Más horas de trabajo, congelación salarial y más flexibilidad blindan por 2 años la planta de Sony

El grupo negocia con la Generalitat ayudas a la innovación y retira el ERE

España y Eslovaquia son los únicos países de Europa en los que la multinacional japonesa de la electrónica Sony mantiene plantas de producción. Y así seguirá siendo, al menos en los próximos dos años, si no hay una debacle imprevista en las ventas, y pese a la amenaza permanente que suponen los menores costes del centro eslovaco. Finalmente, tampoco habrá despidos, aunque sí bajas incentivadas.

Un pacto cerrado ayer entre la dirección de la compañía y los sindicatos, tras un mes largo de negociaciones y una noche de infarto, ha dado un respiro al sombrío panorama industrial español, ha ...

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España y Eslovaquia son los únicos países de Europa en los que la multinacional japonesa de la electrónica Sony mantiene plantas de producción. Y así seguirá siendo, al menos en los próximos dos años, si no hay una debacle imprevista en las ventas, y pese a la amenaza permanente que suponen los menores costes del centro eslovaco. Finalmente, tampoco habrá despidos, aunque sí bajas incentivadas.

Un pacto cerrado ayer entre la dirección de la compañía y los sindicatos, tras un mes largo de negociaciones y una noche de infarto, ha dado un respiro al sombrío panorama industrial español, ha salvado el futuro inmediato de la planta de Viladecavalls (Vallès Occidental) y ha derivado en la retirada del expediente de regulación de empleo (ERE) que había anunciado la empresa. Sin cambios en el sistema de trabajo y sin un recorte de costes, Sony había estimado el excedente de plantilla en 275 personas, el 23% del total.

La planta de Sony producirá más modelos pero sólo para la Europa sur
El grupo amplía hasta julio el plazo para acogerse a bajas incentivadas

El grupo nipón había aceptado rebajar a 93 la cuantía de despedidos si los representantes de los trabajadores aceptaban trabajar más horas (40 más en 2009 y 2010, para equiparar el número total al del resto de centros de Sony en España), congelar el sueldo dos años, tras pagar algunas compensaciones pendientes, externalizar la actividad logística a una nueva sociedad del grupo (con 185 empleados que mantendrán sus condiciones) y pactar más flexibilidad en la producción, mediante una bolsa de hora de 60 horas al año.

La aceptación de esas condiciones por los sindicatos facilitó que la empresa accediera a retirar el ERE. "Ha sido un pequeño milagro y un ejercicio de responsabilidad, en este difícil contexto", declaró el responsable de Sony en España, Pedro Navarrete.

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CC OO de Cataluña, con representación mayoritaria en la planta, valoró el acuerdo porque "da continuidad industrial a la fábrica". El pacto prevé, a la par que la retirada del ERE, que Sony amplíe hasta el próximo julio un plan para acogerse a bajas incentivadas por el que el grupo dará salida a esas 93 personas para las que dice que no hay carga de trabajo.

Uno de los elementos que ha ayudado a desencallar el acuerdo es la puesta en marcha de un plan industrial destinado a automatizar procesos y a realizar mejoras tecnológicas para ganar competitividad y distinguir la planta catalana por su contenido tecnológico. Y ahí fuentes de la negociación aseguraron que el Gobierno catalán se ha comprometido en firme a ofrecer ayudas a la innovación a Sony. La empresa lo confirmó y dijo que las destinará a esa automatización. Ambas partes negocian aún la cuantía.

Sony produjo en Viladecavalls 1,9 millones de televisores en el anterior ejercicio y este año fiscal calcula fabricar 1,5 millones. Con esa carga de trabajo, la empresa asegura que no necesita reducir plantilla, fuera de las 93 bajas. Y coloca un suelo mínimo necesario de empleos en, al menos, 1.000.

Pero se trata de un acuerdo que la zozobrante coyuntura vuelve frágil. Así lo reconocieron fuentes sindicales. "El acuerdo exige un gran esfuerzo por parte de los trabajadores para evitar el cierre de la fábrica de Viladecavalls", apuntó UGT de Cataluña, que apostó por el mantenimiento de los puestos de trabajo más allá de 2010. Por su parte, en un comunicado, USOC enfatizó que, en la actual coyuntura de recesión, la prioridad del sindicato "ha sido buscar salidas no traumáticas y comprometer a la multinacional con su continuidad en Cataluña".

El mercado es volátil. Si en julio, las ventas de televisores aguantaban, en septiembre, caían el 7%, y en diciembre, el 19,2%. Y ello en un marco de hundimiento de precios, que en el último año ha caído el 30%, de modo que se neutraliza en parte el potencial de crecimiento del mercado (dos tercios de los hogares aún no disponen de un televisor de pantalla plana).

Para animar las ventas, la compañía se ha replanteado su estrategia europea para sacar ventaja competitiva a su posición geográfica y del factor cercanía del mercado. Hoy, la planta catalana produce una decena de modelos de TV para toda Europa. A partir de ahora, producirá más modelos pero sólo para el sur de Europa.

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