Euskadi colaborará en la mejora del mayor equipo científico del mundo

El Gran Colisionador de Ginebra aspira a recrear el instante posterior al Big Bang

Está considerado el mayor y más importante experimento científico jamás llevado a cabo. El Gran Colisionador de Hadrones (LHC) será capaz, cuando funcione a pleno rendimiento, de recrear las condiciones existentes inmediatamente después del Big Bang, la gran explosión que está en el origen del universo. Es decir, este equipamiento, ubicado en Ginebra y operativo desde hace unos meses, arrojará información clave sobre cómo empezó todo y confirmará o rebatirá la validez del modelo estándar de la Física de Partículas. Una parte de esta gran infraestructura, que ha costado 6.000 millones de euros,...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Está considerado el mayor y más importante experimento científico jamás llevado a cabo. El Gran Colisionador de Hadrones (LHC) será capaz, cuando funcione a pleno rendimiento, de recrear las condiciones existentes inmediatamente después del Big Bang, la gran explosión que está en el origen del universo. Es decir, este equipamiento, ubicado en Ginebra y operativo desde hace unos meses, arrojará información clave sobre cómo empezó todo y confirmará o rebatirá la validez del modelo estándar de la Física de Partículas. Una parte de esta gran infraestructura, que ha costado 6.000 millones de euros, precisa ser optimizada y será el equipo científico que trabaja en la futura subsede de la Fuente Europea de Neutrones por Espalación (ESS), que se ubicará en el Parque Científico de la UPV de Leioa, el que colaborará en la construcción de un nuevo inyector, denominado Linac4.

El laboratorio vasco contribuirá a la construcción de un nuevo inyector El organismo europeo formará a los científicos procedentes de Leioa

La presencia del laboratorio vasco en este prestigioso proyecto se fundamenta en un acuerdo alcanzado entre el consorcio ESS Bilbao, formado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y el Gobierno vasco, y la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), del que forma parte el Gran Colisionador de Hadrones. En virtud del convenio suscrito entre ambos organismos, el grupo de científicos europeos formará y proporcionará tecnología al vasco. De hecho, el equipo de ESS Bilbao construirá una estructura de aceleración similar a la pieza que debe ser reemplazada en el LHC con el objetivo de incorporarla al proyecto de Leioa.

Pero, ¿por qué han decidido unirse el mayor laboratorio de investigación en Física de Partículas a nivel mundial y los científicos responsables del futuro centro de neutrones? El motivo hay que buscarlo en que el diseño conceptual del proyecto de la Fuente Europea de Neutrones por Espalación (ESS) de Lund (Suecia) y el centro en construcción en la UPV contempla estructuras de aceleración a baja energía totalmente sinérgicas con las diseñadas para el Gran Colisionador de Hadrones.

Algunos de los científicos vascos ya han viajado a Ginebra para iniciar los primeros contactos con los expertos europeos, aunque parte del trabajo estará informatizado y podrán desarrollarlo desde la sede vizcaína.

Entre el laboratorio vasco y el CERN ya existía un acuerdo de colaboración (Memorando of Understanding) por el cual se han desarrollado varios prototipos realizados por Elytt Energy (Madrid y Galdakao) y el centro tecnológico Tekniker (Eibar).

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El CERN, que dispone de un presupuesto de 700 millones de euros, ha demostrado en varias ocasiones su capacidad para desarrollar nuevas tecnologías tanto informáticas como industriales de gran interés. Sus instalaciones fueron escenario en 1990 del nacimiento de la WorldWideWeb (WWW), clave en el desarrollo de Internet, y aún mantienen importantes bibliotecas matemáticas.

La mejora que supuso el LHC frente al acelerador más potente que existía hasta 2008, el Tevatron (Chicago) fue notable. El europeo generará colisiones de partículas siete veces más potentes que las de cualquier acelerador anterior. Y cuando alcance su máxima potencia, 30 veces más.

La construcción del Gran Colisionador se decidió en 1994 y especialistas de más de 80 países participaron en el proyecto. Ocho sectores forman la circunferencia del acelerador, integrada por más de 1.500 grandes imanes superconductores, conectados en fila uno con otro, para acelerar y guiar los haces de las partículas que circularán dentro, por un tubo de alto vacío. Cuatro grandes detectores de choques de partículas completan el equipamiento. Todo se encuentra a una temperatura de 271 grados bajo cero.

Archivado En