FLAMENCO

Esplendor de la guitarra

Los múltiples Habichuela de esta larga familia se hallan actualmente bastante dispersos. Quienes permanecen más unidos son estos padre e hijo, que con el título de Habichuela en rama llevan un tiempo haciendo unos excelentes conciertos, como el que realizaron en el teatro Albéniz dentro de la Suma Flamenca, actualmente en celebración.

Música de calidad, de sonido muy nítido, en que los dos brillaron a gran altura. Mientras Josemi estuvo -me parece a mí- más convencional, Pepe fue el extraordinario guitarrista de siempre, brillando de manera excepcional en las siguiriyas rápidas, ...

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Los múltiples Habichuela de esta larga familia se hallan actualmente bastante dispersos. Quienes permanecen más unidos son estos padre e hijo, que con el título de Habichuela en rama llevan un tiempo haciendo unos excelentes conciertos, como el que realizaron en el teatro Albéniz dentro de la Suma Flamenca, actualmente en celebración.

Música de calidad, de sonido muy nítido, en que los dos brillaron a gran altura. Mientras Josemi estuvo -me parece a mí- más convencional, Pepe fue el extraordinario guitarrista de siempre, brillando de manera excepcional en las siguiriyas rápidas, acompañado sólo por percusión. Tocó además por granaínas, y acompañó, junto a su hijo, por tarantas a María Toledo. La cantaora fue otro de los puntos importantes del recital, brillando legítimamente en las tarantas y por tonás.

Habichuela en rama / Joven Generación

Toque en concierto: Pepe y Josemi Habichuela. Cante: María Toledo. Percusiones: Bandolero y Nono Carmona. Cante: Juan Manuel Mora, Pedro Obregón, Antonio Mata, Israel Paz, David Maldonado. Toque: Noly, Diego Magallanes, Jesús Núñez, Carlos Maldonado, Paco Heredia. Percusión: Nacho Arimany. Baile: Belén López, Sergio Aranda, María Juncal.

Madrid, Teatro Albéniz, 26 de mayo

La segunda parte, titulada Joven Generación, fue una especie de experimento dirigido por Jacinto González, con una serie de intérpretes a quienes une su juventud. Todos ellos actuaron dignamente, y algunos lo hicieron francamente bien, con propiedad. Se les notaba a casi todos, sin embargo, alguna vacilación, sobre todo a los guitarristas. No se veía mucho la mano del director, lo que en semejante caso es un acierto indiscutible, porque el que apenas se note semejante detalle es índice seguro de la bondad del espectáculo.

Fue más interesante la parte del baile, con tres artistas que, sin ser ninguno de ellos excepcional, se desempeñaron con bastante acierto. La mejor de los tres, María Juncal, en unas soleares coreografiadas por Ciro con temple y despaciosamente. Después hay que citar a Belén López, quien bailó con mucha rapidez, por alegrías, abusando quizás del exceso de zapateados. Por último, Sergio Aranda, también pasándose de zapateados en una serie de fandangos abandonaos muy vistosos.

La fiesta por bulerías que hicieron todos los jóvenes puso fin al singular espectáculo.

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