Matones leales al régimen sirio siembran el terror en Homs

Primero fue Deraa, en el sur de Siria, donde nació la revuelta contra el régimen de Bachar el Asad; después Jish al Shughur, en la frontera con Turquía. Más tarde, Hama, que ya sufriera hace 30 años una sangrienta represión. Y ahora es la ciudad de Homs, en el centro de Siria. Las tropas y matones leales al autócrata sirio mataron ayer a 13 personas en esta ciudad predominantemente suní, aunque también con una relativa presencia de alauíes, secta a la que pertenece la familia El Asad y gran parte de las Fuerzas Armadas. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos aseguró que desde el sábado 30 p...

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Primero fue Deraa, en el sur de Siria, donde nació la revuelta contra el régimen de Bachar el Asad; después Jish al Shughur, en la frontera con Turquía. Más tarde, Hama, que ya sufriera hace 30 años una sangrienta represión. Y ahora es la ciudad de Homs, en el centro de Siria. Las tropas y matones leales al autócrata sirio mataron ayer a 13 personas en esta ciudad predominantemente suní, aunque también con una relativa presencia de alauíes, secta a la que pertenece la familia El Asad y gran parte de las Fuerzas Armadas. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos aseguró que desde el sábado 30 personas han muerto acribilladas en Homs.

Vecinos de la ciudad hablan de que escuadrones de la muerte dispararon ayer indiscriminadamente desde sus vehículos. Casi nadie salía a la calle. Desde el lunes por la noche, los ataques de los soldados y esbirros del régimen han aumentado. El director del citado observatorio, Rami Abdulrahman, explicó a Reuters que los recientes enfrentamientos se desataron después de que los cuerpos desmembrados de tres simpatizantes del régimen fueran entregados a sus familias. Abdulrahman dijo que estos choques "socavan la revolución y sirven a los intereses de los enemigos, que quieren transformar la revuelta en una guerra civil".

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Cuatro meses después del inicio de la rebelión, unas 1.500 personas han muerto, pero el régimen resiste también la creciente presión diplomática. Catar, firme aliado de El Asad hasta hace poco, ha cerrado su Embajada en Damasco.

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