Análisis:Debate sobre la crisis económica

El ascenso de Blanco

José Luis Rodríguez Zapatero dedicó el fin de semana a preparar el debate de ayer en el Congreso y enseguida tuvo claro que la oferta de diálogo a los partidos contra la crisis, que se iba a convertir en la estrella de su propuesta, necesitaba de un realce. Para ello ideó la creación de una comisión negociadora. Tenía que tener rango gubernamental y peso político.

Tuvo claro que una comisión negociadora sobre competitividad, empleo, política industrial, fiscalidad y sistema financiero tenía que integrar a la vicepresidenta económica, Elena Salgado, y al ministro de Industria, Miguel Seb...

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José Luis Rodríguez Zapatero dedicó el fin de semana a preparar el debate de ayer en el Congreso y enseguida tuvo claro que la oferta de diálogo a los partidos contra la crisis, que se iba a convertir en la estrella de su propuesta, necesitaba de un realce. Para ello ideó la creación de una comisión negociadora. Tenía que tener rango gubernamental y peso político.

Tuvo claro que una comisión negociadora sobre competitividad, empleo, política industrial, fiscalidad y sistema financiero tenía que integrar a la vicepresidenta económica, Elena Salgado, y al ministro de Industria, Miguel Sebastián. Pero no dudó, y es lo más relevante, en integrar al ministro de Fomento, José Blanco.

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Nadie duda de que si la titular de Fomento hubiera sido Magdalena Álvarez, Zapatero no la hubiera introducido en la comisión. Blanco forma parte de ella por su ascendente peso político en el Ejecutivo, donde viene ejerciendo de portavoz bis del Gobierno desde hace meses. Y con este nombramiento, Zapatero lo ha consagrado.

Zapatero argumentó la exclusión de la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, por carecer de competencias económicas y presidir numerosas comisiones y la del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, pese a que la negociación abordará el empleo, por tener su agenda muy cargada por su presencia en el Pacto de Toledo y el diálogo social. El presidente cuidó las formas y el lunes comunicó su decisión no sólo a los nombrados sino a De la Vega; al portavoz parlamentario, José Antonio Alonso, y a la número tres del PSOE, Leire Pajín.

Zapatero ha pedido a su hombre de confianza, José Antonio Alonso, que mantenga la ronda de partidos que tenía prevista estos días para "preparar el ambiente". El viernes 26 iniciará su trabajo la comisión negociadora del Gobierno, a la que ha fijado un plazo de dos meses, con una cita conjunta con todos los partidos.

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Zapatero seguirá de cerca la negociación de la comisión y su pretensión es "agotar todas las posibilidades de acuerdo" con los partidos. Para facilitarlo llevará un texto muy abierto. El presidente se reserva un papel subsidiario, sobre todo el de convocar al líder del PP, Mariano Rajoy, a La Moncloa. Lo hará en función de los acontecimientos y más precisamente de la actitud del PP, al que Alonso ha convocado el viernes de la próxima semana.

El Gobierno encara el contacto con los partidos con una sensación de fortaleza tras el debate de ayer en que Zapatero tomó la iniciativa del diálogo ante un Rajoy descolocado.

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