El PSC busca bandera electoral

Los socialistas catalanes están viviendo un agosto de incertidumbre. Y no solo por las dudas sobre el congreso que han tenido que retrasar hasta después de las elecciones generales. La compleja situación económica y la interinidad en la que vive el partido desde la debacle electoral de las autonómicas les están dificultando también la elaboración de un relato con el que acudir a las elecciones generales. El PSC tiene ya candidata, Carme Chacón, todavía no designada formalmente, pero no un programa electoral con el que dirigirse al electorado catalán, más allá del que presente el candidato del ...

Los socialistas catalanes están viviendo un agosto de incertidumbre. Y no solo por las dudas sobre el congreso que han tenido que retrasar hasta después de las elecciones generales. La compleja situación económica y la interinidad en la que vive el partido desde la debacle electoral de las autonómicas les están dificultando también la elaboración de un relato con el que acudir a las elecciones generales. El PSC tiene ya candidata, Carme Chacón, todavía no designada formalmente, pero no un programa electoral con el que dirigirse al electorado catalán, más allá del que presente el candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. El problema de los socialistas catalanes es que necesitan encontrar una bandera electoral para competir o al menos para contrarrestar la petición del concierto económico que Convergència i Unió piensa repetir hasta la saciedad hasta el 20 de noviembre. Y por ahora no la tienen.

¿Puede el PSC volver a centrar su campaña en atizar el miedo a la derecha? Buena parte de la dirección está convencida de que no, de que los electores buscan un mensaje más constructivo y que ofrezca alternativas a la salida de la crisis y al recorte de servicios públicos. El reto es conseguir hacer una oferta electoral mínimamente motivadora para el desencantado votante socialista y que a la vez resulte creíble en el actual marco económico, explican fuentes de la dirección. O sea, se imponen gestos políticos de calado que no cuesten dinero.

La ejecutiva del partido designó en la última semana de julio a Francesc Vallès como coordinador del programa electoral del PSC.El encargo que tiene el coordinador de los diputados socialistas catalanes en el Congreso es lanzar una propuesta que incluya la lucha contra el paro, la generación de actividad económica, el mantenimiento del Estado de Bienestar y medidas que fomenten la democracia participativa, así como más control de los bancos.

No será fácil. Los socialistas no consiguieron en las elecciones municipales el apoyo esperado con su oposición frontal a los recortes sociales que está aplicando el Gobierno de Convergència i Unió (CiU). En su campaña se repetirán las críticas a estos recortes, pero admitiendo que en algunos casos eran necesarios. Se pondrá mayor énfasis en la forma cómo se han hecho y a quién han afectado primero. Montilla ofreció el viernes un anticipo de este discurso recordando a sus militantes de El Vendrell que la crisis comenzó en 2007 y que su Gobierno empezó a recortar en áreas secundarias y no en sanidad pública.

Los estrategas de campaña de CiU ya tienen a punto el argumentario para intentar cortocircuitar cualquier crítica del PSC a los recortes sociales: el Gobierno de Zapatero comenzó a recortar antes y está pidiendo a las comunidades autónomas ajustes de gasto aún mayores que los que está aplicando Artur Mas.

Pero donde mayores problemas están teniendo los socialistas para trabar su discurso es en relación al concierto económico que pide CiU. Los socialistas no esconden que estarían encantados de conseguir un régimen fiscal más favorable a la Generalitat, pero el PSOE mantiene que cualquier reforma de la financiación catalana deberá esperar al menos hasta el año 2013.

Por ahora el PSC ha respondido a este asunto con evasivas y rodeos que han incomodado incluso a sus bases, como reflejan las redes sociales. De entrada han pedido que la comisión parlamentaria que debate el concierto económico congele sus conclusiones hasta pasadas las elecciones generales. En vista de que ni CiU ni ERC están dispuestos a ello, el portavoz del PSC, Miquel Iceta, lanzó ayer otra propuesta mediante una entrevista a Efe: que el Gobierno catalán concrete su propia propuesta de concierto económico para así poderlo valorar. ¿Un intento de ganar tiempo? Iceta vino a decir que no es eso. "El PSC siempre ha dicho que estará al lado del Gobierno catalán para conseguir un sistema que proporcione más ingresos a Cataluña, pero primero nos gustaría conocer qué es lo que propone". Lo que busca el PSC es que CiU tenga que mojarse claramente y aclarar asuntos clave del concierto económico, como la cuota que pagar al Gobierno central por los servicios que presta a Cataluña.

El tercer gran asunto que el PSC tiene que solucionar antes de comenzar la campaña es el debate interno sobre su relación con el PSOE y la articulación de su representación en el Congreso. Para el sector más catalanista del partido este debate no debería centrarse solo en si el PSC debe tener o no un grupo propio en el Congreso, sino en cómo se hace para que el PSOE tenga más en cuenta al PSC antes de tomar decisiones estratégicas.

La dirección del PSC, a la espera del congreso de diciembre, cree tener resuelta esta reivindicación, al menos para salir al paso de las elecciones generales. Lo más probable, indican fuentes del partido, es que se opte por incluir en el programa una adaptación de la propuesta formalizada por los alcaldes de Lleida y Sabadell, Àngel Ros y Manuel Bustos. Aunque ambos descartan el grupo propio, sí abogan por que quede claro que los diputados del PSC podrán desmarcarse del PSOE si no hay acuerdo en asuntos referentes a Cataluña.