"Lo mío con la espada me lo tomo ya a cachondeo"

¡Pues menos mal que no tiene carisma El Cid! Si llega a tenerlo, protagoniza la segunda parte de la película que hizo sobre el legendario héroe de igual nombre el mismísimo Charlton Heston, recientemente finado. La epopeya comenzó con un mal paso mientras toreaba con el capote a su primero que le produjo un esguince en el pie izquierdo. No dejó de molestarle durante toda la corrida, en que toreó a sus enemigos como él sabe, y pasó a la enfermería a que le infiltraran y le pusieran una venda con hielo. En esas condiciones realizó la maravillosa obra de arte al último de la tarde: "He intentado ...

¡Pues menos mal que no tiene carisma El Cid! Si llega a tenerlo, protagoniza la segunda parte de la película que hizo sobre el legendario héroe de igual nombre el mismísimo Charlton Heston, recientemente finado. La epopeya comenzó con un mal paso mientras toreaba con el capote a su primero que le produjo un esguince en el pie izquierdo. No dejó de molestarle durante toda la corrida, en que toreó a sus enemigos como él sabe, y pasó a la enfermería a que le infiltraran y le pusieran una venda con hielo. En esas condiciones realizó la maravillosa obra de arte al último de la tarde: "He intentado hacerlo lo mejor posible con este ganado, conociendo el encaste y conociendo también la ganadería. He tenido dos toros muy exigentes, pero creo que los he entendido muy bien a los dos". Sobre sus fallos con la espada, que le vuelven a impedir otra vez el paso por la puerta grande, comentaba: "Con la espada tengo que corregir, ya hasta se lo toma uno a cachondeo. Pero he perdido por ella dos puertas grandes en Madrid, que no es poca cosa". Apostillaba también Manuel Jesús cómo no paró hasta poderle al último también por la derecha, después de bordar el toreo al natural: "Madrid es Madrid y hay que entregarse del todo".

Antonio Ferrera se mostraba algo más triste que otras tardes, aunque aseguraba no estarlo: "Ha sido una tarde muy complicada para mí en muchos aspectos, pero me llevo la satisfacción interior de haber hecho un San Isidro muy puro y muy de verdad. Me voy muy contento".

López Cháves no alababa el comportamiento de sus victorinos: "Les ha faltado la transmisión que el público quiere ver en estos toros. Han sido nobles, pero no han estado en el punto de bravura en que Madrid quería verlos".