Magris recibe en Francfort el premio de la Paz

Los europeos sólo hemos movido el muro, la frontera, "un poco más al Este del Este" y tampoco sabemos ver las nuevas formas de la guerra: los atentados del 11-S, "el tráfico de órganos de niños, la cadena sinfín de personas asesinadas por la Mafia para proteger sus ganancias como si fueran una multinacional", los miles de inmigrantes que quedan ante los baluartes del continente... Contra todo ello, y también contra el populismo antidemocrático que se genera en muchos países de la Unión Europea, sólo queda "una Europa en verdad unida, una verdadera confederación que se confronte y hable con las...

Los europeos sólo hemos movido el muro, la frontera, "un poco más al Este del Este" y tampoco sabemos ver las nuevas formas de la guerra: los atentados del 11-S, "el tráfico de órganos de niños, la cadena sinfín de personas asesinadas por la Mafia para proteger sus ganancias como si fueran una multinacional", los miles de inmigrantes que quedan ante los baluartes del continente... Contra todo ello, y también contra el populismo antidemocrático que se genera en muchos países de la Unión Europea, sólo queda "una Europa en verdad unida, una verdadera confederación que se confronte y hable con las otras culturas". O así lo defendió ayer en Francfort un gran conocedor del alma europea, el escritor italiano Claudio Magris, que recibió el premio de la Paz de los Libreros Alemanes, una ceremonia que extraoficialmente cierra la Feria del Libro de la ciudad.

Con esa poética melancolía que parece suavizar contundentes dolencias que le gusta hacer aflorar, el autor de El Danubio articuló un discurso tan bello como severo sobre la intolerancia europea, que enmarcó ya "en la oculta y obsesiva fascinación por la guerra que tenemos los seres humanos". Tras alertar de que el mundo está instalado desde 1945 en "una Tercera Guerra Mundial", echó una de las culpas de ello a su país, Italia, "inventora del fascismo europeo y ahora del nuevo populismo".