El instituto de las promesas fallidas

El Bachillerato para los alumnos con mejor expediente anunciado por la Comunidad de Madrid ya tiene sede. La presidenta Aguirre anunció ayer que el centenar de alumnos elegidos para el proyecto ocuparán al menos cuatro aulas en el instituto San Mateo, en Chueca.

Aguirre explicó que ha influido en la selección el acceso "fácil" en transporte público para los futuros alumnos que pueden llegar de cualquier rincón de la región. La presidenta aprovechó el anuncio para criticar al Partido Socialista de Madrid (PSM) por afearle el proyecto. "Parece increíble que les parezca mal que hagamos un ...

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El Bachillerato para los alumnos con mejor expediente anunciado por la Comunidad de Madrid ya tiene sede. La presidenta Aguirre anunció ayer que el centenar de alumnos elegidos para el proyecto ocuparán al menos cuatro aulas en el instituto San Mateo, en Chueca.

Aguirre explicó que ha influido en la selección el acceso "fácil" en transporte público para los futuros alumnos que pueden llegar de cualquier rincón de la región. La presidenta aprovechó el anuncio para criticar al Partido Socialista de Madrid (PSM) por afearle el proyecto. "Parece increíble que les parezca mal que hagamos un Bachillerato de excelencia, que es de donde saldrán los grandes científicos y profesionales del futuro", aseguró.

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El San Mateo, que ahora alberga a 360 alumnos del colegio público Isabel La Católica porque su sede está en obras, fue también el elegido para otro proyecto estrella de la Comunidad de Madrid que quedó en agua de borrajas. En 2008, la presidenta aprovechó un viaje a Lleida para anunciar la apertura de un colegio catalán, el Josep Tarradellas, en territorio madrileña.

Pero la propuesta, realizada en precampaña electoral nacional, chocó con la realidad tres meses después: solo 11 familias solicitaron plaza y el colegio no se puso en marcha por falta de demanda. No se alcanzó el mínimo previsto de 10 matrículas por curso para iniciarlo. La Generalitat conoció la propuesta por la prensa. Y cuando ambas administraciones entraron en contacto, el Gobierno catalán sugirió otras alternativas, como clases semanales o agrupadas en centros por distritos, porque uno de los principales criterios de selección de centros es la cercanía al domicilio.

Cuando Aguirre anunció aquel proyecto, el San Mateo era aún un instituto público con 85 alumnos. Los profesores se enteraron también por los periódicos de que se convertiría en un colegio catalán. La Comunidad no les dio instrucciones sobre el material recién comprado para la biblioteca, ni sobre el destino de los chicos, que denunciaron que tuvieron que cerrar los traslados en apenas unos días.

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