"La ola tóxica se lo llevó todo"

Hungría intenta evitar que el barro rojo llegue al Danubio - La población se mueve sin protección en la zona afectada

"Mi hermana y mi madre estaban aquí cuando, a mediodía del lunes, oyeron un ruido. Se asomaron a la ventana y tuvieron el tiempo justo para cerrarla y subir a la primera planta. La ola tóxica se lo llevó todo". La ola es el vertido corrosivo que ha barrido 40 kilómetros cuadrados del noroeste de Hungría tras la rotura de una balsa con residuos de aluminio de una empresa minera, y quien habla, Otilla, uno de sus damnificados. Él, profesor universitario, y su cuñado han vuelto a casa, sin protección alguna, para tratar de salvar sus enseres. Esa es ahora su lucha. La del Gobierno, limpiar las ca...

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"Mi hermana y mi madre estaban aquí cuando, a mediodía del lunes, oyeron un ruido. Se asomaron a la ventana y tuvieron el tiempo justo para cerrarla y subir a la primera planta. La ola tóxica se lo llevó todo". La ola es el vertido corrosivo que ha barrido 40 kilómetros cuadrados del noroeste de Hungría tras la rotura de una balsa con residuos de aluminio de una empresa minera, y quien habla, Otilla, uno de sus damnificados. Él, profesor universitario, y su cuñado han vuelto a casa, sin protección alguna, para tratar de salvar sus enseres. Esa es ahora su lucha. La del Gobierno, limpiar las calles y tratar de impedir que el barro rojo llegue en pocos días al Danubio. El vertido ha causado al menos cuatro muertos y 132 heridos.

Un hombre cubierto de barro rojo de la cabeza a los pies descansa en una silla en su casa de Devecser.EFE

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