La Cámara fuerza a Sanidad a montar un plan de revisiones ginecológicas

El programa debe incorporar a 626.000 mujeres de entre 25 y 65 años

Cuando terminó el debate, Juana Iturmendi, parlamentaria del PP, no podía disimular su satisfacción. El Parlamento acababa de aprobar una proposición no de ley que ella había presentado, finalmente transaccionada con el PSE, que insta al Departamento de Sanidad a implantar un programa de revisiones ginecológicas dirigido a las mujeres de entre 25 y 65 años (unas 626.000 en Euskadi). La propuesta recabó el respaldo de EHAK, dejando en minoría al tripartito, que se opuso por entender que la atención ginecológica ya se encuentra suficientemente garantizada. Iturmendi ha batallado toda la legislat...

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Cuando terminó el debate, Juana Iturmendi, parlamentaria del PP, no podía disimular su satisfacción. El Parlamento acababa de aprobar una proposición no de ley que ella había presentado, finalmente transaccionada con el PSE, que insta al Departamento de Sanidad a implantar un programa de revisiones ginecológicas dirigido a las mujeres de entre 25 y 65 años (unas 626.000 en Euskadi). La propuesta recabó el respaldo de EHAK, dejando en minoría al tripartito, que se opuso por entender que la atención ginecológica ya se encuentra suficientemente garantizada. Iturmendi ha batallado toda la legislatura por sacar adelante esta iniciativa. El año pasado, la Comisión de Sanidad llegó a aprobar incluso una petición similar también a propuesta suya, pero la consejería no ha puesto en marcha aún el plan.

El tripartito argumenta que la atención ya está garantizada
Alrededor de 5.400 mujeres se hallan en lista de espera para el ginecólogo

Se trata de la octava iniciativa de estas características que aborda la Cámara en esta legislatura. Sin embargo, la parlamentaria del PP sabe que lo conseguido en el pleno de ayer se puede ir al traste si Sanidad no pone toda su maquinaria a trabajar. La propuesta reclama que el programa se implante antes de que concluya la presente legislatura (el Parlamento echa la persiana a finales del próximo diciembre), pero Iturmendi se muestra dispuesta a flexibilizar los plazos siempre y cuando se termine por cumplir el mandato parlamentario. "Hasta ahora, el consejero de Sanidad

no ha hecho ni caso", lamenta.

En la actualidad, no existe un programa sistematizado de revisiones ginecológicas. Las mujeres deben acudir primero a su médico de cabecera y solicitar la consulta con el ginecólogo. En estos momentos, cerca de 5.400 mujeres se hallan en lista de espera. De ellas, 831 llevan entre uno y tres meses y otras 60 superan los tres meses. De implantarse el programa, sería el departamento el que mandase una carta a las mujeres a partir de los 25 años recordándoles la existencia del programa y facilitándoles la cita, como ocurre con el programa de cáncer de mama. La ventaja de este tipo de programas se ve, sobre todo, en la concienciación que adquieren las mujeres sobre la necesidad de este tipo de revisiones, que incluirían desde el cribado de cáncer de cuello de útero hasta el cribado de infecciones pasando por tumores benignos. La portavoz del PSE en el debate, Blanca Roncal, ginecóloga de profesión, enfatizó que la creación de este programa supondría acabar con un vacío que causa una "gran alarma social".

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El tripartito argumentó su oposición en que la atención ginecológica ya se encuentra garantizada. Prueba de los avances que ha ido haciendo el departamento sus portavoces expusieron el nuevo programa de cribado de cáncer de útero dirigido a las mujeres de 25 a 65 años, presentado en vísperas del debate.

Tanto Roncal como Iturmendi dieron la bienvenida a esta iniciativa, pero advirtieron de que se trata de un plan insuficiente, pues sólo abarca una parte de todas las patologías que pueden sufrir las mujeres en su aparato genital. "El cribado de cáncer de útero se queda corto. Una revisión ginecológica incluye muchos más aspectos. Se trata de dar seguridad a las mujeres", concluyó Roncal.

La oposición se queja de que se "descafeínan" sus iniciativas

Apenas tres días antes del debate de ayer, los parlamentarios que integran la Comisión de Sanidad recibían un informe con el programa de cribado de cáncer de útero. Tanto la socialista Blanca Roncal como la popular Juana Iturmendi lo interpretaron como un claro intento del departamento de evitar el debate sobre las revisiones ginecológicas y "salir mal retratado". "Lo que pasa", explica Roncal, "es que el Gobierno acepta a medias las ideas que le propone el Parlamento y después las descafeína".

Es lo que ha ocurrido con la exigencia de un programa de revisiones ginecológicas. "Al final, Sanidad pretende que nos conformemos con el cribado del cáncer de útero, que es una pequeña parte de todo el conjunto", añade.

Para Roncal, el departamento se está comportando de una manera "tramposa" con algunas iniciativas de la Cámara. Otro ejemplo es la rebaja a 1.500 pacientes del cupo que le corresponde a cada médico, fijado ahora en 1.800. La Cámara aprobó la petición hace más de un año, de la que no se tuvo ninguna noticia hasta que el pasado marzo la consejería firmó el acuerdo de condiciones laborales con los sindicatos. Ese pacto incluía la reducción de dicho cupo. "El departamento vende como ideas propias los mandatos que le hace el Parlamento, después los guarda en el cajón y los saca cuando le conviene" concluye Roncal.

En esa misma línea, Iturmendi recuerda lo que ocurrió con la creación de unidades de ictus en los hospitales, otra vieja reivindicación de esta parlamentaria a lo largo de toda la legislatura. Después de perder todas las propuestas que ha hecho, hace tres semanas se encontró con el anuncio de Sanidad de que esas unidades se iban a implantar en varios hospitales.

El anuncio llegó prácticamente en la víspera de que se resolviese la tercera votación planteada en la Cámara con la misma petición. Populares y socialistas, que pedían la creación, habían quedado empatados con el tripartito, que la rechazaba. Al final, el PP y el PSE la perdieron porque las iniciativas decaen al tercer intento después de dos empates consecutivos. "Pero las unidades se van a poner", se congratula Iturmendi.

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