Un error del PP enreda todavía más la reforma del Impuesto de Sociedades

El PNV, EA y los populares hacen visible su pacto fiscal en Guipúzcoa

La reforma del Impuesto de Sociedades en Guipúzcoa va camino de convertirse en un vodevil. La tramitación tomó ayer tintes dramáticos cuando un error o despiste del PP estuvo a punto de echar al traste todo el cambio fiscal en esta provincia. Ocurrió durante el debate de las enmiendas parciales en la Comisión de Hacienda de las Juntas Generales, el paso anterior a la votación definitiva por el pleno. El PNV y EA, que sostienen el Gobierno foral, y los populares escenificaron en la comisión su acuerdo para aprobar el Impuesto de Sociedades con un tipo general del 28%. Sin embargo, en el momento...

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La reforma del Impuesto de Sociedades en Guipúzcoa va camino de convertirse en un vodevil. La tramitación tomó ayer tintes dramáticos cuando un error o despiste del PP estuvo a punto de echar al traste todo el cambio fiscal en esta provincia. Ocurrió durante el debate de las enmiendas parciales en la Comisión de Hacienda de las Juntas Generales, el paso anterior a la votación definitiva por el pleno. El PNV y EA, que sostienen el Gobierno foral, y los populares escenificaron en la comisión su acuerdo para aprobar el Impuesto de Sociedades con un tipo general del 28%. Sin embargo, en el momento de la última votación, los dos representantes del PP, Regina Otaola y Juan Carlos Cano, se abstuvieron en lugar de votar a favor del dictamen.

Otaola da por seguro que saldrá aprobado un tipo general del 28%

Los votos en contra del PSE, EB y Aralar, que suman siete miembros en la comisión, impusieron su mayoría sobre los seis a favor del PNV y EA. El desliz del PP hizo decaer el dictamen, lo que en la práctica significa la inexistencia del proyecto de norma del impuesto que grava los beneficios de las empresas.

Fue necesaria una rápida reacción de los órganos de gobierno de las Juntas para resolver las dudas jurídicas que se abrieron en ese momento. El PSE solicitó un informe a los letrados de la Cámara para que aclarasen si se puede tratar en un pleno un dictamen que ha sido rechazado previamente en la comisión. La Mesa, reunida con carácter de urgencia, acordó por mayoría aceptar esta opción y permitir a los partidos que presenten sus votos particulares y enmiendas.

Si todos los partidos mantienen en el pleno el mismo sentido del voto, lo que está garantizado, la reforma del Impuesto de Sociedades quedará aprobada el próximo 18 de diciembre, después de casi dos años de discusión y polémica política. Los 16 votos del PNV y los siete de EA bastarán para sancionar el cambio fiscal frente a los 16 del PSE, cuatro de EB y dos de Aralar. Los seis junteros del PP ya despejaron todas las dudas y optarán por la abstención.

Los populares propiciarán la aprobación del impuesto empresarial tras el acuerdo al que han llegado en las últimas fechas con los nacionalistas. Durante la comisión se visualizó el arreglo en cuanto el portavoz de EA, Josean Rekondo, anunció que iban a aceptar tres de las siete enmiendas de los populares. El Ejecutivo foral apoyó las correcciones para aumentar las deducciones por la creación de empleo, dar libertad de amortización de los activos fijos adquiridos entre 2009 y 2010 y para adecuar el concepto fiscal de las pequeñas y medianas empresas a las recomendaciones europeas. Por su parte, Otaola, quien volvió a defender un tipo general del 25%, adelantó que respaldarían las enmiendas técnicas defendidas por el PNV y EA.

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El acuerdo entre los populares y el Gobierno foral quedó al descubierto antes de iniciarse la votación de las 45 enmiendas parciales. Sólo prosperaron ocho y fueron rechazadas todas las presentadas por Aralar, EB y el PSE. Los socialistas defendieron dos, una de las cuales fijaba el gravamen en el 28%, pero incorporaba una "figura novedosa", según destacó su portavoz, Iñaki Arriola, mediante la cual las empresas podrían acogerse a una bonificación de dos puntos si mantenían los puestos de trabajo durante el ejercicio fiscal. "Está claro que el Gobierno foral no ha tenido voluntad de llegar a un acuerdo con nosotros", afirmó Arriola al terminar la sesión.

Los nacionalistas cuentan con el paraguas del PP, a la vista de las declaraciones de Otaola: "Vamos a permitir que el impuesto salga aprobado". EB se felicitó por haber sido rechazado el dictamen, aunque lamentó la bajada de la presión fiscal y sus efectos negativos en en la calidad de los servivios públicos. Aralar, por su parte, advirtió de que la Hacienda foral dejará de recaudar el año que viene 116 millones de euros.

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