Reportaje:

La leche busca un líder

Clas, Pascual y Puleva, piezas para formar un gran grupo español

Solamente una docena de empresas suponen el 60% de toda la producción láctea que manejan las industrias para la venta de leche líquida o como producto transformado. Diez firmas se reparten casi el 45% del mercado de la leche, un mercado donde las marcas de la distribución mantienen una carrera alcista hasta suponer hoy ya el 50% de la demanda. Esta aparente concentración del sector de la leche en España, donde operan más de 1.700 empresas con una facturación superior a los 8.000 millones de euros, no oculta sin embargo los intentos ya históricos del sector para constituir un grupo líder con ca...

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Solamente una docena de empresas suponen el 60% de toda la producción láctea que manejan las industrias para la venta de leche líquida o como producto transformado. Diez firmas se reparten casi el 45% del mercado de la leche, un mercado donde las marcas de la distribución mantienen una carrera alcista hasta suponer hoy ya el 50% de la demanda. Esta aparente concentración del sector de la leche en España, donde operan más de 1.700 empresas con una facturación superior a los 8.000 millones de euros, no oculta sin embargo los intentos ya históricos del sector para constituir un grupo líder con capacidad para marcar reglas de juego tanto ante la producción como frente a la distribución.

Diferencias en los accionariados dificultan los planes de integración
La inexistencia de una gran marca ha reforzado la enseña de la distribución

Central Lechera Asturiana, Pascual y Puleva son, desde la parte española, las tres firmas con posibilidades reales de liderar o unir este tipo de iniciativas. Sin embargo, hoy no se han resuelto los problemas de fondo que impiden reunir en un mismo proyecto a empresas muy dispares por procedencia y accionariado.

La constitución de un gran grupo lácteo es un camino que en las dos últimas décadas se ha cubierto de cadáveres.

Grupos multinacionales como Danone o Nestlé han demostrado que su interés en España no pasa por ser líderes en producción, sino en sus segmentos de mercado de productos elaborados. La posibilidad de que los franceses se hagan con el dominio del sector español se ha visto siempre como una amenaza, pero nunca se ha llegado a concretar.

Los intentos de crear un gran grupo lácteo en España se remontan a los años ochenta con la oferta de Unión Laitiére Normande (ULN) por el grupo Lactaria. La operación no salió adelante ante la defensa de la españolidad del sector. Posteriormente se produjo el desembarco de la Cooperativa 3a en Lauki y Prado, proyecto que tuvo que abandonar el grupo galo por dificultades financieras en la firma matriz.

La presencia francesa en el sector de la leche se limita casi hoy al grupo Lactalis, antes Besnier, que ha aumentado su posición en el sector tras la compra de las empresas de 3a para posicionarse como uno de los principales grupos que en los últimos meses ha adelantado su intención de seguir creciendo en leche líquida, tras aumentar su presencia en quesos con Flor de Esgueva y los frescos de Kraft.

Bongrain no pasa del 27% en Corporación Alimentaria Peñasanta y Clas y Danone siguen su estrategia libre.

Desde Italia, la única ofensiva para constituir un gran grupo la desencadenó Parmalat con la compra de Clesa. Pero, tras varios años de estancamiento, el proyecto se abandonó por los problemas descubiertos en la sociedad matriz, lo que supuso poner en venta la firma española, que pasó a manos de Nueva Rumasa.

España fue el país elegido por el grupo norteamericano Suiza Foods para iniciar la construcción de un grupo en la UE con la compra de la firma gallega Celta y la posibilidad de incorporar al proyecto a otras empresas. Sin embargo, a los americanos no les salieron las cuentas y el grupo optó por vender la empresa a los portugueses de Lactogal que, de esta forma, ponían un pie más en el sector productor en España.

En la formación de un gran grupo lácteo nacional, uno de los proyectos más importantes en los años noventa fue el liderado por los tres grandes grupos cooperativos del norte. Iparlat, en el País Vasco, Central Lechera Asturiana y la cooperativa gallega Leyma.Las largas negociaciones para articular un solo grupo fracasaron igualmente ante las diferencias de cada una de las sociedades.

Finalmente, cabe señalar el intento permanente del Gobierno gallego para constituir un grupo lácteo. Hace unos años, la comunidad autónoma contaba con algunos mimbres para hacer el cesto con empresas como Leyma, Feiraco, grupo Leche Río y Celta. Hoy esos mimbres se han reducido. Celta está en manos de los portugueses de Lactogal. Feiraco se mantiene como una cooperativa de tamaño medio y Leyma se ha integrado en el grupo Río, que sería la única firma capaz de liderar el proyecto. Pero el grupo Leche Río se ha visto implicado en los últimos tiempos en varias historias de fraudes, multas y vertidos, lo que dificulta que sea cabeza visible de esa gran empresa gallega con apoyo del Gobierno regional.

Hoy, al menos sobre el papel, la posibilidad de un gran grupo pasaría por los acuerdos entre las tres primeras firmas, Central Lechera Asturiana, líder en volumen de ventas; Puleva, líder en valor añadido en productos lácteos, y Pascual, líder en marcas.

Entre las tres reúnen casi el 40% de la leche líquida del mercado interior, lo que supondría de actuar unidas un paso importante para potenciar el peso de sus marcas frente a una distribución que ya tiene con las suyas casi el 50% de las ventas. En los últimos años se han producido algunos acercamientos, pero siempre se han roto por diferencias entre las empresas y por incompatibilidades entre sus responsables.

Central Lechera Asturiana es hoy el socio mayoritario cooperativo de Corporación Alimentaria Peñasanta y busca desde hace años el voto de sus accionistas cooperativos para constituir una sociedad anónima que le permita dar entrada a nuevos socios para operar en el mercado con la libertad que no tiene una cooperativa.

Leche Pascual no tiene inconveniente en hablar de asociarse en el sector de la leche con otros grupos para formar una empresa más líder. Pero para su presidente, Tomás Pascual hijo, el problema es la dificultad de integrar en una misma unidad su empresa con accionariado familiar, con lo que es hoy una cooperativa, Clas, o una empresa que cotiza en Bolsa, como Puleva. Pascual sólo entendería estar en un gran grupo si tuviese una posición de control.

En el caso de Puleva, del grupo Ebro Puleva, su presidente, Antonio Hernández, señala su apuesta por potenciar la división de lácteos, no como la leche en sí, sino como materia prima a incorporar a los productos del grupo con un mayor valor añadido. -

El futuro del sector lácteo español va a depender mucho de las economías de escala y del tamaño empresarial.LUIS MAGÁN.

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