Lo que importa es Mandela

Hay una cosa que ni Nelson Mandela el día de su 90 cumpleaños, en el macroconicerto del buen rollo, en pleno Hyde Park londinense, puede evitar. En las pantallas gigantes, entre actuación y actuación, se muestran mensajes de felicitación al viejo líder sudafricano. Desde el chef Gordon Ramsay hasta Susan Sarandon, pasando por Morgan Freeman o Sheryl Crowe. Pero, de golpe, aparece en la pantalla la cara de David Beckham y el estruendo es ensordecedor. Se acabó el buen rollo. Un segundo de pausa y aparece Victoria Beckham también con el fin de saludar el líder sudafricano. La cosa se pone aún má...

Hay una cosa que ni Nelson Mandela el día de su 90 cumpleaños, en el macroconicerto del buen rollo, en pleno Hyde Park londinense, puede evitar. En las pantallas gigantes, entre actuación y actuación, se muestran mensajes de felicitación al viejo líder sudafricano. Desde el chef Gordon Ramsay hasta Susan Sarandon, pasando por Morgan Freeman o Sheryl Crowe. Pero, de golpe, aparece en la pantalla la cara de David Beckham y el estruendo es ensordecedor. Se acabó el buen rollo. Un segundo de pausa y aparece Victoria Beckham también con el fin de saludar el líder sudafricano. La cosa se pone aún más fea. Esto parece más un concierto de los Sex Pistols en 1977 que la celebración de lo buenos y agradecidos que son los artistas pop.

Unas horas antes, el 4664 Concert, -en recuerdo al número de preso del ex presidente surafricano- arrrancaba con el actor Will Smith. "Si el mundo tuviera que escoger a un solo padre, ése debería ser Nelson Mandela". Y a renglón seguido, el tipo se marca el tema de El Príncipe de Bail Air, terminando con la poca credibilidad que le quedaba.

En 1988 se celebró el Concierto Free Nelson Mandela. En aquel momento, la mayoría de la gente que actuó ayer en Londres, ya estaba en la cuesta abajo de sus carreras. Annie Lennox, por ejemplo, que aparece con una camiseta reivindicativa y con un discurso tan afectado que nos convence de que aquella canción suya en que cantaba "hoy salvé el mundo" no era broma. Lo decía en serio.

Tras ella, una retahíla de artistas africanos (Emmanuel Jal se sale) cuya música es saludada con turística emoción por la audiencia, se mezclan con superventas de ayer y de hoy. Leona Lewis está especialmente guapa con ese vestido de estampado subsahariano. Avanza el concierto y las actuaciones y discursos de personajes tan poco apropiados para este tipo de eventos como Lewis Hamilton o Amy Winehouse se suceden. La representación española la pone Amaral y el paripé definitivo, U2 con su Happy birthday grabado. Mandela habla y llora. Todos lloran. Cada uno por motivos distintos, claro. El viejo Nelson, mientras, parece que casi da gracias por las pocas posibilidades que tiene de llegar a los 110 años y tener que soportar de nuevo una actuación de las hermanas Corr. La gente ha venido por él.