Arte, liquidez y tulipanes
Uno no debe dejarse llevar por la euforia de algunos segmentos como criptodivisas, SPAC y tulipanes digitales
Hace pocos días se alcanzaba en Christie’s el tercer precio más alto de la historia logrado por un artista vivo. Por 69 millones de dólares, pagados en criptodivisas, se remataba Everydays: the First 500 days, un mosaico de 5.000 fotografías digitales creado por Beeple.
A diferencia de otros récords conseguidos por maestros vivos, como Hockney o Koons, esta vez no se vendía una obra material que se pueda colgar en un sal...
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Hace pocos días se alcanzaba en Christie’s el tercer precio más alto de la historia logrado por un artista vivo. Por 69 millones de dólares, pagados en criptodivisas, se remataba Everydays: the First 500 days, un mosaico de 5.000 fotografías digitales creado por Beeple.
A diferencia de otros récords conseguidos por maestros vivos, como Hockney o Koons, esta vez no se vendía una obra material que se pueda colgar en un salón. El comprador adquiría un NFT (non fungible token): la propiedad sobre una imagen autentificada mediante la tecnología blockchain, que le permitirá venderlo en el futuro, pero en ningún caso impedirá que cualquier persona con acceso a internet pueda disfrutar de la obra exactamente igual que él.
No es la primera vez que el arte rompe barreras ni que se pone valor a algo inmaterial. En 1962, el artista francés Yves Klein, el padre de las antropometrías, creó las Zonas de Sensibilidad Pictórica: diferentes lugares parisinos vacíos, idóneos para dedicarse a la espiritualidad y a contemplar la vida con una energía distinta. A cambio de 20 gramos de oro, Klein expedía un certificado que daba derecho a disfrutar de una ceremonia consistente en la quema del recibo y en arrojar la mitad del oro al río Sena. Algunos coleccionistas que se prestaron al juego, como el dramaturgo Michael Blankfort, afirmaron que, disfrutar de aquella experiencia, había sido una de las tres obras más importantes de su colección.
Pero lo acontecido con Everydays es algo muy diferente. Lejos de perseguir la inmaterialidad, el comprador —Vignesh Sundaresan, un conocido inversor en criptodivisas—, únicamente busca poder venderlo más caro. ¿No les recuerda a la fiebre de los tulipanes holandeses del siglo XVII?
Los NFT, con los que Christie´s intenta resarcirse de una caída de sus ventas del 25% debido a la pandemia, ¿no están más relacionados con unos niveles de liquidez extremos y fuertes plusvalías acumuladas en criptodivisas que con la aportación del blockchain a unas obras que no son ni muy novedosas, ni rompedoras, ni arte? Es evidente que el exceso de alegría es fruto de unos tipos de interés en mínimos y una expansión monetaria tres veces mayor que la de la pasada crisis, que ha provocado que el 20% de los bonos a nivel global paguen tipos negativos.
El chorro de liquidez también ha generado un récord histórico de nuevas salidas a Bolsa y de SPAC —Special Purpose Acquisition Companies, vehículos de inversión cotizados que sirven para captar financiación, auténticos actos de fe de algunos inversores, que extienden cheques en blanco para comprar compañías a lo largo de un par de años—. Teniendo muy presente que el nuevo ciclo no ha hecho más que empezar y que hay que permanecer invertidos en renta variable, uno no debe dejarse llevar por la euforia de algunos segmentos como criptodivisas, SPAC y tulipanes digitales. Conviene actuar como Beeple que, por si acaso, ya ha convertido las ethereum con las que le pagaron su obra en moneda contante y sonante. La de toda la vida.
Joan Bonet Majó es director de estrategia de mercados en Banca March