El INE se reúne este miércoles con las eléctricas para revisar el cálculo de la luz en el IPC
El instituto estadístico y las empresas analizarán cómo incorporar la tarifa libre al cómputo de la inflación
La inflación es el dato del momento: roza el 10% interanual, alcanzando máximos no registrados en casi cuatro décadas. En esos niveles, recorta la capacidad de consumo de los hogares; estrecha los márgenes y beneficios de buena parte de las empresas, y todas ...
La inflación es el dato del momento: roza el 10% interanual, alcanzando máximos no registrados en casi cuatro décadas. En esos niveles, recorta la capacidad de consumo de los hogares; estrecha los márgenes y beneficios de buena parte de las empresas, y todas las actualizaciones de rentas, prestaciones o sueldos se hacen teniendo en cuenta cuánto se pierde sobre el Índice de Precios de Consumo (IPC). Por eso importa tanto medirlo bien, máxime cuando en España se están observando unas subidas de precios mayores que en el resto de la zona euro. Una parte de esta brecha puede explicarse por la tarifa regulada de la luz, que está directamente ligada al precio de la subasta diaria mayorista y, por tanto, es mucho más volátil y se está viendo mucho más afectada por la escalada de precios energéticos. En menor medida influyen otros factores como que la energía pesa un poco más en la cesta de la compra española o que los carburantes tienen en España una carga menor de impuestos y eso provoca que la subida de la materia prima se repercuta con mayor intensidad.
Pero otro motivo que tiene bastante importancia y que ha estado esgrimiendo el Gobierno es la forma en que el Instituto Nacional de Estadística está midiendo el precio de la luz. Hasta ahora el INE solo estaba usando la tarifa regulada para calibrar el precio de la electricidad en el IPC. Pero solo un 40% de los hogares tienen contratada esa tarifa directamente vinculada a los precios diarios mayoristas. El 60% restante tienen contratada la tarifa libre, cuyos precios son negociados con las empresas y suelen ser algo más estables, aunque a la larga sean por lo general más caros que la regulada. Es decir, en principio si se incorporasen estos precios liberalizados, probablemente la subida registrada desde el pasado verano sería menor. De ahí que el Ejecutivo haya insistido en que se revise cuanto antes esta medición.
El presidente del INE, Juan Manuel Rodríguez Poo, ha señalado a preguntas de EL PAÍS que este miércoles se reunirá con las compañías eléctricas para recabar datos que le permitan recalcular el IPC teniendo en cuenta el precio de la luz en el mercado libre. “Nos reuniremos con algunos proveedores para ver en qué estado están nuestras peticiones porque en este momento no disponemos de los datos necesarios para realizarlo”, explicó. Rodríguez Poo todavía no avanza cuándo podrán incorporar la información sobre las tarifas liberalizadas, pero espera que el cambio “se manifieste a corto plazo”.
Según expertos consultados, el problema reside en que las empresas tienen datos de facturación, pero no de precios. Y en la facturación hay otras variables que no son el precio, como las cantidades consumidas, las ofertas, los horarios del día, las revisiones del contrato o el número de días al que se refieren. Para calcular el IPC incluyendo la tarifa libre, el INE solo puede usar el dato del precio, que hasta ahora no han brindado las eléctricas.
Además, las estadísticas de las compañías eléctricas no desagregan entre los consumidores que son empresas y los que son familias. Y para el IPC solo se pueden utilizar los precios de los hogares. En tercer lugar, cabe la posibilidad de que las empresas estén remoloneando porque no quieran dar a conocer sus precios. Así que la reunión del INE servirá para comprobar hasta qué punto quieren cooperar.
Otra cuestión distinta es si realmente el cambio serviría para modificar en gran medida el dato de inflación. El IPC suele cambiarse cada cierto tiempo para recalcular los pesos y los productos incluidos en la cesta de la compra. Pero nunca hasta ahora se había corregido la serie incorporando nuevos datos para ver cómo había evolucionado antes. Además, la subida de precios en la tarifa regulada ya se ha producido y probablemente no debería repuntar más. En cambio, la tarifa libre todavía tiene que reflejar el fuerte incremento registrado y al incorporarla podría hacer que el IPC escale todavía más en los próximos meses. En consecuencia, no está nada claro cómo podría quedar.
El servicio de estudios de CaixaBank ya intentó hacer una aproximación sobre cuánto cambiaría el dato de inflación al computar la tarifa libre: el año pasado en media anual habría sido un punto más baja, según calculaba a partir de recibos domiciliados en la entidad. Sin embargo, el INE criticó el estudio porque los recibos no distinguen entre precios y cantidades consumidas. “El INE continúa trabajando con las compañías eléctricas con el objetivo de alcanzar un sistema que permita obtener la información que se adapte a los requerimientos del IPC. Mientras tanto, el índice que se publica es absolutamente correcto y goza de todas las garantías nacionales e internacionales de precisión y fiabilidad”, concluía la nota que publicó el instituto estadístico para responder a los números de La Caixa.