La defensa de Assange sufre un duro embate de la fiscal británica

La conclusión del juicio de extradición del fundador de Wikileaks es el viernes

La defensa de Julian Assange tuvo ayer un día complicado. Obtuvo alguna de arena, sí, pero varias de cal. La incisiva fiscal británica Clare Montgomery desfiguró algunos de los argumentos de los testigos aportados por el equipo de abogados del fundador de Wikileaks.

La defensa ha intentado demostrar estos días que la emisión de una orden de arresto internacional por parte de la fiscal sueca Marianne Ny fue algo desproporcionado dado que Assange no está encausado, simplemente se le reclama para que declare. Pero la implacable fiscal acorraló a los testigos y puso en serio entredicho esta...

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La defensa de Julian Assange tuvo ayer un día complicado. Obtuvo alguna de arena, sí, pero varias de cal. La incisiva fiscal británica Clare Montgomery desfiguró algunos de los argumentos de los testigos aportados por el equipo de abogados del fundador de Wikileaks.

La defensa ha intentado demostrar estos días que la emisión de una orden de arresto internacional por parte de la fiscal sueca Marianne Ny fue algo desproporcionado dado que Assange no está encausado, simplemente se le reclama para que declare. Pero la implacable fiscal acorraló a los testigos y puso en serio entredicho esta línea de defensa.

Montgomery se apuntó al menos tres tantos. Por la mañana, consiguió que el exfiscal sueco Sven Erik Alhem admitiera que habría obrado de un modo similar al de la fiscal Ny y habría emitido una orden de arresto, tras conocer en detalle las múltiples peticiones de Ny para que Assange declarara en Suecia. Además, le arrancó unas valiosas palabras: el hecho de que Assange sea extraditado a Suecia no tiene por qué significar la extradición a Estados Unidos, reconoció. Eso sí, Alhem aún no se explica por qué la fiscal Ny no viajó a Londres para interrogar a Assange mientras estuvo ahí detenido.

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Por la tarde, Clare Montgomery puso en aprietos al abogado defensor de Assange en Suecia, Björn Hurtig, que vino a Londres para declarar como testigo. Hurtig admitió haber cometido un error al afirmar que la fiscal Ny tuvo cinco semanas para interrogar a Assange y no lo hizo: asumió ante la corte que fueron solo tres semanas. Y a duras penas pudo explicar cómo es posible que no localizara a Assange entre los días 22 y 27 de septiembre, cuando su no comparecencia podía desembocar en una orden de arresto.

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