del 14% en esta sociedad.

La Sareb se creó en 2012 de acuerdo con el Memorándum de Entendimiento (MoU) pactado entre el Gobierno del PP y las autoridades europeas. El objetivo fue adquirir los activos inmobiliarios (bienes y préstamos) mayoritariamente dudosos para sanear las entidades financieras que habían precisado ayudas públicas. Una de las claves para explicar esta ruina es conocer cómo se realizaron estas operaciones. Aristóbulo de Juan, ex director general del Banco de España, explicó en el Congreso que “con las prisas, que no fueron culpa de la Sareb, hubo un 15% o un 20% de activos que se compraron, pero no estaban identificados y hasta que no se documentaron, un año y medio o dos después, no pudieron ser vendidos”.

Numerosos expertos coinciden en que los precios de compra estaban hinchados para aliviar a las entidades con dificultades. Un buen conocedor del caso subraya que otro problema estuvo en que se aceptaron préstamos sin garantía real, a diferencia del banco malo irlandés NAMA. La realidad es que el NAMA, constituido en 2009, ha sido un éxito. Prevé obtener unos beneficios de 1.000 millones de euros en 2021, que se elevarán a 4.250 millones en 2025, cuando está previsto que termine sus operaciones.

Las pérdidas reconocidas por la Sareb entre 2013 y 2021 ascienden a 6.701 millones de euros. La mayor parte de las mismas (3.512 millones de euros) corresponden al coste de nueve Interest Rate Swap (IRS) en verano de 2013 por 42.221 millones de euros (el más grande de Europa, como recordó De Juan) para cubrir un 80% de la deuda “ante una posible subida de tipos”. Fue un costoso error. Los tipos del euríbor a tres meses estaban en una caída sostenida desde octubre de 2011 (1,59%) y continuaron descendiendo hasta situarse en tasas negativas en mayo de 2015 y donde todavía continúan.

El informe de la Sareb de 2015 proporciona una valiosa información. Indica que la parte del riesgo sin cubrir por el IRS (un 20% de la deuda) “permitió a la Sareb disfrutar de una sustancial reducción del coste financiero de la compañía”. El ahorro del año 2014 fue de 438 millones de euros. Esto significa que, sin los IRS, los contribuyentes se habrían ahorrado más de 2.000 millones de euros al año como mínimo. Las operaciones de IRS funcionan como una apuesta. Lo que unos pierden, otros lo ganan. En este caso, los beneficiarios fueron principalmente Santander y CaixaBank.

Cifras importantes. El presupuesto del Estado en vivienda en la última década fue de 9.117 millones de euros. La Sareb tiene un relevante patrimonio en viviendas que no ha sabido administrar. El Ayuntamiento de Barcelona, los gobiernos de Cataluña y Valencia y otras administraciones reclaman a la sociedad miles de viviendas vacías que sabrían emplear para cubrir clamorosas necesidades sociales. Nunca es tarde para rectificar.

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