Pisos de lujo para jóvenes en apuros

Los jóvenes de Ayamonte sin vivienda en propiedad están de suerte. El Ayuntamiento de este pueblo de Huelva ha aprobado la próxima firma de un convenio con la constructora Martinsa-Fadesa y la Caja de Ahorros del Mediterráneo para ofertar 47 viviendas en la macrourbanización de lujo Costa Esuri, a unos cinco kilómetros de Ayamonte. El desarrollo de este acuerdo podría suponer un doble respiro. Por un lado, el Consistorio facilitaría viviendas a personas que no pueden acceder a casas protegidas debido a sus ingresos. Por otro lado, a nadie se le escapa que, en plena crisis inmobiliaria, la medi...

Los jóvenes de Ayamonte sin vivienda en propiedad están de suerte. El Ayuntamiento de este pueblo de Huelva ha aprobado la próxima firma de un convenio con la constructora Martinsa-Fadesa y la Caja de Ahorros del Mediterráneo para ofertar 47 viviendas en la macrourbanización de lujo Costa Esuri, a unos cinco kilómetros de Ayamonte. El desarrollo de este acuerdo podría suponer un doble respiro. Por un lado, el Consistorio facilitaría viviendas a personas que no pueden acceder a casas protegidas debido a sus ingresos. Por otro lado, a nadie se le escapa que, en plena crisis inmobiliaria, la medida puede suponer una ayuda para las empresas constructoras e inmobiliarias.

Se trata de un sistema de alquiler con opción a compra de viviendas

Costa Esuri es un macrocomplejo urbanístico junto al río Guadiana

Fuentes vecinales apuntan a que Martinsa-Fadesa ha logrado vender 1.207 viviendas de las 2.150 que ha terminado en este complejo de 6.000 -el resto las construyen otras promotoras-. En el sector inmobiliario de Ayamonte se habla de que Fadesa ha visto muy reducido su ritmo de ventas en Costa Esuri.

"Desde el inicio de la legislatura, nos hemos preocupado mucho por el tema de la vivienda en Ayamonte. Vamos a liberar suelo para crear 680 viviendas de VPO. Pero también nos hemos dado cuenta de las dificultades que existen para acceder al mercado privado por su alto precio", explica el alcalde, Antonio Castillo, del PSOE. "Comenzamos a hablar con los grandes promotores que tenían obras terminadas o a punto de acabarse para buscar fórmulas alternativas que permitiesen a la gente acceder a estas casas", continúa.

"Fundamentalmente queríamos atender a las personas sin vivienda en propiedad que quedaban fuera de las promociones de VPO y que, a su vez, tenían serias dificultades para acceder a la vivienda libre", explica Castillo. Así, los beneficiarios del convenio son personas solas o parejas, menores de 35 años, que tengan ingresos entre 2,5 y 4,5 IPREM (Índice Público de Renta para Efectos Públicos).

Martinsa-Fadesa fue la primera empresa en recoger el guante del Ayuntamiento y presentó una experiencia piloto con 47 viviendas en Costa Esuri. Se trata de un sistema de alquiler con opción a compra de viviendas que Fadesa ha rebajado 6.000 euros con respecto al precio original, en caso de compra. El alquiler es de 450 euros mensuales durante los dos primeros años. "Al cabo de esos dos años, el inquilino decide si compra o no. Si lo hace, se descuentan los dos años de alquiler sobre el precio final, no se tiene que dar ningún tipo de entrada y Martinsa-Fadesa le sigue subvencionando los cinco primeros años de la cuota del préstamo hipotecario por lo que los jóvenes seguirían pagando sólo los 450 euros mensuales", explica Castillo.

Costa Esuri es un macrocomplejo urbanístico, construido en más de un 70%, que prácticamente ha florecido de la noche al día. Más de 6.000 viviendas, cerca de 20.000 camas y dos campos de golf. Albergará además dos hoteles, un apartahotel y siete centros comerciales, el primero de los cuales se espera esté abierto en marzo. Una auténtica ciudad a orillas del río Guadiana y a un paso de Portugal. Una ciudad muy criticada por los ecologistas por su gigantesco tamaño, su impacto paisajístico y su difícil encaje en la gestión de recursos como el agua.

Además, a Costa Esuri se la suele tildar como ejemplo de pueblo fantasma, pues la mayoría de sus residentes son británicos que van y vienen, al son de sus vacaciones y su afición al golf. El término de pueblo fantasma escama a José Luis Sánchez, presidente de una de las comunidades de vecinos de la urbanización. "La gente olvida que esto está empezando, que ahora puede ser normal pasear y ver poca gente, pero en cuanto empiecen a abrirse los comercios y a darse servicios esto cambiará", dice este vecino, que vive todo el año en la urbanización.