El próspero imperio empresarial de Mohamed VI

El ‘holding’ del rey de Marruecos es uno de los más poderosos de África, con intereses en banca, seguros, turismo o telefonía

Mohamed VI de Marruecos, el pasado abril en Fez.Niviere David/ABACAPRESS.COM

La fortuna del rey Mohamed VI y su familia crece cada vez que cualquier persona que viva en Marruecos o en otros países de África efectúe un simple acto cotidiano como ingresar dinero en el banco Attijariwafa, el más grande del país y uno de los de mayor presencia en el continente. O cuando alguien contrata una póliza con su filial Wafa Assurance, la aseguradora líder en Marruecos.

El capital del rey aumenta también cada vez que alguien compra en el principal hipermercado de Marruecos, el Mar...

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La fortuna del rey Mohamed VI y su familia crece cada vez que cualquier persona que viva en Marruecos o en otros países de África efectúe un simple acto cotidiano como ingresar dinero en el banco Attijariwafa, el más grande del país y uno de los de mayor presencia en el continente. O cuando alguien contrata una póliza con su filial Wafa Assurance, la aseguradora líder en Marruecos.

El capital del rey aumenta también cada vez que alguien compra en el principal hipermercado de Marruecos, el Marjane, que dispone de 100 puntos de venta en 30 ciudades; cuando contrata una línea de teléfono o de internet con el segundo operador del país (Inwi); o cuando se hospeda en un hotel de la cadena Atlas, presente en las principales ciudades de Marruecos.

La riqueza del rey y su familia puede resultar beneficiada también cuando un ayuntamiento, una empresa o un particular compran cemento a la filial marroquí del grupo franco-suizo LafargeHolcim, la mayor cementera del mundo, con la que está asociado el grupo empresarial del monarca. O cuando alguien encarga materiales de construcción a la compañía Sonasid (Sociedad Nacional de Siderurgia), líder en el mercado del acero en Marruecos.

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Todas esas compañías pertenecen al grupo Al Mada, según constaba al menos hasta este miércoles en su página oficial de internet, día a partir del cual la página comenzó a mostrarse en blanco. Este fondo de inversión ha cambiado varias veces de nombre desde su creación en 1966, bajo Hassan II. A partir de 2018 se presentó como Al Mada (perspectiva, en árabe) y abandonó el antiguo de SNI. Aseguró ser uno de los mayores fondos de inversión del continente, declaró su sede en Casablanca y afirmó que su identidad es, sobre todo, africana.

El nombre del rey no aparece en la página de internet del grupo. Sin embargo, destaca por su gran tamaño la cifra de los 24 países de África en los que está implantado.

Siete sectores

Al Mada se expande en siete sectores, con distintas participaciones del monarca y su familia: servicios financieros (Al Mada posee un 46% de Attijariwafa Bank, según afirmaba en 2020 el semanario Jeune Afrique, citando a la agencia de calificación Fitch), materiales de construcción, distribución, minas (empresa Managem), inmobiliaria y turismo, energía (compañía Nareva) y telecomunicación (Inwi).

Además, Al Mada posee una fundación del mismo nombre a través de la cual el grupo donó en marzo de 2020 el equivalente a 200 millones de euros para el fondo especial dedicado en Marruecos a combatir la covid-19. Varios medios locales informaron entonces de que Al Mada había hecho la donación, “bajo instrucciones de Su Majestad el Rey”. La fundación ofreció también un millón de mascarillas FFP2 entre el personal sanitario del país y distribuyó 50.000 cestas de alimentos durante mayo de 2020.

El grupo de la familia real presentará en la próxima asamblea general prevista para el próximo 25 de mayo a sus accionistas un resultado histórico del ejercicio 2020 equivalente a 302 millones de euros, con lo que supera su anterior récord establecido en 2018, según publicó este jueves el sitio digital Africa Intelligence, basado en París. Este sitio, que sigue muy de cerca las cuentas del rey, asegura que la pandemia no ha causado efecto en Al Mada.

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Los orígenes de Al Mada se remontan a otros dos grupos ligados al Palacio Real que cotizaban en la Bolsa de Casablanca: ONA y Sociedad Nacional de Inversiones (SNI). El accionista mayoritario de SNI era otro grupo personal del rey, llamado Siger (anagrama de Regis, rey en latín), fundado en 2002. ONA y SNI se fusionaron en 2010, pasaron a llamarse SNI y dejaron de cotizar en Bolsa. Aquel año, Ahmed Benchemsi, entonces director del semanario Tel Quel y ahora responsable para el Magreb y Oriente Próximo de Human Rights Watch (HRW), advirtió de que los marroquíes ya no podrían seguir la evolución de la fortuna del monarca.

Un periodista, que prefiere ocultar su nombre, señala: “La creación de Al Mada en 2018 fue, sobre todo, una operación de mercadotecnia. El Palacio necesitaba cambiar el nombre anterior (SNI), que estaba demasiado vinculado a la familia real. Y eso es lo único que hizo, cambiar el nombre. El 60% de SNI pertenecía a Copropar, un grupo que engloba las participaciones del rey (a través de los holdings Siger y Ergis), las de su hermano, Moulay Rachid (mediante Providence Holding) y las de sus tres hermanas: Lalla Meryem (Unihold), Lalla Asma (Yano Participation) y Lalla Hasna (Star Finance)”.

En la página 20 de las 330 que posee el documento correspondiente al ejercicio de 2019 de la compañía minera Managem se detalla que el 81,4% de Managem pertenece a Al Mada. Y en la página 21 consta la composición del accionariado de Al Mada: aparece Copropar como propietario del 42% de las acciones de Al Mada. Y Siger, como el dueño del 4,8% de Al Mada.

El citado periodista precisa: “Mohamed VI puede percibir a través de Siger beneficios incluso mayores de los que obtiene con su participación en Al Mada. Porque Siger pertenece a él en un 100%. Siger está formada por 70 filiales, que no están inscritas en Al Mada. Las compañías de Siger trabajan en la promoción urbanística, la agricultura o el turismo, con hoteles de lujo…”.

Varias fuentes marroquíes indicaron a este medio que el rey es el mayor terrateniente del país, el mayor propietario de terrenos tanto urbanos como agrícolas. Pero las mismas fuentes reconocen que no tienen medios de probarlo.

En el listado de las 500 mayores empresas de África, publicado en 2020 por el semanario Jeune Afrique en función de las cuentas de 2018, Al Mada aparece en el puesto 37, por detrás de OCP, la gran empresa estatal marroquí de fosfatos, que no pertenece a Al Mada y ocupa el puesto 14. El primer lugar es para la compañía nacional argelina de energía Sonatrach.

África es el continente adonde más viajes oficiales ha efectuado Mohamed VI, una cincuentena en 20 años. El objetivo del rey en el continente no es solo económico sino geoestratégico. Marruecos intenta buscar aliados en África para combatir la influencia de Argelia como principal protector del Frente Polisario, organización con la que libra un conflicto armado en el Sáhara Occidental.

Los activistas marroquíes de la primavera árabe esgrimieron en 2011 algunos lemas que apuntaban al rey, como “o el poder o la fortuna”. En 2007 la revista Forbes había situado a Mohamed VI como el séptimo monarca más rico del mundo, por delante de Alberto de Monaco (9º) y de Isabel II de Inglaterra (12ª). Después, varios medios informaron de que la fortuna de Mohamed VI se había incrementado cinco veces durante sus primeros nueve años en el trono.

El sitio digital Le360, próximo a Mounir Majidi, secretario particular del rey y, desde 2001, presidente de Siger, alegaba en un artículo de 2016 que SNI aportaba en 2014 a las arcas públicas el 4,3% de los ingresos fiscales del Estado. Y añadía: “Lo que lo convierte en un actor clave en el crecimiento del país y en la lucha contra las desigualdades sociales”.

Más allá de sus inversiones empresariales, la fortuna de Mohamed VI suele suscitar el interés de la prensa internacional. Le Monde publicó en 2015 un artículo dentro de las filtraciones conocidas como SwissLeaks. Ahí se informaba de que Mohamed VI había abierto a su nombre una cuenta en el banco suizo HSBC por un monto de 7,9 millones de euros. El diario señalaba que para los marroquíes residentes en Marruecos es ilegal abrir cuentas en el extranjero. Dos abogados del monarca escribieron a Le Monde una carta donde aseguraban que las sumas habían sido transferidas “en total transparencia” respecto a las autoridades marroquíes.

Este diario ha intentado sin éxito contactar en varias ocasiones con algún responsable de Al Mada.


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