Congreso socialista en Francia

Royal promete dar voz a los militantes

La candidata someterá al voto de los afiliados la política de alianzas del partido

El congreso del Partido Socialista francés (PS), encaminado a elegir el nuevo primer secretario, se convirtió ayer en un duelo particular entre dos mujeres que no se tienen el más mínimo aprecio: Ségolène Royal y Martine Aubry. Ninguna cuenta con apoyos suficientes para erigirse ganadora y necesitan desesperadamente aliados. Ayer tenían una oportunidad desde la tribuna para convencer a los demás. Se la jugaban.

Royal habló primero. Y anunció, en un intento de ganarse al alcalde de París, Bertrand Delanoë, dueño de un puñado definitivo de votos, que propondrá que sean los militantes los ...

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El congreso del Partido Socialista francés (PS), encaminado a elegir el nuevo primer secretario, se convirtió ayer en un duelo particular entre dos mujeres que no se tienen el más mínimo aprecio: Ségolène Royal y Martine Aubry. Ninguna cuenta con apoyos suficientes para erigirse ganadora y necesitan desesperadamente aliados. Ayer tenían una oportunidad desde la tribuna para convencer a los demás. Se la jugaban.

Royal habló primero. Y anunció, en un intento de ganarse al alcalde de París, Bertrand Delanoë, dueño de un puñado definitivo de votos, que propondrá que sean los militantes los que decidan si se pacta con el centro o no. La medida es una forma de sacudirse las críticas que le llegan desde el otro bando y la acusan de entreguista y de buscar alianzas con el centro en futuras presidenciales. Al oír la propuesta, los delegados, que llenaban el auditorio del Palacio de Congresos de Reims, se dividieron: se oyeron aplausos, pero también pataleos y abucheos de los partidarios de Aubry. Éstos comenzaron a gritar: "¡Izquierda, izquierda!".

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Royal bajó de la tribuna en un clima dividido, sin tenerlas todas consigo. A los diez minutos subió Aubry, más serena, consciente de la importancia del momento. Supo enfervorizar a los suyos al asegurar que el PS "debe colocarse en la izquierda". (Nuevos gritos de "¡Izquierda, izquierda!"). Después coqueteó también con Delanoë: "Debemos, Bertrand, terminar con los matices que nos separan para llegar a una unión". Al terminar el discurso, Aubry bajó a la platea y besó en la mejilla al alcalde de París.

Terminados los discursos, comenzaron las discusiones bajo cuerda, los acercamientos en sordina y el cambalache entre las facciones. Había discusiones previstas durante toda la noche en pequeñas salas del Palacio de Congresos a resguardo de la prensa. Es la denominada "noche de los cuchillos largos", de larga tradición en el socialismo francés. En principio, hoy se conocerá al nuevo líder del partido.

Ségolène Royal se dirige a los asistentes al congreso del Partido Socialista francés ayer en Reims.AP
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