Una minoría de países europeos acogerá presos de Guantánamo

Podrá quedar limitada la libertad de circulación de algunos ex detenidos

Los ministros del Interior de la UE acordaron ayer aceptar la llegada a Europa de presos de Guantánamo "aptos para la liberación" a cambio de que los países de acogida impongan por iniciativa propia o por petición de otros "medidas que puedan afectar temporalmente a la libertad de movimiento en caso de necesidad". Sólo una minoría de los países se han manifestado dispuestos a acoger presos. España entre ellos, junto a Reino Unido, Francia, Portugal, Irlanda y algún báltico, según una fuente comunitaria.

Tras seis meses de negociaciones para responder a los temores de algunos socios, en ...

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Los ministros del Interior de la UE acordaron ayer aceptar la llegada a Europa de presos de Guantánamo "aptos para la liberación" a cambio de que los países de acogida impongan por iniciativa propia o por petición de otros "medidas que puedan afectar temporalmente a la libertad de movimiento en caso de necesidad". Sólo una minoría de los países se han manifestado dispuestos a acoger presos. España entre ellos, junto a Reino Unido, Francia, Portugal, Irlanda y algún báltico, según una fuente comunitaria.

Tras seis meses de negociaciones para responder a los temores de algunos socios, en particular Alemania y Austria, los ministros cerraron el acuerdo rápidamente, pero no sin contradicciones: pese a lo acordado ayer, el ministro checo Martin Pecina, presidente de turno de la UE, aseguró: "No estamos hablando de restringir sus movimientos".

Sigue sin concretarse el número de reclusos que serán transferidos a la UE

La Europa de los valores y de las libertades ha encontrado dificultades para digerir Guantánamo en la práctica. Tras reclamar durante años a EE UU el cierre de la cárcel, se vio sorprendida por la petición de ayuda del presidente Barack Obama y ha necesitado medio año para dar lo que parece una respuesta positiva tras agónicos debates. De momento no se ha hablado de cifras de reclusos, que organizaciones humanitarias cifran entre 40 y 60, ni de cuándo llegarían a Europa, aunque deberá ser antes del cierre de Guantánamo, previsto para 2010.

Los presos a liberar pueden haber tenido la mala fortuna de haber sido "personas que estaban donde no debían en el momento en que no debían", como señala una fuente comunitaria, pero varios Gobiernos europeos temen en el fondo que no fuera así. También les preocupa que los largos años de vejaciones en Guantánamo hayan afectado a su equilibrio emocional y político hasta convertirles en un potencial peligro.

El marco de actuación acordado ayer, definido como puramente técnico, se basa en la plena, fluida y transparente circulación de información entre los Estados miembros sobre lo que vayan a hacer los socios que piensen recibir ex presidiarios. El país de acogida deberá reclamar de Estados Unidos toda la información necesaria sobre el particular con el fin de tomar una decisión perfectamente calibrada. Esa información será transmitida a los restantes 26 Gobiernos por si alguno tiene objeciones. En tal caso, y si el liberado llega a ser recibido, se le podrá imponer restricciones, "medidas que puedan afectar temporalmente a la libertad de movimiento en caso de necesidad", según lo pactado.

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El perfil del acogible queda definido en tres trazos: antiguo detenido apto para la liberación al que EE UU no desea procesar y que por razones imperativas no desea volver a su país de origen y quiere ser transferido a Europa. "La UE quiere ayudar a poner fin a Guantánamo y a lo que ha sido de elemento distorsionador con los países musulmanes", dijo Antonio Camacho, secretario de Estado de Seguridad. Francia es el único país que ha recibido ya a un ex preso, un argelino al que no permite salir del país.

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