Reportaje:2006 | PRIMER Y ÚLTIMO POSADO

El sueño del príncipe

El Príncipe siempre tuvo claro lo que iba a ser y debía ser la Fundación. Y en ese sentido, el de los premios es un discurso en el que cree". El interesado lo recalca: "Es el más mío". (...) A través de las palabras que el Príncipe lanza en Oviedo se comprende su pasión por Iberoamérica, la construcción europea y la búsqueda de la paz en Oriente Próximo; la necesidad de un diálogo intercultural; la conexión con los valores del deporte; la adhesión al espíritu constitucional; la creencia en la unidad de España; la preocupación por la globalización y las desigualdades, por el papel de la ciencia...

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El Príncipe siempre tuvo claro lo que iba a ser y debía ser la Fundación. Y en ese sentido, el de los premios es un discurso en el que cree". El interesado lo recalca: "Es el más mío". (...) A través de las palabras que el Príncipe lanza en Oviedo se comprende su pasión por Iberoamérica, la construcción europea y la búsqueda de la paz en Oriente Próximo; la necesidad de un diálogo intercultural; la conexión con los valores del deporte; la adhesión al espíritu constitucional; la creencia en la unidad de España; la preocupación por la globalización y las desigualdades, por el papel de la ciencia en el bienestar de la humanidad; el interés por la información; su reivindicación del papel de la mujer, y, sobre todo, la esperanza en una sociedad mejor. (...)

Para él, los 24 discursos han sido importantes, pedazos de su vida; pero, de tener que elegir, se quedaría con el de 2004, el primero que asistió junto a la princesa de Asturias. El año anterior, novios en secreto, Letizia y Felipe se cruzaban por los pasillos de Oviedo ignorándose. Aún no habían anunciado su compromiso. No querían filtraciones. Al año siguiente fue distinto. El Príncipe reconoce que la ceremonia de 2004 ha marcado su vida.

Lo mismo piensa la Princesa, que un día se definió como asturiana, ovetense, monárquica y principista. Doña Letizia temía el momento de enfrentarse a los premios. Un acto que conoce desde niña y siempre la emocionó. Hasta el extremo de saltársele las lágrimas ante los gemidos de las gaitas asturianas mientras transmitía por televisión la edición de 2002. Sabía que en Oviedo podía derrumbarse. Lloró mucho en las vísperas del 22 de octubre de 2004. Y esa tarde, en el teatro Campoamor, aguantó con la cabeza baja y los puños crispados, un nudo en el estómago y la garganta reseca, el emotivo discurso del Príncipe. Si empezaba a llorar, ya no podría parar. Don Felipe estuvo tentado de detener su discurso, pero prefirió seguir adelante. Concluyó con estas palabras, en las que comparaba la fundación con un árbol, "que a partir de ahora contará también con el cuidado y la ayuda entregada de mi esposa, Letizia, la princesa de Asturias". Después vendrían muchas lágrimas. Pero en privado.

La cita era en el ala privada de La Zarzuela. A los Príncipes solo les acompañaba su secretario, Jaime Alfonsín. La sesión duró varias horas. En esta foto, ella estaba embarazada de la infanta Sofía. Nos enteramos semanas después. Cuando el periodista le comentó al Príncipe que estaba perdiendo pelo, respondió: "Mejor entradas que salidas".GORKA LEJARCEGI

Una edición histórica

Número especial. En el 25º aniversario de los Premios Príncipe de Asturias, reunimos en un número especial a algunos de los grandes premiados a lo largo de estos años. Como Woody Allen, Oscar Niemeyer, J. K. Rowling, Muhammad Yunus y Fernando Alonso.

Fotografía única. En La Zarzuela aún recuerdan con terror la reacción de todos los medios de comunicación cuando El País Semanal publicó el primer y único posado de los Príncipes de Asturias. Fue la guinda a un número dedicado a los premios. Una sesión cómplice y relajada. La elección de las fotografías publicadas recayó exclusivamente en la dirección de El País.

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