Cartas al director

Al embajador israelí

En una muestra de inquebrantable virtud democrática, el señor embajador de Israel, en su carta de 30 de abril, reprocha al diario EL PAÍS nada más y nada menos que los ciudadanos podamos expresarnos públicamente a través de los medios de comunicación para manifestar nuestras opiniones y sentimientos, por muy equivocados que estos puedan parecer. Y lo que es peor, ataca al diario EL PAÍS por permitir que dichas manifestaciones sean publicadas, y vincula al diario, de un modo groseramente gratuito, con la línea de pensamiento de los autores de los artículos.

Señor embajador de Israel, ¿ha...

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En una muestra de inquebrantable virtud democrática, el señor embajador de Israel, en su carta de 30 de abril, reprocha al diario EL PAÍS nada más y nada menos que los ciudadanos podamos expresarnos públicamente a través de los medios de comunicación para manifestar nuestras opiniones y sentimientos, por muy equivocados que estos puedan parecer. Y lo que es peor, ataca al diario EL PAÍS por permitir que dichas manifestaciones sean publicadas, y vincula al diario, de un modo groseramente gratuito, con la línea de pensamiento de los autores de los artículos.

Señor embajador de Israel, ¿ha enviado usted alguna vez una carta similar a otros diarios españoles donde es habitual encontrar verdaderas perlas contra los países árabes, musulmanes, y contra la cultura árabe e islámica en general? Artículos y columnas, señor embajador, donde, recogiendo su expresión, podrá toparse con multitud de déjà vu sobre el mundo arabomusulmán. ¿Piensa usted que dichos diarios son, por el mero hecho de permitir que tales artículos y columnas aparezcan publicados en sus páginas, arabófo-bos e islamófobos?

Señor embajador, con su carta no hace más que ratificar lo expresado por Salvador Pániker en su artículo. Por el bien de su país, espero que su línea de pensamiento no sea la imperante entre la clase dirigente israelí.

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