Las ventas de coches caen al menos un 30% en dos semanas en Barcelona

Comerciantes y hosteleros temen que la incertidumbre llegue a la campaña de Navidad

Ada Colau junto a Carles Puigdemont en la concentración en protesta por el encarcelamiento de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart.Manu Fernandez (AP)

El Gremio del Motor de Barcelona reveló ayer que las ventas de coches han caído entre un 30% y un 40% en solo 15 días, desde el 1 de octubre pasado, cuando se celebró el referéndum independentista. “Una caída espectacular, repentina, si comparamos las ventas con la primera quincena de octubre de otros años”, que tiene “muy preocupado” al sector, aseguró ayer Miquel Donnay, presidente del Gremio y del Consejo de Gremios ...

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El Gremio del Motor de Barcelona reveló ayer que las ventas de coches han caído entre un 30% y un 40% en solo 15 días, desde el 1 de octubre pasado, cuando se celebró el referéndum independentista. “Una caída espectacular, repentina, si comparamos las ventas con la primera quincena de octubre de otros años”, que tiene “muy preocupado” al sector, aseguró ayer Miquel Donnay, presidente del Gremio y del Consejo de Gremios y Servicios de Barcelona, quien también aseguró, sin cifras que la situación política ha impactado en el comercio, el turismo o la restauración. “No sabemos cuánto durara el clima de inseguridad, tenemos la campaña de Navidad encima y el dinero es cobarde; lo que la gente quiere es abrir los negocios y vender”, lamentó.

Donnay participó en el Ayuntamiento de Barcelona en la reunión en la que la alcaldesa, Ada Colau, convocó a agentes sociales y económicos para compartir impresiones sobre el impacto en la economía de la crisis política entre los gobiernos catalán y español. Sindicatos, patronales, colegios profesionales, universidades o instituciones como la Fira, el Puerto o el Círculo de Economía coincidieron en expresar su preocupación por el impacto de la crisis, y sobre todo la incertidumbre, sobre la economía de la ciudad a medio y largo plazo. Y por una vez hubo consenso en la receta para salir del atolladero: diálogo.

Colau quiso lanzar un mensaje de confianza a los sectores económicos tras el masivo traslado de empresas de Cataluña. Y celebró el consenso sobre la necesidad de rebajar la tensión por la crisis política, apostar por el diálogo —sin medidas unilaterales por parte de ninguna de las dos partes— y no generar alarmismo. Las intervenciones subrayaron la necesidad de preservar el liderazgo de Barcelona y la buena salud de su economía, fruto de 40 años de colaboración entre el sector público y privado. La alcaldesa aplaudió la experiencia de los agentes económicos negociando y garantizando la cohesión, una actitud que afirmó que debería trasladarse a la política.

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