El tripartito asume que irá a las urnas en plena crisis

Los partidos tratan de evitar que la oposición capitalice el descontento

Sustituyendo la palabra crisis por la expresión menos alarmante desaceleración económica y vaticinando un "suave aterrizaje de precios" en la vivienda en lugar de la actual debacle inmobiliaria, José Luis Rodríguez Zapatero logró que la preocupante situación económica no monopolizara su campaña electoral. Y salió reelegido presidente del Gobierno hace menos de un año, cuando en Europa todas las luces rojas estaban ya encendidas.

Los partidos que forman el Gobierno catalán saben que no podrán emular a Zapatero. El Partit dels Socialistes, Esquerra Republicana e Iniciativa-E...

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Sustituyendo la palabra crisis por la expresión menos alarmante desaceleración económica y vaticinando un "suave aterrizaje de precios" en la vivienda en lugar de la actual debacle inmobiliaria, José Luis Rodríguez Zapatero logró que la preocupante situación económica no monopolizara su campaña electoral. Y salió reelegido presidente del Gobierno hace menos de un año, cuando en Europa todas las luces rojas estaban ya encendidas.

Los partidos que forman el Gobierno catalán saben que no podrán emular a Zapatero. El Partit dels Socialistes, Esquerra Republicana e Iniciativa-Esquerra Unida han asumido ya que la crisis acompañará su acción de gobierno en lo que queda de legislatura y lo que más les preocupa en clave interna, la campaña electoral, sea en otoño de 2010 o se avance un poco, se desarrollará bajo la psicosis del colapso económico.

Los de Puigcercós esperan que Carod se retire de la batalla por la lista de ERC

El pragmatismo que el presidente José Montilla y muchos de sus consejeros han exhibido desde los primeros síntomas de deterioro económico es la principal baza que tiene ahora el tripartito para que sus votantes sigan confiando en ellos. También esperan atajar un eventual voto de castigo estirando tanto como sea posible la capacidad de endeudamiento de la Generalitat. Se trata de que los servicios sociales no se resientan y los ciudadanos más afectados no sean doblemente golpeados.

Los partidos se adaptan como pueden para no mostrarse impasibles ante la situación. La crisis ha monopolizado las últimas reuniones de la ejecutiva socialista. Ni si quiera la financiación autonómica, la otra gran patata caliente que el Gobierno catalán tiene sobre la mesa, ha merecido grandes comentarios en las reuniones de la dirección del PSC. De puertas afuera, el partido ha organizado jornadas de debate y actos de carácter más o menos público para demostrar que la crisis es la prioridad número uno. Sin ir más lejos, la escuela de invierno que cada año organiza el PSC en Tarragona estará centrada en la crisis.

Esquerra Republicana lo ha hecho de otra manera. Ha fijado su mensaje en los problemas que sufren las pequeñas y medianas empresas catalanas, y mantiene con volumen alto el mensaje soberanista con apelaciones constantes a la necesidad de una nueva financiación. "Con la nueva financiación nos estamos jugando el futuro y el bienestar de toda una generación de catalanes", repite una y otra vez el secretario general republicano, Joan Ridao. Con todo, ERC no abandona el mensaje soberanista que le diferencia de sus socios de gobierno. De ahí que se mantenga en liza con Convergència i Unió para recolectar voto independentista en las próximas elecciones europeas con un candidato, Oriol Jonqueras, con un perfil similar al de Ramon Tremosa, el fichaje de CiU. La crisis también ha tenido carácter pacificador entre las dos familias enfrentadas dentro del partido. Cada vez hay menos partidarios de que, precisamente en la actual situación económica, el presidente del partido, Joan Puigcercós, y el vicepresidente del Gobierno, Josep Lluís Carod Rovira, vuelvan a las andadas en una campaña de primarias. Los de Puigcercós esperan que Carod se retire de la batalla por encabezar la lista de ERC.

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"La situación económica puede favorecer a Iniciativa", repiten los dirigentes ecosocialistas. Y es que ICV se considera el único partido que vaticinó la verdadera magnitud de la crisis y espera recoger votos de los desencantados con las medidas del Gobierno central, que cree insuficientes y poco atrevidas. En las elecciones europeas y sobre todo para las autonómicas del próximo año, los ecosocialistas quieren acentuar su mensaje social, aunque sea en detrimento del ambientalista.

Además de esgrimir estas razones, los tres partidos están unidos en otro mensaje: la oposición no tiene ninguna fórmula para salir de la crisis. No es que esto sea un mensaje esperanzador, pero el tripartito insiste en que ni Convergència i Unió ni el PP pueden hacer frente a la actual situación. "Si tiene la solución, me la dice", repitió una y otra vez Montilla en la última sesión de control en el Parlament acosado a preguntas sobre la crisis desde las bancadas de la oposición. Tanto ha insistido Montilla que CiU y el PP han querido demostrar con un gesto que sí tienen soluciones, por lo que han remitido al Gobierno sendos documentos con propuestas.

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