Entrevista:Secretaria para la UE | Barcelona, sede de la Unión por el Mediterráneo | ANNA TERRÓN

"Francia quería que la secretaría estuviera en un país del sur"

Anna Terrón (Barcelona, 1962) no oculta su satisfacción, en su despacho de la Secretaría para la Unión Europea. Como titular de este departamento, Terrón ha desempeñado un destacado papel para que los 43 países que integran la Unión por el Mediterráneo eligieran a Barcelona como sede de la secretaría. Fue este martes en Marsella, en una cumbre de cancilleres en la que Terrón se integró en la delegación española como una más. Rebosa entusiamo por la designación, pero también por la unidad institucional y civil que despertó la candidatura.

Pregunta. Después de casi toda una vida po...

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Anna Terrón (Barcelona, 1962) no oculta su satisfacción, en su despacho de la Secretaría para la Unión Europea. Como titular de este departamento, Terrón ha desempeñado un destacado papel para que los 43 países que integran la Unión por el Mediterráneo eligieran a Barcelona como sede de la secretaría. Fue este martes en Marsella, en una cumbre de cancilleres en la que Terrón se integró en la delegación española como una más. Rebosa entusiamo por la designación, pero también por la unidad institucional y civil que despertó la candidatura.

Pregunta. Después de casi toda una vida política dedicada a Europa, el martes, después de que Barcelona fuese designada sede de la secretaría permanente de la UpM, supongo que fue de esos días en que uno se acuesta con la satisfacción del deber cumplido.

"El carácter abierto e inclusivo de la ciudad ha influido en su designación"
"La candidatura de Barcelona despertó una corriente de simpatía muy fuerte"
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Respuesta. Pues sí, pero también con los nervios lógicos de pensar en toda la tarea que nos queda por delante. Fue un día de celebración y alegría.

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P. Barcelona siempre ha tenido una vocación euromediterránea. Aquí se inició en 1995 el denominado Proceso de Barcelona. Diez años más tarde se celebró la primera cumbre de jefes de Estado y de Gobierno. Con este panorama, la elección de Barcelona no debía sorprender. Pero, en cambio, ha sido un trabajo arduo e incluso a veces soterrado.

R. Había que conciliar la voluntad de 43 estados, la Liga Árabe, la Comisión Europea, la Unión Europea y muchos actores estatales y no estatales. Lo cierto es que cuando presentamos nuestra candidatura la corriente de simpatía que despertó fue muy fuerte. El principal escollo que tuvimos que superar fue la posición francesa para que la secretaría estuviera en un país del sur mediterráneo. Nuestra tarea ha sido la de convencer a todos los actores de que Barcelona era una sede inclusiva, en la que todo el mundo podía sentirse cómodo, dada nuestra vocación europea y mediterránea.

P. Un trabajo de hormiga.

R. Esencialmente diplomático. Quisiera destacar dos hechos. El primero, la unidad institucional en torno a la candidatura de Barcelona, del Gobierno, de la Generalitat y del Ayuntamiento. Y sin ningún tipo de fricción. Yo misma, como secretaria para la UE, formé parte de la delegación española en la cumbre de Marsella. Y segundo, la unidad civil. Hay que subrayar el trabajo desarrollado por el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos; Josep Riera, embajador para Asuntos del Mediterráneo, y Fidel Sendagorta, director para el Mediterráneo y el Magreb. Y felicitar a la comisaria de Exteriores de la UE, Bennita Ferrero-Waldner, por el éxito de la cumbre y las decisiones adoptadas, y a las presidencias francesa y egipcia.

P. ¿Qué motivos han influido para la elección de Barcelona?

R. Primero que el Palau de Pedralbes es una sede muy emblemática y fácil de visualizar. Segundo, las facilidades de comunicación que tiene Barcelona, a muy pocas horas de vuelo de todas las capitales que tendrán un pie aquí. Tercero, el carácter abierto e inclusivo de Barcelona. Y sobre todo, los lazos históricos de Barcelona con los hechos más importantes que se han vivido respecto a la política euromediterránea: en 1995 el inicio del Proceso de Barcelona y en 2005 la primera cumbre de jefes de Estado y de Gobierno.

P. ¿Qué será la secretaría permanente de la UpM?

R. La secretaría se encargará de planificar e implementar los proyectos en la cuenca mediterránea en los campos decididos en la cumbre de París. Tendrá un secretario general procedente de un país del sur y cinco secretarios generales adjuntos, tres europeos y dos del sur, un israelí y un palestino. Será la primera vez en la historia que un israelí y un palestino se sienten juntos a trabajar sobre proyectos en el área mediterránea y en la misma sede.

P. De momento será una oficina de carácter técnico, pero ¿puede ser el embrión de un espacio mucho más político?

R. La política son realizaciones concretas y la secretaría que sacará adelante estos proyectos es la que definirá las políticas. En un corto plazo, esta oficina será una sede euromediterránea.

P. ¿La gente es consciente de su importancia?

R. Para mí es obvia, desde el punto de vista simbólico y desde el real de gestión de los proyectos que se impulsarán desde aquí. Por ejemplo, proyectos tan importantes como el de la limpieza del Mediterráneo, las autopistas marítimas, agricultura, medio ambiente, agua y energías alternativas. El hecho de que estemos en primera línea es básico para nuestros objetivos estratégicos.

P. ¿No corremos el peligro de que la secretaría sea un organismo de espaldas a la ciudad?

R. En absoluto. Garantizaremos la imbricación del secretariado con la ciudad y haremos crecer a su alrededor alguna de las piezas ya existentes, como el Instituto Europeo del Mediterráneo.

Anna Terrón, en la sede de la Secretaría para la Unión Europea de la Generalitat.MARCEL·LÍ SÀENZ

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