El último coche fabricado por Nissan en Barcelona
Una ‘pick up’ blanca del modelo Navara se convierte en el último vehículo en salir de la cadena de producción y pone fin a 40 años de historia
Nissan ha puesto hoy punto y final a la fabricación de vehículos en su fábrica de la Zona Franca de Barcelona, de la que ha salido la última unidad de su pick up Navara. Han pasado 41 años desde que el fabricante japonés se instalara en la planta tras adquirir Motor Ibérica y desde entonces han salido de las instalaciones de 3,7 millones de vehículos de quince modelos diferentes.
El último coche ensamblado hoy pone fin a la fabricación de vehículos de Nissan en España, ...
Nissan ha puesto hoy punto y final a la fabricación de vehículos en su fábrica de la Zona Franca de Barcelona, de la que ha salido la última unidad de su pick up Navara. Han pasado 41 años desde que el fabricante japonés se instalara en la planta tras adquirir Motor Ibérica y desde entonces han salido de las instalaciones de 3,7 millones de vehículos de quince modelos diferentes.
El último coche ensamblado hoy pone fin a la fabricación de vehículos de Nissan en España, que ya hace dos años dio un paso similar al cancelar la producción de camiones en Ávila, cuyas instalaciones se han reconvertido a la producción de recambios. El adiós de Barcelona es más abrupto que el de 2019, porque la presencia del grupo japonés se reducirá a unas pocas áreas del centro técnico, instalaciones logísticas y la sede corporativa de la marca en España, más enfocada a la actividad comercial.
Si bien no saldrán más unidades de la Zona Franca ni accesorios de las plantas auxiliares de Sant Andreu de la Barca y de Montcada i Reixac, la actividad aún se mantendrá unos meses. De los 2.500 trabajadores (unos 1.500 están a la espera de otro empleo después de las prejubilaciones y las bajas voluntarias pactadas) que se quedarán sin trabajo en Nissan, un retén formado por 200 operarios, además de algunos de subcontratas, continuará en la empresa. Algunos lo harán hasta marzo, efectuando tareas de desmantelamiento y mantenimiento de la fábrica. Otros, como los operarios de la planta de pintura, continuarán para asegurar los estrictos protocolos necesarios para que pueda ser utilizada por el próximo inquilino de la fábrica, si es que la quiere utilizar.
Esa es la gran duda ahora mismo: quién será el que finalmente ocupe el espacio y absorberá el empleo de Nissan. La mesa de reindustrialización -de la que forman parte administraciones, sindicatos, KPMG como coodinador y la dirección del propio fabricante- ha sido incapaz hasta el momento de hallar una alternativa y apura los últimos días hasta el fin de diciembre para solventar una incógnita que enfada a sindicatos y a trabajadores.
Mañana hay reunión de ese organismo y de ella podría salir una definición más exacta de la nueva fotografía de futuro que plantean las administraciones. La preferida tras la negativa del grupo chino Great Wall Motors (GWM) es la instalación de un consorcio formado por diferentes empresas para fabricar vehículos eléctricos de diferente índole. Si no ocupara el medio millón de metros cuadrados de la parcela, lo haría en unas instalaciones troceadas, en las que podrían estar también el fabricante de estanterías metálicas Mecalux; Punch, un grupo belga que quiere fabricar vehículos eléctricos y de hidrógeno; e, insisten los sindicatos, unas instalaciones de mantenimiento de vehículos blindadas con el consorcio Tess Defence, una propuesta llevada a la mesa por el Ministerio de Industria y a la que se opone la Generalitat.