José Escolar, una ganadería de culto
El pasado fue un gran año para José Escolar Gil. Cincuenta toros y novillos salieron de su finca Lanzahíta, en el valle abulense del Tiétar, camino al sur de Francia. Los escolares se dejan querer en este fortín singular por su reivindicación del auténtico toro de lidia. Desde que adquirió la ganadería, en 1981, sus animales están considerados de los más duros, y posiblemente de los más irregulares. Acostumbran a sorprender y a dar contundentes petardazos. Las figuras no los quieren. Escolar explica con sencillez: "El mercado es para las ganaderías suaves y, por tanto, no se puede saber...
El pasado fue un gran año para José Escolar Gil. Cincuenta toros y novillos salieron de su finca Lanzahíta, en el valle abulense del Tiétar, camino al sur de Francia. Los escolares se dejan querer en este fortín singular por su reivindicación del auténtico toro de lidia. Desde que adquirió la ganadería, en 1981, sus animales están considerados de los más duros, y posiblemente de los más irregulares. Acostumbran a sorprender y a dar contundentes petardazos. Las figuras no los quieren. Escolar explica con sencillez: "El mercado es para las ganaderías suaves y, por tanto, no se puede saber si son ellas las afectadas, o si lo somos nosotros".
Los escolares son objeto de culto. Hace 13 años trajo a Las Ventas un encierro extraordinario, y desde entonces las asociaciones más comprometidas reclaman a la empresa que coloquen esta divisa en los carteles. "Este encaste debe estar en la primera plaza del mundo, siempre es garantía de emoción", dice José Luis de la Chica, presidente del Club Taurino de Madrid, en referencia al origen genético, emparentado con los victorinos.
Escolar tiene 72 años y mucha vitalidad. Le gusta el campo, el fútbol y la caza con galgos. Según su yerno, El Fundi, es "un ganadero a la antigua". Dicen que es campechano, buen conversador y autocrítico. El encierro de hoy y el que lidiará en Calasparra (Murcia) son los únicos que no tiene comprometidos esta temporada con las plazas francesas, donde le reciben con honores, año tras año. Todo un dato.