La reforma de la ley de Tráfico aviva la competencia entre las autoescuelas tradicionales y las digitales
El Congreso debate este jueves una norma que puede impulsar los centros online en la formación teórica tras una intensa discusión en 2021
Sonia Peñasco se apresura a entrar en el aula de la Autoescuela Gala en Madrid. “Perdonadme por el retraso, es que vengo del otro lado de la capital y había atasco. Inconvenientes de la presencialidad”, bromea la profesora con sus alumnos antes de acercarse a la pizarra y escribir el temario del día. La caída de los contagios y la relajación de las restricciones han permitido a las autoescuelas retomar las clases presenciales. Sin embargo, la pandemia ha impulsado este negocio hacia la digitalización: muchos centros apuestan por un modelo mixto, y aquellos que imparten su formación exclusivame...
Sonia Peñasco se apresura a entrar en el aula de la Autoescuela Gala en Madrid. “Perdonadme por el retraso, es que vengo del otro lado de la capital y había atasco. Inconvenientes de la presencialidad”, bromea la profesora con sus alumnos antes de acercarse a la pizarra y escribir el temario del día. La caída de los contagios y la relajación de las restricciones han permitido a las autoescuelas retomar las clases presenciales. Sin embargo, la pandemia ha impulsado este negocio hacia la digitalización: muchos centros apuestan por un modelo mixto, y aquellos que imparten su formación exclusivamente a través de la pantalla siguen ampliando su cartera de clientes.
La nueva ley de Tráfico, actualmente pendiente de aprobación, ha alimentado la tensión entre las autoescuelas tradicionales –las que ejercen su actividad de manera presencial o con un modelo mixto– y las digitales. El Gobierno presentó en marzo el proyecto de ley, que tiene que ser aprobado por las Cortes. En el primer trámite parlamentario, el Congreso incluyó varias enmiendas al artículo 62, entre ellas, las que recogen que la formación para el examen teórico del carné de conducir se puede realizar por completo online y, además, que las autoescuelas no estarán obligadas a disponer de más de un local físico en todo el territorio nacional para operar, aunque cuenten con sucursales. El actual reglamento de autoescuelas no impide la formación a distancia. Sin embargo, este cambio consolidaría al sector digital de este negocio.
La redacción aprobada en la Cámara Baja ha generado polémica entre la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), que defiende que la directiva perjudicará a la seguridad vial y forzará a 3.000 establecimientos al cierre, y la Plataforma de Autoescuelas Digitales (PAD), que la celebra como una propuesta de valor que se adapta a las necesidades de todos los usuarios. El texto ha pasado ahora al Senado, que se ha pronunciado en contra de las enmiendas aprobadas en el Congreso al considerar que pueden generar una competencia desleal entre centros de formación. Aun así, la Cámara Alta ha reconocido la validez de la formación a distancia, al permitir que, si se establecieran en el futuro cursos de sensibilización y concienciación obligatorios, estos podrán impartirse de manera digital. Este jueves la ley volverá al Congreso para su ratificación.
Desde CNAE aseguran que la mayoría de los alumnos prefiere pasar por una autoescuela, porque son conscientes de que la educación presencial favorece el compromiso con los riesgos viales. “Una cosa es la trasmisión de conocimientos, que se puede hacer tanto online como presencial, y otra es la sensibilización hacia los peligros a los que los nuevos conductores se enfrentan en las carreteras”, señala Enrique Lorca, presidente de la federación. Según el último balance de la Dirección General de Tráfico (DGT), las tres principales causas de los accidentes de tráfico son las distracciones (31%), el consumo de alcohol al volante (27%) y el exceso de velocidad (25%). “Con una pantalla de por medio, las personas tienden a disminuir su atención y a distraerse, por lo que interiorizar esos conceptos resulta mucho más difícil”, agrega el director de CNAE.
Daniel Rubio, profesor de la Autoescuela Gala, también cree que un aprendizaje exclusivamente virtual mermará la seguridad vial. “¿Queremos aprobar o queremos aprender? El teórico se puede llegar a aprobar con una formación online, pero no avala el control sobre los conocimientos que garantiza la enseñanza presencial. A la hora de ponerse al volante, a los alumnos formados a través de una pantalla, es posible que haya que repetirles la teoría”, apunta el docente.
El crecimiento de las autoescuelas digitales
En cambio, según la PAD la reforma remitida por el Congreso es un avance para todo el sector y reconoce una realidad que ya existe, puesto que, con la pandemia, muchas autoescuelas han abierto una plataforma de aprendizaje virtual, donde los profesores pueden impartir clases online. Paralelamente, en los últimos años, están cobrando fuerza centros de formación vial totalmente digitales que gestionan en línea tanto la enseñanza teórica como los trámites burocráticos necesarios para sacarse el permiso de conducir.
Onroad es uno de ellos. Empezó sus operaciones a principios de 2020 y es una filial de la autoescuela francesa Ornikar, que en siete años de actividad ha formado a más de dos millones de alumnos. “En Onroad no hay libros. Los alumnos estudian y hacen las pruebas en una aplicación. Las clases prácticas, aunque se realizan de forma presencial, se administran en la misma plataforma: los clientes pueden seleccionar el horario, el punto de recogida y el profesor que mejor se adapta a sus necesidades”, explica el director de la autoescuela, Marco Civolani.
Javier Salvador lleva 20 años como profesor de seguridad vial y actualmente es director pedagógico de Onroad. Considera que los alumnos agradecen que las clases online sean conformes a sus comodidades: “El modelo digital cuenta con un seguimiento más inmediato de los estudiantes, que, además de estar más desinhibidos, pueden consultar los temas y volver a ver una clase en la aplicación en cualquier momento. El contacto con los profesores ya lo tendrán durante la formación práctica. Es un ahorro de tiempo para ellos”.
Las autoescuelas digitales aseguran que lo que más atrae a los clientes es el precio. Onroad permite a los alumnos seguir las clases teóricas en línea de forma gratuita, de ahí que lo único que se les cobra sean las prácticas. Así, el coste final del permiso de conducir se sitúa alrededor de los 800 euros. Por su parte, desde CNAE dan una cifra mayor, aunque no mucho: entre 900 y 1000 euros. La confederación matiza que las autoescuelas físicas, al ofrecer más servicios, tienen que hacer frente a más gastos. Sin embargo, la mayor cantidad de alumnos con la que cuentan les compensa.
Tras la pandemia, el modelo mixto es el más implementado
Entre los docentes aficionados a la educación presencial, no falta quien se coloca en una posición intermedia y aboga por un modelo mixto, como Sonia Peñasco. “Las clases online son muy buenas, pero prefiero utilizarlas para introducir un tema o para recordar cosas que no habían quedado claras. Para aprender desde cero, la presencialidad es mucho mejor”, asevera. A la profesora le encanta ayudarse con los gestos y dibujar en la pizarra, donde están pegados siete coches de juguete. “Pinto muchas vías y les pongo los vehículos para que entiendan como se están moviendo. En la teoría también hay que visualizar”, añade.
A la clase que este viernes imparte Peñasco en Gala han acudido siete alumnos. La mayoría de ellos son partidarios de la presencialidad, aunque no todos desprecian las clases en línea. Según Gabriela Jiménez (37 años), las dos opciones valen: “Mucha gente, como yo, trabajamos y a lo mejor no nos da tiempo ir a la autoescuela, por tanto, conectarse a la pantalla es muy cómodo. Pero no es lo mismo que estar aquí”. En ello coincide Juinjie Ji, que acaba de cumplir la mayoría de edad. “El modelo online está muy bien, porque si te pierdes algo lo puedes volver a mirar. Aun así, prefiero venir a la autoescuela para ver a mis compañeros y entender mejor”, asegura. En cambio, Judith Jaramillo (53 años), que no es nativa digital, no duda de que con la enseñanza presencial se interioriza mucho más. “Si se te va la conexión o aplastas un botón, ya se te ha ido la imagen y no sabes adonde darle, hasta que has perdido la clase. Mucho mejor estar cara a cara con el profesor, sobre todo para aprender el funcionamiento de las carreteras, dónde te juegas tanto tu vida como la de los demás”, comenta la mujer.
El texto de la reforma salido del Congreso prevé otra modificación en el artículo 62, en el que se establece que las autoescuelas podrán operar en todo el país con un solo local. El director de CNAE advierte de que esta normativa provocaría el cierre de aproximadamente 3.000 autoescuelas en España: “Si se permite ejecutar con un solo local, para reducir los costes las autoescuelas que cuentan con más sucursales se quedarían con una y cerrarían las otras, o las convertirían en centros de formación que no tienen por qué estar sujetos a los criterios de la DGT y, por tanto, no serían autoescuelas. Sería una competencia desleal”. Además, Lorca alerta de que otra consecuencia sería la destrucción de empleo, sobre todo entre los profesores teóricos y en los puestos de administración.
Por otro lado, según la PAD, la aprobación de la ley impulsará aún más la digitalización de este mercado, pero no forzará los tradicionales centros de formación al cierre, como muchos de ellos apuestan por unos servicios presenciales de calidad. “Eso hará que haya una mejor competencia y una igualdad de condiciones entre todos los establecimientos. Tampoco se puede hablar de uberización del trabajo, porque trabajamos con profesores que ya están en el sector y a los que contratamos de forma regular, como en las autoescuelas tradicionales”, aclara el director de la plataforma.
Caída de nuevos conductores
La digitalización del sector se acelera en un momento en el que los nuevos conductores están en caída en comparación con la anterior década. Según la DGT, en 2020 se han sumado a las carreteras 427.407 nuevos conductores, un 18% menos que el año anterior. El dato está supeditado a la pandemia y la cifra venía creciendo en los últimos años, aunque está lejos de los números de principio de los años 2000.
Según Lorca, los principales motivos detrás de este descenso son la caída de la natalidad y un cambio de hábitos entre los jóvenes: “Como los nacimientos son cada vez menos, es normal que haya menos nuevos conductores. Es verdad también que antes, al cumplir la mayoría de edad, sacarse el carné de conducir era una prioridad, mientras que ahora se va posponiendo”. En ello coincide Salvador, quien añade que las nuevas formas de movilidad también hacen que se retrase este momento. “Entre los taxis y los patinetes eléctricos, tener el carné de conducir no es fundamental, sobre todo en las grandes ciudades. Sin embargo, no se puede decir que haya falta de interés por parte de los jóvenes”, concluye.