Sabadell planea fusionar o vender la filial británica cuando sea rentable

Josep Oliu asegura que los fundamentales de la economía española son sólidos y no ve riesgo de burbujas

El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu.Efe

Josep Oliu, presidente del Banco Sabadell, se da dos años de plazo para que la filial en Reino Unido sea rentable. En ese momento, abre la puerta a dar escala al negocio por vía de una fusión y no descarta incluso una venta, como hizo con la unidad de banca comercial en Estados Unidos. El ejecutivo asegura que desarrolló un banco con capacidad de ser “consolidador”. Otra cosa es que disponga del capital.

El presidente del Sabadell se encuentra en Nueva York para recibir el galardón de empresario del año que concede la Cámara de Co...

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Josep Oliu, presidente del Banco Sabadell, se da dos años de plazo para que la filial en Reino Unido sea rentable. En ese momento, abre la puerta a dar escala al negocio por vía de una fusión y no descarta incluso una venta, como hizo con la unidad de banca comercial en Estados Unidos. El ejecutivo asegura que desarrolló un banco con capacidad de ser “consolidador”. Otra cosa es que disponga del capital.

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El presidente del Sabadell se encuentra en Nueva York para recibir el galardón de empresario del año que concede la Cámara de Comercio de España-Estados Unidos por su visión estratégica y liderazgo. También como reconocimiento a la transformación de la entidad durante las tres décadas que estuvo al frente. En este sentido, Oliu destacó la internacionalización lograda por las empresas españolas la última década.

El banquero explicó que durante los próximos dos años tiene que trabajar para que la filial británica gane dinero y se consoliden sus cuentas. En enero presentará un plan para recuperar la rentabilidad de esa unidad de negocio, una vez concluido el cambio informático. Pero al mismo tiempo, señala que el espacio que tiene para crecer es limitado. Por eso explicó que deberá encontrar otras vías para ganar escala.

Oliu explicó que la migración de una plataforma bancaria a otra fue de gran complejidad. “Hay que hacer encajar las cosas”, dijo, “pero hemos cruzado ya el Rubicón y estamos ya en una posición mejor” que permitirá dar una perspectiva de rentabilidad creíble para los inversores. Sobre el impacto del Brexit, dijo no preocuparle salvo por el hecho de que puede ser dañino para Reino Unido.

La venta del negocio en EE UU

El grupo financiero cuenta en la actualidad con una oficina en Miami dedicada a la banca corporativa y privada para el área latinoamericana. También operó en el negocio de la banca comercial en EE UU a través Sabadell United Bank, que vendió hace casi dos años a IberiaBank en una operación valorada en 1.025 millones de dólares (unos 900 millones de euros). “Vendimos en un muy buen momento de valor”, asegura Oliu.

También hizo referencia al proceso de digitalización que tiene en marcha la entidad para ganar en eficiencia y las alianzas que está estableciendo tanto con empresas emergentes en el ámbito de la tecnología financiera y con gigantes como Apple o Google. “La competencia puede venir de cualquiera”, reconoce, “pero no tienen datos tan profundos de los clientes como nosotros”.

Sobre la coyuntura económica en España, no ve nada que pueda indicar una recesión ni que pueda parecerse a una burbuja en el mercado inmobiliario. “Los fundamentales son muy positivos”, asegura, “no vemos riesgos de algo parecido al derrumbe de la última crisis”. Sí advierte de que hay focos de incertidumbre externos que puede afectar, relacionados con el proteccionismo comercial.

La banca y el populismo

“Un mundo en el que cada uno quiere lo mejor para él”, afirma, “es malo para todos”. La tensión que genera este tipo de roces, explicó, detrae la confianza entre las empresas y a su vez las inversiones. Eso genera una dinámica que, en sus palabras, “puede ser muy peligrosa”. Ante esta situación, opina que las compañías deben estar listas para adaptarse a la nueva realidad en la que tienen que operar.

Lamentó que la banca sea la “cabeza de turco” del populismo y le preocupa la inseguridad jurídica que genera. Y aunque en cuestiones políticas prefiere adoptar una posición de espera, confía en que los partidos clásicos se hayan regenerado. “La mayoría absoluta ya no es posible”, concluye al referirse a las fuerzas que surgieron durante los últimos años, “la esencia de la democracia es entender en qué cosas se tiene que ceder en aras de un bien común”.

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