Análisis:EL ACENTO

Parque pleistocénico

Entre el genoma y la resurrección del mamut se alzan problemas formidables. Los genes de aquel gigante extinto sólo son ahora virtuales -un texto grabado en un ordenador- y deberían convertirse en cromosomas reales. Nadie sabe cómo hacerlo. Los cromosomas tendrían que empaquetarse en un núcleo que pudiera inyectarse en un óvulo que a su vez pudiera implantarse en una elefanta, y esto tampoco lo sabe hacer nadie. Pero todos estos problemas son técnicos. Lo único irreparable es la pérdida de la información, y lo que muestra el genoma del mamut es que no hay impedimentos de principio para resucit...

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Entre el genoma y la resurrección del mamut se alzan problemas formidables. Los genes de aquel gigante extinto sólo son ahora virtuales -un texto grabado en un ordenador- y deberían convertirse en cromosomas reales. Nadie sabe cómo hacerlo. Los cromosomas tendrían que empaquetarse en un núcleo que pudiera inyectarse en un óvulo que a su vez pudiera implantarse en una elefanta, y esto tampoco lo sabe hacer nadie. Pero todos estos problemas son técnicos. Lo único irreparable es la pérdida de la información, y lo que muestra el genoma del mamut es que no hay impedimentos de principio para resucitar a especies extintas.

Podemos entonces imaginar el día en que los problemas técnicos se hayan resuelto. ¿Por qué querría alguien resucitar al mamut? Tal vez porque, cuando algo puede hacerse, acaba haciéndose (para ver si era verdad que podía hacerse). La curiosidad es una fuerza muy poderosa. Una segunda razón podría ser que nosotros contribuimos a la extinción del mamut, y devolverlo a la vida podría verse como una reparación histórica, o prehistórica. Los conservacionistas no sabrán de qué

lado ponerse.

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Y la tercera razón, desde luego, será hacer un parque pleistocénico en Siberia para que vayamos todos a visitar a los mamuts y la empresa biotecnológica vaya amortizando su inversión en óvulos de elefanta. Será un buen tributo al creador de este género, el recién fallecido novelista Michael Crichton, autor de Parque Jurásico.

El verdadero dilema es que, pisándole los talones al mamut, el próximo genoma fósil será el del neandertal, nuestra especie hermana, que se extinguió en Gibraltar hace menos de 30.000 años. Pero resucitar a un neandertal es una cuestión mucho más peliaguda. Aun cuando fuera técnicamente posible, ¿por qué iba a querer alguien resucitar al neandertal? ¿Porque cuando algo puede hacerse acaba haciéndose?

Al igual que con el mamut, es probable que nosotros contribuyéramos a la extinción de los neandertales, así que también les debemos una reparación prehistórica. Y a ver qué especie acaba encerrada en el parque y cuál pagando

por entrar.

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