58º Festival de San Sebastián

Ava Gardner, de noche

"El 26 de marzo de 1950, Ava Gardner salió de Nueva York rumbo a España". Así arranca el capítulo segundo de Beberse la vida. Ava Gardner en España, el libro de Marcos Ordoñez. Y en esa frase está el alma del documental La noche que no acaba, de Isaki Lacuesta. Como en Cravan vs. Cravan, el cineasta juega a la dualidad, a mostrar la belleza casi alucinatoria de la mujer que llega a Tossa de Mar a rodar Pandora y el holandés errante. "Ava me interesaba como actriz. Mi madre me ponía mucho Mogambo. Y ser de Girona hace que crezcas oyendo leyendas de aque...

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"El 26 de marzo de 1950, Ava Gardner salió de Nueva York rumbo a España". Así arranca el capítulo segundo de Beberse la vida. Ava Gardner en España, el libro de Marcos Ordoñez. Y en esa frase está el alma del documental La noche que no acaba, de Isaki Lacuesta. Como en Cravan vs. Cravan, el cineasta juega a la dualidad, a mostrar la belleza casi alucinatoria de la mujer que llega a Tossa de Mar a rodar Pandora y el holandés errante. "Ava me interesaba como actriz. Mi madre me ponía mucho Mogambo. Y ser de Girona hace que crezcas oyendo leyendas de aquel rodaje en Tossa", explica Lacuesta, que se ha llevado el documental hacia sus terrenos: el ensayo visual y su tierra natal. El realizador muestra las noches de la actriz de leyenda, su felicidad en la autodestrucción, los amigos que la rodearon, la noche infinita; y no tanto las mañanas de resaca, del mirarse al espejo y descubrir el marchitamiento.

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