Bilbao se queda sin ningún autobús en 'hora punta' tras otros 26 sabotajes

El conflicto llega a los tribunales el próximo lunes por la demanda de TCSA

El conflicto de TCSA, la principal empresa que gestiona el transporte público de autobuses en Vizcaya, volvió a tener ayer serias consecuencias para el usuario. Un total de 26 autocares sufrieron sabotajes (ya superan los 250 dañados dese el incio de los paros el pasado 5 de mayo) y Bilbao se quedó sin autobús urbano en plena hora punta de la mañana: no circuló ningún servicio entre las 5.30 y las 8.40. Cuando los vehículos fueron arreglados (a la mayoría simplemente les deshincharon las ruedas) se cumplieron los servicios mínimos el resto de la jornada, establecidos en el 30%.

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El conflicto de TCSA, la principal empresa que gestiona el transporte público de autobuses en Vizcaya, volvió a tener ayer serias consecuencias para el usuario. Un total de 26 autocares sufrieron sabotajes (ya superan los 250 dañados dese el incio de los paros el pasado 5 de mayo) y Bilbao se quedó sin autobús urbano en plena hora punta de la mañana: no circuló ningún servicio entre las 5.30 y las 8.40. Cuando los vehículos fueron arreglados (a la mayoría simplemente les deshincharon las ruedas) se cumplieron los servicios mínimos el resto de la jornada, establecidos en el 30%.

La plantilla rechaza la propuesta del comité para suspender los paros
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La convocatoria de 24 horas de huelga, primera que se realiza en esta protesta, se repetirá hoy y el próximo lunes. Los trabajadores rechazaron en la asamblea celebrada en la madrugada de ayer la propuesta del comité de empresa de suspender los paros. "Hay un gran enfado en la plantilla por la falta de soluciones al conflicto", justificó el presidente del comité, José Antonio Fernández, de CCOO. Los empleados censuran tanto a la compañía por mantener rotas las negociaciones del convenio como a las instituciones por "desvincularse" del conflicto.

TCSA informó de que un piquete de 60 personas ocupó a primera hora de la mañana las cocheras de Bilbobus, de titularidad municipal, y desinfló dos coches a la entrada y nueve autobuses, de manera que no pudieron partir los vehículos allí aparcados. La empresa aseguró que no tenía constancia de que la Ertzaintza, varias de cuyas dotaciones estaban presentes, hubiese realizado detenciones.

El servicio de Bizkaibus -TCSA se encarga de 37 líneas, las principales del territorio- empezó a funcionar con normalidad, pero en la ruta fueron desinflados ocho autobuses, otros cuatro sufrieron rotura de lunas y se produjeron desperfectos en las máquinas de expedición de billetes de otros tres, según la concesionaria. Añadió que, aunque se sustituyeron estos autocares, los servicios mínimos resultaron afectados.

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El presidente del comité recalcó que TCSA cuenta con un compromiso escrito de los trabajadores de que modificarán sus reivindicaciones cuando la firma "realice algún movimiento serio". La ruptura de los contactos es total desde hace tres semanas. El lunes se celebra el primer juicio del conflicto: la vista de la demanda interpuesta por TCSA por lo que considera huelga abusiva. Los trabajadores han convocado una concentración a las 8.45 delante de los juzgados de Bilbao. Tanto CCOO como ELA valoraron que esta demanda intenta "amedrentar a la plantilla".

Las asesorías de los sindicatos están estudiando llevar a los tribunales la contratación de una empresa de transporte discrecional para cubrir el servicio del festival de música Kobetasonik, que se celebra este fin de semana en las afueras de Bilbao e iba a ser realizado por TCSA. Argumentan que se produce una suplantación de trabajadores "que están ejerciendo su derecho a la huelga".

Las claves de la protesta

El conflicto de TCSA se remonta al pasado 5 de mayo. Con los paros, los trabajadores tratan de presionar a la empresa en la negociación del convenio colectivo para los tres próximos años (2008, 2009 y 2010). La plantilla trata de equiparar sus sueldos con los que perciben sus colegas de Tuvisa, la empresa municipal que gestiona el servicio en Vitoria. Para ello, demandan una subida del IPC real más el 7,63% el primer año, del IPC real más el 6,82% el segundo y del IPC real más el 6,48% el tercero, según fuentes de la empresa. "Esas cifras no son ciertas", replican miembros del comité de empresa, sin dar más detalles. "Lo que debe saber el usuario es que quien les deja sin servicio es un conductor que, de media, gana 32.000 euros brutos al año", afima la empresa. Según la compañía, un conductor con dos años de antigüedad cobra 29.000 euros brutos, y uno con quince años, 35.000. TCSA dejó la mesa negociadora hace tres semanas.

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