Europa vislumbra la recuperación
A pesar del frenazo del crecimiento en el primer trimestre, la Comisión Europea mantiene en 2021 y 2022 un escenario de recuperación intensa para la eurozona
A pesar del frenazo del crecimiento en el primer trimestre, la Comisión Europea mantiene en 2021 y 2022 un escenario de recuperación intensa para la eurozona. Europa es una economía muy abierta y dependiente de sus exportaciones; y el comercio mundial se ha recuperado en V de la caída de actividad registrada en 2020 provocada por la pandemia. China crece ya a velocidad de crucero y Estados Unidos está cerca de alcanzar la poblac...
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A pesar del frenazo del crecimiento en el primer trimestre, la Comisión Europea mantiene en 2021 y 2022 un escenario de recuperación intensa para la eurozona. Europa es una economía muy abierta y dependiente de sus exportaciones; y el comercio mundial se ha recuperado en V de la caída de actividad registrada en 2020 provocada por la pandemia. China crece ya a velocidad de crucero y Estados Unidos está cerca de alcanzar la población de rebaño vacunada para controlar la pandemia. El presidente estadounidense, Joe Biden, va a poner además en marcha el plan de inversión pública más ambicioso desde el New Deal de Roosevelt tras la Gran Depresión en 1933. De hecho, el debate es si el plan de Washington es excesivo y va a provocar inflación.
China ya ha provocado un auge de precios de las materias primas en lo que va de año y en EE UU los inversores han anticipado el fin de la política monetaria ultraexpansiva de la Reserva Federal antes de lo previsto. Aun así el bono a 10 años del Tesoro norteamericano cotiza al 1,7%, su nivel más alto desde 2019, antes de la pandemia, aunque sigue muy por debajo de sus promedios históricos. En Europa la inflación ni está ni se la espera. Y, aunque ha repuntado, la rentabilidad del bono a 10 años del Estado alemán sigue en tasas negativas.
Bruselas estima que hasta 2022 no se recuperará el nivel de PIB previo a la pandemia en la mayoría de países. Eso permite mantener la política fiscal expansiva y retrasar el inicio de los planes de ajuste. En sus previsiones fiscales, el crecimiento económico permite reducir con fuerza los déficits públicos este año y el próximo. Ese elevado dinamismo —junto a tipos próximos al 0%, gracias a la compra de deuda masiva del BCE— permite también reducir la deuda pública en porcentaje del PIB durante 2022 también en la mayoría de economías.
La prioridad política en Bruselas es ejecutar cuanto antes el plan de recuperación, tras los fallos en la campaña de vacunación. No se prevén este semestre problemas con ninguno de los países. En las previsiones de otoño de la Comisión Europea dependerá mucho del resultado de las elecciones en Alemania, que condicionarán la política fiscal europea en 2022. Si la derecha de Merkel pierde el poder y gobierna una coalición de verdes con socialdemócratas es probable que la relajación de las normas fiscales se mantenga el próximo año para evitar una W como la que provocaron en 2012.
Para España ese es el escenario óptimo: fuerte crecimiento de nuestros socios y nuestras exportaciones, retraso del ajuste fiscal para reducir nuestra elevada tasa de paro y el BCE manteniendo su programa de compras, lo que garantiza que podemos financiar nuestras emisiones de deuda pública a tipos próximos al 0%. El mayor riesgo sería otro episodio de inestabilidad financiera que afectara a nuestra prima de riesgo como en la crisis financiera anterior.