Análisis:

Zapatero. Punto final

Ayer, cuando José Luis Rodríguez Zapatero terminó su explicación en el Senado sobre la continuidad de la política antiterrorista del Gobierno, se le acercó su interpelante, la senadora de UPN (Unión del Pueblo Navarro) e hija de una víctima de ETA, María del Mar Caballero, para decirle que la había tranquilizado. Fue la constatación de que se ha puesto punto final, al menos de momento, a un debate absurdo sobre las sospechas de la derecha de que el Gobierno negociaba con ETA y Batasuna la legalización de esta formación.

Todo empezó cuando Zapatero, el 20 de octubre, dijo en la Moncloa q...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Ayer, cuando José Luis Rodríguez Zapatero terminó su explicación en el Senado sobre la continuidad de la política antiterrorista del Gobierno, se le acercó su interpelante, la senadora de UPN (Unión del Pueblo Navarro) e hija de una víctima de ETA, María del Mar Caballero, para decirle que la había tranquilizado. Fue la constatación de que se ha puesto punto final, al menos de momento, a un debate absurdo sobre las sospechas de la derecha de que el Gobierno negociaba con ETA y Batasuna la legalización de esta formación.

Todo empezó cuando Zapatero, el 20 de octubre, dijo en la Moncloa que los últimos movimientos de Batasuna no eran en balde. Desde PP y UPN se interpretó que Zapatero podía estar preparando el terreno para su legalización cuando el presidente quiso decir algo que no puede decir en público y es que las exigencias de Batasuna a ETA para que deje la violencia debilitan a la banda.

Más información

Ayer insistió en esta misma idea cuando dijo en el Senado que los movimientos de Batasuna pueden tener consecuencias. Pero ya no levantó las suspicacias de hace diez días porque previamente había aclarado que la política antiterrorista del Gobierno no había cambiado, que el final de ETA no tendría precio político, que el Ejecutivo no tenía prisa y que Batasuna no será legal hasta que ETA abandone o rompa claramente con la banda. Y lo rubricó con un compromiso escrito en la sesión del Senado.

El tema de ETA es trilita pura en el mundo político. Lo fue cuando ETA estaba muy activa y lo es en su etapa terminal. Hay un temor extendido en la derecha de que Zapatero capitalice políticamente el final de ETA si se produce en su mandato. Pero no está nada claro ni lo uno ni lo otro. Ni que ETA acabe en año y medio ni, menos aún, que el partido que gobierna se beneficie de ello.

Ayer, Zapatero salió al paso de esto último diciendo que el éxito de la política antiterrorista es de todos y lo mismo, recalcó, del final de ETA. Pero se ahorró algo que Tony Blair le dijo hace tiempo y es que el partido que gobierna no se beneficia del final del terrorismo, como a él mismo le sucedió con el cese definitivo del IRA.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En