Reportaje:

Cuando el 'rap' era letal

Nuevas revelaciones sobre la lucha que acabó con la muerte a tiros de Tupac Shakur y Notorious B.I.G.

Once años después de los asesinatos de los raperos Tupac Shakur y Notorious B.I.G., sus casos siguen abiertos. Forman parte ya del folclore estadounidense, como la Masacre del Día de San Valentín o el final de Jesse James, y como tal se han convertido en materia prima para Hollywood: el lunes comienza en Nueva York el rodaje de Notorious, la película de la Fox sobre Notorious B.I.G., que cayó tiroteado en California el 9 de marzo de 1997, culminación de una absurda "guerra" desatada entre el hip-hop de la Costa Este y el de la Costa Oeste. Un suceso que sigue coleando: la ...

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Once años después de los asesinatos de los raperos Tupac Shakur y Notorious B.I.G., sus casos siguen abiertos. Forman parte ya del folclore estadounidense, como la Masacre del Día de San Valentín o el final de Jesse James, y como tal se han convertido en materia prima para Hollywood: el lunes comienza en Nueva York el rodaje de Notorious, la película de la Fox sobre Notorious B.I.G., que cayó tiroteado en California el 9 de marzo de 1997, culminación de una absurda "guerra" desatada entre el hip-hop de la Costa Este y el de la Costa Oeste. Un suceso que sigue coleando: la familia de Biggie ha demandado a la ciudad de Los Ángeles, asegurando que había policías que -al menos- sabían de la existencia de un plan para matarle, en venganza por la eliminación de Shakur.

Diddy rechaza las últimas acusaciones, basadas en confidentes anónimos

El biopic se unirá a la decena de documentales existentes sobre la relampagueante vida y misteriosa muerte de Tupac Shakur, acribillado en Las Vegas en septiembre de 1996. En estos días, un artículo de Los Angeles Times ha reavivado el fuego, al implicar al rapero y empresario Sean Diddy Combs en el primer acto de aquella tragedia: la emboscada a Tupac Shakur en un estudio neoyorquino, donde recibió cinco balas.

Según Los Angeles Times, que utiliza documentos del FBI, los maquinadores de aquel asalto fueron el manager Jimmy Rosemond y el promotor James Sabatino; pretendían complacer a Diddy, herido en su orgullo al rechazar Tupac Shakur repetidas ofertas para unirse a su discográfica, Bad Boy, donde estaba Notorious B.I.G. Mandaron a unos matones a "darle una lección" y a robarle las joyas. Aquello terminó en balacera y, cuando salió del hospital, Shakur atribuyó el ataque a Diddy y sus asociados.

Naturalmente, Diddy rechaza estas acusaciones, basadas en confidentes anónimos. Lo mismo hace Rosemond, cuyo abogado argumenta que "si el FBI estuviera seguro de esos testimonios, ya habría promovido un proceso". Se calla el antiguo amigo de ambos, James Sabatino, ahora encarcelado por fraude y enfrentado a Combs por cuestiones económicas. Conviene andarse con pies de plomo: Sabatino está conectado con el crimen organizado, un submundo que Diddy conoce al haber intimado en la universidad con Andrew Campos, hoy integrado en la familia Gambino.

Actualmente, Diddy parece gozar de impunidad: está perfectamente integrado en la jet set neoyorquina, que aprecia su habilidad para generar millones (discos, líneas de ropa, alcohol, restaurantes...) y acude a sus babilónicas fiestas. Se le admira por su capacidad para sobrevivir, ya que su principal contrincante se ha hundido. Ya nadie teme al cabecilla de la Costa Oeste, Marion Suge Knight, que fichó finalmente a Shakur; mientras purgaba una condena, su imperio discográfico, Death Row, se desintegró.

Diddy siempre ha salido indemne de desastres como una avalancha en un concierto que organizaba, con el resultado de nueve muertos. O del tiroteo de 1999 en un club neoyorquino, tras el cual fue detenido, con armas, en compañía de su entonces novia, Jennifer López.

Con Diddy llama la atención su carencia de cualquier compás moral: cuando se supo que las prendas que usan su nombre estaban confeccionadas por mujeres que trabajaban en condiciones de semiesclavitud, sólo se le ocurrió argumentar que eso era imposible, que él creía "en los derechos de los obreros".

Notorious B.I.G. -que en la pantalla será encarnado por otro rapero, Jamal Gravy Woolard- tenía los modales propios de un ex vendedor de drogas, pero se supone que Tupac Shakur era diferente: fue criado en un medio altamente politizado, por gente que recordaba los tiempos en que los Panteras Negras se dedicaban más a tareas revolucionarias que a la pura delincuencia. Gran lector y chico espabilado, adquirió una extraordinaria insensibilidad en su papel de rapero duro. En 1993, permaneció impasible mientras su séquito violaba a una groupie en la suite de su hotel; fue condenado a 18 meses de cárcel. En 1995, una refriega entre su gente y otros bronquistas terminó con un niño de seis años muerto. Shakur, un rapero de talento, entró incluso en el juego de los insultos fáciles, rimando sobre una dudosa relación sexual con la cantante Faith Evans, esposa de Notorious B.I.G.

En el sentido de las agujas del reloj, Sean Diddy Combs en una actuación en febrero en Nueva York; Notorious B.I.G., poco antes de ser asesinado; Jamal Gravy Woolard, que encarnará a Notorious en la gran pantalla, y Tupac Shakur escupe a un fotógrafo a la salida de un juicio en 1994.AFP
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