Educación para el segregacionismo
En su análisis certero de las paradojas que se derivan de la dualidad de nuestro sistema educativo público-concertado, Enrique Gil Calvo, en el artículo Educación para el segregacionismo, de EL PAÍS del 23 de octubre, se olvida de mencionar una de las más importantes: ¿cómo es posible que la docencia en los institutos concertados esté en manos de profesores elegidos a dedo, pero pagados por el erario público, mientras que a los profesores de los institutos públicos se nos obliga a pasar unas pruebas de oposición peliagudas orquestadas por ese mismo pagador?
Lo dicho, son paradoja...
En su análisis certero de las paradojas que se derivan de la dualidad de nuestro sistema educativo público-concertado, Enrique Gil Calvo, en el artículo Educación para el segregacionismo, de EL PAÍS del 23 de octubre, se olvida de mencionar una de las más importantes: ¿cómo es posible que la docencia en los institutos concertados esté en manos de profesores elegidos a dedo, pero pagados por el erario público, mientras que a los profesores de los institutos públicos se nos obliga a pasar unas pruebas de oposición peliagudas orquestadas por ese mismo pagador?
Lo dicho, son paradojas de lo público.